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documentación merece mucha atención. Pero más allá de este problema los convertidos o mudéjares antiguos aparecen en el libro, salvo en el tiempo de la expulsión, bajo la apelación genérica de moriscos. Podemos imaginar que antes de 1570 y la llegada de los granadinos se trata de ellos, pero después de la instalación de los andaluces no hay manera de distinguirles de estos inmigrados.12 Finalmente, en su libro sobre los moriscos de Uceda y Guadalajara, Aurelio García López se muestra atento a la situación de los moriscos antiguos entre 1502 y 1570 dedicándoles el capítulo II, pero las más de las veces los llama moriscos a secas lo cual es demasiado impreciso. La no diferencia entre moriscos antiguos y granadinos es total para el periodo posterior a 1570. Y los antiguos apenas reaparecen en el momento de la expulsión.13

      Todos estos ejemplos subrayan la necesidad de ser definitivamente precisos en el vocabulario empleado. El estudio de los moriscos mudéjares antiguos ha sufrido de manera privilegiada por los investigadores, de un lado la veta cuantitativa que ponía el acento sobre los grupos más numerosos y dejaba en la sombra los pequeños núcleos, y de otro la especialización geográfica (aragoneses, valencianos, granadinos) que perjudicaba el examen de las categorías no definidas territorialmente. No es un azar si durante mucho tiempo los únicos historiadores que han prestado atención a los mudéjares antiguos pertenecen o bien según las pautas del paradigma geográfico a lo que podemos llamar el ámbito ricoteño, o bien, a lo contrario, a los pocos generalistas (Domínguez Ortiz, Lapeyre...) de la cuestión morisca. La mala difusión de la mayoría de los trabajos de los primeros, la limitada extensión de las páginas dedicadas por los segundos a los mudéjares antiguos no han permitido la admisión de estos mudéjares antiguos como categoría tan válida como las de los aragoneses, valencianos o granadinos.

      Detengámonos un momento más sobre el vocabulario. Hemos visto que no es en nada homogéneo: mudéjares (a secas) antiguos (a secas también), convertidos, mudéjares antiguos, moriscos antiguos, moriscos mudéjares antiguos o simplemente moriscos aparecen al hilo de la documentación. Propongo elegir la expresión mudéjares antiguos para definir genéricamente la categoría. Tiene la ventaja de ser suficientemente sencilla (más que la de moriscos mudéjares antiguos, de hecho la más exacta de todas), es recurrente bajo la pluma de las autoridades (más que la de moriscos antiguos), y es la utilizada en el documento de 1614 citado al principio de esta contribución. Permite, sobre todo, distinguir a sus miembros de sus convecinos los granadinos que son unos mudéjares recientes. Pero si es obligado ponerse de acuerdo sobre las palabras empleadas y de esta manera eliminar toda confusión, la gran variedad de expresiones no debe estar borrada. Cada una de ellas tiene sentido y el conjunto de ellas significa que detrás de un fenómeno único, el del mudejarismo

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