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Las miradas múltiples. Emilio Bustamante
Читать онлайн.Название Las miradas múltiples
Год выпуска 0
isbn 9789972454066
Автор произведения Emilio Bustamante
Жанр Документальная литература
Издательство Bookwire
¿Es una novela?
No es novela. Trata sobre los chankas y es un libro de automotivación. Ellos tienen sus principios, sus valores ancestrales. Me gusta ese tipo de libro. Por ejemplo, yo alabo bastante al El delfín de Sergio Bambarén, con el que se logró la película animada en 3D. Necesitamos ese tipo de historias acá en el Perú. O sea, ya estamos cansados de ver lo mismo. Hacemos ver lo mismo que nunca vamos a poder olvidar. Imagínate que vienen personas de Ayacucho, Huancavelica, Apurímac, que han vivido hace veinte años el terrorismo, la violencia subversiva. Cogemos un tema y lo traemos de veinte años atrás al presente y decimos vamos al cine a ver una película, llamémosla Para nunca más volver al terrorismo. ¿Y qué pasa? Llevamos a las mismas personas que han sufrido en ese tiempo la violencia, ¿y cómo se van a sentir esas personas al ver eso? Van a traer todo el trauma al presente, y van a seguir viviendo con eso. Lo que estábamos olvidando, lo vamos a mostrar nuevamente. Nosotros nos hacemos daño, es algo psicológico. Yo creo que hay que tratar de hacer un cine variado. O sea, no está mal que se haga eso, pero es malo que se haga en cantidades. Todo el mundo se enfoca en hacer cosas que no aportan nada. No avanzamos. Hay que hacer un género que sea de autorrealización, donde se cuenten historias sencillas. La gente quiere eso. Quiere el ejemplo de un héroe. Y que el Perú se diferencie de otras naciones por hacer un tipo de cine de automotivación y autorrealización personal. Tenemos historias, leyendas. Tenemos todo para impresionar al mundo con eso.
Antes de hacer El último guerrero chanka, has hecho otros audiovisuales. Hablemos un poco sobre esos trabajos.
Bueno, en un principio yo me enfoqué más en documentales. Hice algunos documentales, por ejemplo Antawuayllasmantapacha, en español Desde Andahuaylas. Todo lo que tenía Andahuaylas, sus riquezas ancestrales, culturales, turísticas, paisajísticas. Hice un recorrido por lugares que no se habían explorado antes. Con el equipo de XZ Films empezamos a grabar lugares inéditos, caminando muchos días, y estrenamos el documental en Andahuaylas. Fue el año 2007. Llegamos aquí a Lima a hacer una presentación en un evento cultural de San Borja. Ese mismo año nació otra idea de hacer un recorrido de diez días caminando desde Andahuaylas hasta Choquequirao, que está a 3008 metros sobre el nivel del mar. Ese se llama De Andahuaylas a la cuna de oro Choquequirao. De allí hice otro, que es sobre el carnaval originario de los Andes, el puklla, se llama El carnaval autóctono del Perú.
También hice cortometrajes, por ejemplo, Cholinator, una versión de Terminator, pero a lo andino, con efectos especiales. El personaje desciende con un cascarón del espacio, desnudo, y va a quitarle su ropa a la gente, pero no en un bar, sino en el campo, a un grupo de alumnos que habían ido de paseo. También hice un cortometraje de artes marciales, La amenaza, mezclado con terror. La idea era practicar un poco para lo que se venía, El último guerrero chanka.
¿Cómo costeaste la producción de El último guerrero chanka?
Bueno, lo que hice fue tocar puertas a muchas empresas de Andahuaylas. Unas personas me sugirieron venir a Lima a pedir ayuda a los andahuaylinos que tienen empresas aquí. Lo hice, pero me he decepcionado en esa búsqueda de apoyo. Conseguí cien soles por allí. De tanto tocar puertas, algunos me apoyaron con diez soles, quince soles. Una empresa de transporte me dio veinte soles. Fue una frustración, porque, imagínate, ¿con cien soles qué iba a hacer? Algunos me ayudaron con una cinta de embalaje, con un balde de pintura, una brocha, para hacer la escenografía, decorar. Tocamos puertas a la Municipalidad, al Gobierno Regional. Fuimos muchas veces hasta Abancay para que nos salga siquiera un apoyo de quinientos soles para el combustible; nos prometieron, pero nunca llegó ni un sol. El expresidente del Gobierno Regional también nos prometió, pero al final nunca nos dio ni un solo sol.
Que esta experiencia les valga a muchos que están empezando. Si no hay un apoyo de las instituciones privadas o estatales, tienen que buscar sus propios recursos. Así, nosotros empezamos en el 2007 buscando nuestros propios recursos; cuando la productora estuvo constituida comenzamos a grabar eventos de todo tipo durante dos años. Grabábamos entierros, bautizos, velorios, wasi wasi, nada se nos escapaba. En Andahuaylas hay fiestas tradicionales casi todo el año. Desde Navidad hasta el 28 de enero, más o menos, es pura fiesta. Y cuando ya tienes experiencia y contactos, la gente va llamando.
Con eso empezamos a recaudar, sin darnos cuenta, ochenta mil soles. No éramos muchos, pero se sumaba, y fue así como recaudamos el dinero, y con eso empezamos a comprar una cámara para el rodaje de la película. Incluso para la isla de edición nos sirvió ese dinero. Se sumó todo hasta el proceso final. Y de allí para adelante recién cuando llegamos a Lima buscamos los apoyos, porque ya no teníamos más dinero.
¿Cuántas personas estuvieron en la producción?
Netamente en la película fuimos ocho personas. A veces se sumaban hasta doce. En el peor de los casos cuatro, porque había que caminar lejos y no todos podían ir. Teníamos que hacer muchas cosas a la vez. Nos amoldábamos, teníamos que adaptar nuestro tiempo y los personajes a los tiempos de los actores y el equipo técnico.
La parte en sepia, en la que parece que hay mucha producción, mucha gente, ¿cómo la hicieron?
Eso lo hemos grabado con una cámara 3CCD en el 2007. Teníamos una cámara que trajo una amiga de Francia. Empezamos a trabajar con esa cámara.
Queríamos hacer [una película sobre] la guerra de los chankas con los incas. Iban a ser más años, más preparación y más presupuesto. Hemos empezado a grabar creyendo que íbamos a tener todo el apoyo de las autoridades, pero no lo tuvimos. Fue así como nació El último guerrero chanka. Utilizamos la ficción del hechicero trayendo la historia al tiempo presente. Y lo que habíamos grabado quedó como la parte épica. El guion se fue elaborando, adaptándose a las circunstancias que teníamos, porque nadie nos apoyó.
Ahora, en la segunda película que pienso hacer ya no quiero un parámetro que nos limite. No será todavía la película de la guerra de los chankas con los incas; esa será la tercera. Quiero tener más experiencia, más gente, para hacerla. Será una cosa más ambiciosa. Pero la segunda película también tendrá un corte alucinante. Demandará más presupuesto, pero quiero que con ella se diga que en el Perú se hace una película que rompe esquemas, al menos en el género. Sé que se ha hecho La teta asustada, que ha logrado el nivel que hemos visto, hasta la nominación al Óscar. Yo me he soñado ganando el Óscar, y cuando yo me sueño una cosa así, la consigo. Mi reto es que con la segunda producción vamos a lograr el Óscar y eso lo saben todos los del equipo. Estoy buscando gente que tenga ese mismo pensamiento y la estoy consiguiendo. Si tú tienes la idea de llegar allí, todos tienen que hablar el mismo lenguaje. Si alguien dice no, esa persona no te sirve. Soy así, radical, pero tengo que juntar esas cabezas, esos cerebros. La idea es sacar la nueva película afuera, y traer la estatuilla para el Perú, sí o sí. Y si no lo logro con esta segunda película, yo creo que La guerra chanka-inca la va a conquistar. Es una producción que va a contar con efectos especiales. Por ejemplo, se va a ver la batalla de treinta mil guerreros chankas con sesenta mil guerreros incas en Espíritu Pampa, en Vilcabamba.
En El último guerrero chanka, ¿asignaron presupuesto para cada uno de ustedes o cada uno trabajó ad honorem?
Todo fue ad honorem, hasta ahorita, se podría decir.
¿Nadie ha cobrado nada?
Se les ha pagado a los actores. Toda la recaudación en Andahuaylas fue para los actores. Ni un sol todavía para el equipo técnico porque así lo decidimos. Fue por pasión que hicimos este trabajo. Lo que a mí me hace sentir más dichoso es que he hecho algo que nadie ha hecho en Andahuaylas, ni siquiera las autoridades: difundir nuestra cultura,