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cuando se habla de Iglesia católica se incluye a sus fieles, así no sean diáconos, presbíteros u obispos. Sin embargo, para efectos de este libro, cuando utilicemos la denominación Iglesia católica nos referiremos específicamente a la institución eclesiástica, salvo que se exprese lo contrario.

      4 Frances Hagopian recopiló diferentes cifras que permiten observar la importancia e influencia de la Iglesia católica en Colombia, en comparación con otros países latinoamericanos. Centrándose en la segunda mitad del siglo XX e inicios del nuevo siglo, muestra que, por ejemplo, el número de sacerdotes en relación con la cantidad de población católica en Colombia ha sido uno de los más altos en todos los años que se referencian. Entre 20 países, en 1950 la proporción de sacerdotes solo fue superada por Ecuador y Chile; en 1984, solamente por Chile y Uruguay; en 1999 y 2001, Colombia subió al segundo lugar, superado solamente por Costa Rica. En cuanto a la relación entre el número de parroquias y feligreses, con datos de 2003, Colombia, entre los mismos 20 países, obtuvo el segundo lugar, pues por cada parroquia se calculan 10 438 feligreses. El primer lugar lo tuvo Ecuador, con 10 098. Véase Frances Hagopian, “Introduction: The new landscape”, en Religious Pluralism, Democracy, and the Catholic Church in Latin America (Notre Dame: University of Notre Dame Press, 2009), 1-66.

      5 Al respecto, Ricardo Arias señala: “El protagonismo de la institución eclesiástica se explica no solo por las pretensiones de sus representantes que, desde muy temprano, han intentado organizar la sociedad colombiana a partir de un orden cristiano, sino también por una serie de circunstancias históricas. Entre ellas cabe resaltar la debilidad permanente del Estado, la cual, de una u otra manera, facilitó y —hasta cierto punto— legitimó las crecientes intervenciones del clero en las actividades más variadas de la sociedad colombiana. En este contexto, el catolicismo adquirió una importancia fundamental en la historia del país”. Ricardo Arias Trujillo, El episcopado colombiano: intransigencia y laicidad (1850-2000) (Bogotá: Ediciones Uniandes, 2003), 17.

      6 Véase Darío Acevedo Carmona, Política y caudillos colombianos en la caricatura editorial, 1920-1950: estudio de los imaginarios políticos partidistas (Medellín: La Carreta, 2009); Carlos Mario Perea Restrepo, Cultura política y violencia en Colombia: porque la sangre es espíritu (Bogotá: La Carreta, 2009).

      7 Eduardo Santos fue presidente de la república entre 1938 y 1942; mientras que Laureano Gómez lo fue entre 1950 y 1951. Este último fue elegido para el periodo 1950-1954, pero no lo pudo culminar.

      8 Jean-Pierre Bastian se refiere al proceso por el cual nuevas iglesias de la vertiente protestante del cristianismo, sobre todo las pentecostales, comenzaron a ganar creyentes, en detrimento de la Iglesia católica apostólica y romana. Véase Jean-Pierre Bastian, La mutación religiosa de América Latina: para una sociología del cambio social en la modernidad periférica (México, D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1997). En este proceso de mutación religiosa a nivel latinoamericano, Colombia se destacó por mantener una población católica significativamente alta, a pesar de la pérdida de feligreses. La población pentecostal o evangélica para el año 1993 era la tercera más baja de 20 países latinoamericanos, con un 5,4 %. Uruguay y Ecuador, con 3,8 % y 4,8 %, respectivamente, eran los únicos que lo superaban. Países como Chile y Brasil, para el mismo año, contaban con más de 30 % de practicantes evangélicos y pentecostales. Véase Hagopian, “Introduction: The new landscape”.

      9 Dentro de la institución eclesiástica, han sido los miembros de la Compañía de Jesús quienes han hecho los mayores aportes académicos acerca de la historia de la Iglesia católica en Colombia. Véase José David Cortés Guerrero, “Balance bibliográfico sobre la historia de la Iglesia católica en Colombia, 1945-1995”, Historia Crítica 12 (junio de 1996): 17-28.

      10 En 1944, la jerarquía eclesiástica creó la Coordinación Nacional de Acción Social Católica, y los jesuitas, responsables de la Revista Javeriana, fueron designados para dirigirla. Se establece allí la gran importancia de estas acciones para la lucha anticomunista. Álvaro Oviedo Hernández, Sindicalismo colombiano: Iglesia e ideario católico 1945-1957 (Quito: Universidad Andina Simón Bolívar-Corporación Editora Nacional, 2009).

      11 El semanario El Campesino fue fundado en 1958, en el seno del proyecto de ACPO, convirtiéndose, después de la radio, en el segundo medio de comunicación más importante del proyecto de Educación Fundamental Integral, que se implementó en diferentes regiones del país, buscando mejorar las condiciones de la población rural por medio de la alfabetización y la capacitación. Como su nombre lo indica, El Campesino fue dirigido principalmente al campesinado, aunque también circuló en las grandes ciudades del país. Este fue el periódico católico más exitoso a nivel de tiraje en la historia de Colombia. Dejó de circular en 1990. Véase Andrés Manosalva-Correa, “Historia del semanario El Campesino: un periódico católico para el campesinado colombiano”, HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local 12, n.º 25 (2020): 54-89, doi: https://doi.org/10.15446/historelo.v12n25.85003; José Arturo Rojas M., “El Campesino ‘un semanario al servicio y en defensa de los campesinos de Colombia’”, Boletín Cultural y Bibliográfico 46, n.º 82 (2012): 129-156.

      12 El Catolicismo es uno de los periódicos vigentes más antiguos del país. Fue fundado en el año 1849 por el arzobispo de Bogotá, Manuel José Mosquera, con el subtítulo “Periódico relijioso, filosófico y literario”. Para profundizar en la historia del periódico, véase Antonio Cacua Prada, “150 años : ‘El Catolicismo’ decano de la prensa colombiana”, Boletín de Historia y Antigüedades 87, n.º 1 (2000): 55-64; Elvia María Novoa Martín, “Historia del periódico El Catolicismo en sus primeros 100 años” (tesis de pregrado, Bogotá, Universidad de La Sabana, 1985).

      13 La Revista Javeriana tuvo su aparición en febrero de 1933, como órgano de la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la Pontificia Universidad Javeriana, institución educativa de la Compañía de Jesús. Su fundador y primer director fue el sacerdote jesuita Félix Restrepo. Al año siguiente fue refundada, dándosele el carácter de “publicación católica de interés general”, con el objeto de fomentar la cultura católica. Hasta el día de hoy la revista se mantiene en circulación.

      14 El Frente Nacional fue un acuerdo entre los partidos Liberal y Conservador para dividirse el Ejecutivo durante un periodo que se extendió por 16 años. En primer lugar, la presidencia la ocupó el liberal Alberto Lleras Camargo (1958-1962), seguido del conservador Guillermo León Valencia (1962-1966); posteriormente, tomaría posesión Carlos Lleras Restrepo (1966-1970) y, por último, estuvo Misael Pastrana Borrero (1970-1974). También las curules del Congreso de la República eran divididas en partes iguales. Para profundizar en este tema, véase Jonathan Hartlyn, La política del régimen de coalición: la experiencia del Frente Nacional en Colombia (Bogotá: CEI, 1993).

      15 Vale señalar que en la doctrina social de la Iglesia el asunto del trabajo y los trabajadores se venía tratando desde el siglo XIX, con la encíclica Rerum novarum (1891), del papa León XIII. En el periodo de estudio de esta investigación hay redefiniciones con algunas encíclicas de Juan XXIII y Pablo VI, así como textos surgidos del Concilio Vaticano II, como la Gaudium et spes (1965). Esto se abordará con profundidad en los capítulos 1, 2 y 3.

      16 Se cataloga como oficial en esta investigación al sector hegemónico de la Iglesia católica en Colombia, el cual era el más influyente y cercano a las élites políticas y económicas.

      17 Antonio Gramsci (1891-1937) fue un filósofo y político italiano marxista que escribió sobre teoría política, social y cultural. Su producción más importante está contenida en los llamados Cuadernos de la cárcel, los cuales fueron escritos mientras estuvo preso, entre 1927 y 1937. Véase Antonio Gramsci, “Cronología de la vida de Antonio Gramsci”, en Cuadernos de la cárcel, 2.ª ed., vol. 1, 6 vols. (México, D. F.: Era-Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 1999), 37-67.

      18 Para el análisis de cómo la prensa o una institución como la Iglesia católica influyen en la población también serían muy ricos los aportes de la constitución de sujetos desde la perspectiva de Michel Foucault. Sin embargo,

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