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¡No valga la redundancia!. Juan Domingo Argüelles
Читать онлайн.Название ¡No valga la redundancia!
Год выпуска 0
isbn 9786075572475
Автор произведения Juan Domingo Argüelles
Жанр Учебная литература
Серия Studio
Издательство Bookwire
24. ¿autoexigirse?, ¿autolimitarse?, exigir, exigirse, limitar, limitarse
Desde que hay individuos que “se autoconvocan”, “se autopostulan”, “se autojustifican” y “se autosuicidan”, la gente es capaz de hacer cualquier cosa con el elemento compositivo “auto-” (del griego auto-) que significa “propio” o “por uno mismo”. El problema es que el abuso de este prefijo lleva a la gente a construir redundancias con verbos reflexivos y pronominales que ya contienen implícitamente al sujeto. Basta con emplear el sentido lógico para advertirlo. El Clave, diccionario de uso del español actual nos advierte, razonablemente, que “el uso de auto- ante verbos con valor reflexivo es redundante, aunque está muy extendido”, como en “autoanalizarse”, que es innecesario si ya existe “analizarse”. El Diccionario panhispánico de dudas, casi inservible, nos ayuda un poquito esta vez. En sus páginas leemos lo siguiente: “Hay verbos que admiten el uso conjunto del se reflexivo en función del complemento directo y del prefijo del sentido reflexivo auto-: autocensurarse, automedicarse, autoconvencerse, etc.; en estos casos, emplear el prefijo auto- es lícito si, en caso de no hacerlo, no queda claro que es el sujeto quien ejerce sobre sí mismo y voluntariamente la acción denotada por el verbo: en Se autolesionó antes de ser capturado, no hay duda de que el sujeto se provocó la lesión por voluntad propia, frente a Se lesionó antes de ser capturado, en que la lesión pudo ser fortuita. También es admisible la concurrencia del se reflexivo y el prefijo auto- cuando se busca deshacer la posible ambigüedad de sentido planteada por la confluencia formal de la construcción reflexiva con la de pasiva refleja: en El grupo se autodenomina La Farem Petar, queda claro que son los integrantes del grupo los que se aplican a sí mismos ese nombre, frente a El grupo se denomina La Farem Petar, que puede equivaler a El grupo es denominado [por otros] La Farem Petar. Fuera de estos casos, el uso conjunto del pronombre reflexivo y el prefijo auto- no es aconsejable y, desde luego, es inadmisible cuando el verbo sólo puede tener interpretación reflexiva: autosuicidarse [que es una de las peores barbaridades en nuestro idioma]. El prefijo reflexivo auto- es siempre incompatible con el refuerzo reflexivo tónico a sí mismo: se autoconvenció a sí mismo”. Son muchos los verbos a los que la gente les cuelga el prefijo “auto-”, y con frecuencia también el refuerzo “a sí mismo”, con los cuales crea las redundancias más absurdas. Hay dos que son evidentes: “autoexigirse” y “autolimitarse”. Siendo verbos reflexivos y pronominales, basta con decir y escribir “exigirse” y “limitarse”, pues el pronombre personal de tercera persona (forma átona de “él”) ya indica, e implica, que la acción de “exigir” y “limitar” se realiza en el propio sujeto que no es otro que “él”: Él se exige, Él se limita. Por lo anterior, el elemento compositivo “auto-” (“por uno mismo”) es innecesario en ambos verbos en sus formas reflexivas y pronominales. “Autoexigirse” y “autolimitarse” son formas tan redundantes como “autosuicidarse” y “autopostularse”.
Y son propias del ámbito culto del idioma, en especial de la jerga de la psicología y la autoayuda, de donde pasaron al deporte y a la política. En el portal digital mx Político leemos el siguiente encabezado:
Este señor es capaz de decir y escribir cualquier cosa (no lo dudamos ni un instante). Pero el portal de noticias debió informar que Monreal
25. ¿autoexpulsión?, expulsar, expulsión, ¿se autoexpulsó?, ¿se hace expulsar?, ¿se hizo expulsar?
En el futbol (¡tenía que ser el futbol!) leemos que “Messi y el amor propio salvan al Barcelona. El rosarino se inventa el golazo con el que el cuadro azulgrana se mantiene como invicto tras jugar con uno menos por la autoexpulsión de Roberto”. Hay que ver y oír cuánta memez se dice en el