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sobre este asombroso y complejo país. Los he citado a todos en el libro: Yasheng Huang, Minxin Pei, Yuen Yuen Ang, Justin Yifu Lin, Xiaolan Fu, Hu Angang, Susan Shirk, Barry Naughton, William Norris, Elizabeth Economy, William Overholt, Arthur Kroeber y, finalmente, Ezra Vogel, por su magistral biografía de Deng Xiaoping.

      Tuve la enorme suerte de conocer a Jaya Chatterjee, mi editora en Yale University Press, justo cuando ella estaba lanzando una nueva serie de publicaciones sobre América Latina. Gracias, Jaya, por tu entusiasmo e inquebrantable apoyo para guiarme a lo largo de este proyecto. Eva Skewes y Dorothea Halliday en Yale University Press fueron de gran ayuda para alistar el manuscrito para su publicación. Lawrence Kenney hizo la corrección del texto, Bill Nelson finalizó las ilustraciones y Jeff Schier dio vida a las pruebas de galera. Todos ellos son perfeccionistas, y les agradezco inmensamente por ello. El editor de Pacific Affairs, Hyung-Gu Lynn, tiene la paciencia de un santo. Me tomó bajo su tutela en el proceso de mi primera publicación en una revista sobre Asia Pacífico, y le estoy muy agradecida.

      Por esta edición estoy eternamente agradecida con la Universidad del Pacífico, especialmente con mi editora, María Elena Romero, quien ha publicado ya tres de mis libros. Por otro lado, Kique Bossio ha realizado una traducción impecable del inglés al español, y la cubierta fue diseñada por Carlos Ascasibar, quien fusionó el simbólico dragón chino con la bella artesanía peruana. Gracias al equipo del Fondo Editorial, a Kique y a Carlos por su esfuerzo conjunto para crear esta bonita edición en español.

      Introducción

      Debatiendo el nuevo terreno

      [Los] Estados Unidos [...] han dejado de ser nuestros socios privilegiados. Ahora el socio privilegiado para América Latina es China.

      Figura I.1

      Crecimiento porcentual del producto bruto interno (PBI), 1998-2017

      Fuente: The Conference Board Total Economy DatabaseTM (versión ajustada), marzo de 2018.

      El súbito crecimiento de América Latina se produjo inmediatamente después de un importante impulso de reforma que se había venido dando en la región desde finales de la década de 1980 e inicios de la siguiente. Bautizado por el economista John Williamson como el Consenso de Washington (CW), este enfoque centrado en el mercado se basaba en tres pilares: privatización, liberalización y desregulación (Williamson, 2003). Casi tres décadas después, la evidencia acumulada muestra que, efectivamente, los países de la región de ALC han tenido significativos avances en cuanto a privatización de activos en manos del Estado; los regímenes comerciales han sido liberalizados, y se ha producido una diversificación de socios comerciales; los mercados financieros se han abierto, profundizado y desregulado; se han reducido las deudas externas de los países; y varios países han desarrollado grandes reservas de divisas (Armijo, Wise, & Katada, 2015; Lora, 2001). Se trata de una realidad completamente insólita en los antecedentes de América Latina, donde un alza de precios efímera y repentina procuraba enormes ganancias para la región, pero escaseaban políticas macroeconómicas sensatas e instituciones económicas robustas. Este último fue, por ejemplo, el escenario de la crisis de la deuda latinoamericana en 1982 que empujó a ALC hacia la «década perdida» de inflación elevada, fuga de capitales y crecimiento cero durante la década de 1980.

      Si damos un salto de cinco lustros y consideramos las respuestas de la región de ALC a la crisis financiera global (CFG) en 2008-2009, la diferencia entre ambos escenarios es como la noche y el día: ningún país se vio obligado a recurrir a la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI). La región de ALC tampoco se había restablecido jamás de una crisis de esta magnitud tan plenamente como lo hizo en 2010, sin depender de una reactivación del motor de la economía estadounidense. Aunque la CFG fue esencialmente una crisis financiera, esta golpeó a América Latina, China y a la mayoría de las demás economías emergentes (EE) por el lado comercial. Ello se debe a que los bancos de las EE habían evitado en gran medida los imprudentes instrumentos financieros de alto riesgo que llevaron al sistema bancario estadounidense al borde del abismo en 2008. Los impactos de la CFG fueron claramente variados a través de las EE y de los países desarrollados, pero las respuestas fueron bastante similares. Tanto China como los EE. UU. hicieron rápidos cambios, donde los gestores de políticas de ambos países inocularon a sus respectivas economías domésticas con un enorme estímulo fiscal. Solo en 2009, los EE. UU. gastaron el 5,9 por ciento de su PBI en intentos para evitar una completa depresión económica, mientras que el estímulo fiscal en China ese mismo año ascendía al 4,8 por ciento de su PBI (Armijo, Wise, & Katada, 2015, p. 212).

      Tabla I.1

      Tendencias anuales del precio de materias primas en dólares reales (2010), 2000-2018

AñoCobre, US$ / tonelada métricaPetróleo crudo, precio al contado,US$/barrilFrijol de soya, US$ / tonelada métricaHarina de pescado, US$ / tonelada métricaMineral de hierro, US$ / tonelada métrica seca
20002.2793526651936
20012.0613225663639
20022.0613328180139
20032.2353633276740
20043.3714436076345
20054.1956131383374
20067.475712991.29777
20077.459754021.234129
20086.764945081.102152
20095.339644531.27583
20107.535794501.688146
20117.955944871.385151
20127.226955371.414117
20136.682954911.592123
20146.354894551.58290
20155.645524001.59657
20165.192464331.60162
20176.834613871.47772
20186.075543811.48069

      Fuente: Monitor Económico Global (GEM) del Banco Mundial. Disponible en http://databank.worldbank.org/data/views/variableselection/selectvariables.aspx?source=global-economic-monitor-%28gem%29-commodities

      Argentina, Brasil, Chile y el Perú pudieron capear el período

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