Скачать книгу

o las secuencias textuales. Entre estas últimas privilegian las expositivas, explicativas y argumentativas y en relación con ellas se consideran procedimientos como el ejemplo, la reformulación, la analogía, el encadenamiento causal y la definición, además de las citas de autoridad, la concesión o la refutación. Asimismo, interrogan los modos de estructuración propios de cada tipo considerando tanto las regularidades más habituales como la perspectiva retórica. Buscan, así, desarrollar en sus destinatarios una sensibilidad textual que facilite y profundice el trabajo con textos académicos, estimulando la capacidad inferencial y estableciendo las bases que sostengan la producción y la interpretación.

      Mara Glozman y Karina Savio avanzan progresivamente en el desarrollo de los temas gracias a actividades que, si bien contemplan la figura del docente y la interacción en el aula, implementan un andamiaje suficiente y preciso que permite que puedan ser resueltas por el estudiante. Por otra parte, al final del manual, responden a las consignas, orientan sobre su resolución y sugieren recorridos posibles, completando así la tarea pedagógica emprendida.

      Los textos en los que se basan las actividades, muy bien seleccionados, provienen de diferentes campos del saber y ponen en relación al lector con autores, temas o tradiciones que han marcado la vida de nuestras sociedades o que han tenido un peso decisivo en los debates científicos o pedagógicos. Algunos fragmentos se centran en aspectos significativos del estudio del lenguaje que no solo sirven para contextualizar las opciones teóricas del manual, sino también para identificar líneas ineludibles del pensamiento lingüístico contemporáneo.

      Las preguntas que orientan las tareas que se requieren están destinadas a intervenir en el aprendizaje de estrategias comprensivas que permitan relacionar los conocimientos que el estudiante ha adquirido con la información provista por el texto, además de facilitar la resolución de ejercicios de escritura de diferente alcance, que ponen en juego variadas modalidades textuales. En todos los casos se hace visible la importancia de la lectura y la escritura en el desarrollo de los aprendizajes y se trata de que los alumnos vayan internalizando modos de interrogar tanto los textos como sus propias prácticas. Así podrán formular las preguntas que les permitan evaluar su comprensión, regular el ingreso de conocimiento previo, reparar en los problemas que el texto plantea y profundizar en el tema abordado.

      Cierran los capítulos indicaciones normativas (referidas a la tildación, la concordancia, los signos de puntuación, la correlación verbal y el uso de los pronombres relativos) que tienen en cuenta el registro propio de los textos académicos y que tienden a facilitar el paso de los mecanismos heterorreguladores a los autorreguladores, de allí que las titulen “pautas de autocorrección”. En la medida en que esas normas se dominen se podrán derivar recursos cognitivos a la atención de otros aspectos del texto en una instancia crucial como es la revisión del escrito.

      A lo largo de los capítulos, aunque las problemáticas consideradas se acentúen en algunos de ellos, se atiende a temas lingüístico-discursivos esenciales para la lectura y escritura, sobre todo de textos complejos como los que circulan por el medio académico. Así se abordan, entre otros, conectores, anáforas, tipos de encadenamientos secuenciales y modos de insertar enunciados referidos. En todo momento se conjugan la lectura y la escritura y se muestra cómo los saberes adquiridos mediante la reflexión metalingüística en una práctica se transfieren a la otra.

      A los aspectos enunciativos considerados se agregan los procedurales: búsqueda de información, contraste de fuentes, elaboración de fichas y de cuadros, planes, borradores, estrategias de revisión. Se insiste en los modos en que la lectura es convocada en la escritura: materiales previos a un trabajo, relecturas a medida que se escribe o al finalizar, representación del lector previsto. Y se orienta respecto de cómo la lectura apela a la escritura incluso en gestos aparentemente menores como los subrayados, la toma de notas o las reflexiones en los márgenes, en lo que interviene el propio proceso comprensivo y la representación de la tarea que se debe realizar. Los ejercicios que las autoras proponen, así como las orientaciones para su resolución, activan el paso de una práctica a la otra.

      En muchos casos las tareas solicitadas en el medio universitario exigen la integración de fuentes. Esto implica no solo la comprensión de los textos involucrados, sino también la capacidad de reconocer vínculos intertextuales que puedan establecer enlaces conceptuales y retóricos como, por ejemplo, acuerdo / disenso, coincidencia / contradicción. Conscientes de la importancia de estas operaciones, las autoras destinan un capítulo a la complementación y confrontación de fuentes. En esto es decisivo, además del volver reiteradamente sobre los textos, el reconocimiento de la orientación argumentativa de cada uno, de los diferentes puntos de vista que adoptan o del diálogo que un texto entabla con otros. Son pasos esenciales para asumir posiciones fundamentadas frente a las problemáticas a las que aquellos remiten.

      Debemos destacar, finalmente, la importancia asignada a la contextualización de los textos de estudio, de allí que el manual proponga indagar en las condiciones de producción y de circulación, determinar el interdiscurso en el que los textos se inscriben y las memorias discursivas que activan. En estas búsquedas que el estudiante debe hacer colaboran la puesta en relación, en el despliegue didáctico, de textos cercanos temáticamente y las diversas indicaciones sobre los aspectos a los que hay que atender, entre otros, los datos del paratexto y los modos de buscar información confiable y actualizada.

      En síntesis, el texto que presentamos surge de una reflexión sostenida, a partir de la experiencia docente en el nivel superior, orientada por un conocimiento detenido de los fenómenos discursivos y de los procesos de lectura y escritura. Esto lleva a que la claridad expositiva, propia de un emprendimiento didáctico, se acompañe de un rigor teórico apreciable a la vez que se seleccionan y jerarquizan los aportes de las ciencias del lenguaje en función de los aprendizajes que los estudiantes deben hacer. Este difícil equilibrio entre la implementación didáctica y la precisión conceptual, al que está sometido todo autor de manual, ha sido logrado acabadamente por las autoras.

      Elvira Narvaja de Arnoux

      Presentación

      En su Diccionario etimológico de la lengua castellana, Joan Corominas data la aparición de la palabra estudiante hacia el año 1462. Es, junto con otras expresiones, uno de los derivados del sustantivo latino studium: ‘gusto, pasión, aplicación, dedicación, estima, estudio’. Las palabras, tanto en sus formas como en sus sentidos, cambian con el paso del tiempo, con las mutaciones lingüísticas y las transformaciones históricas: estudiar, en la actualidad, trae efectivamente otras resonancias. Aun así, este pequeño juego etimológico nos permite iniciar el recorrido con una primera reflexión: qué es, pues, estudiar sino avocarse de manera comprometida a una problemática, actividad, rama del conocimiento. En gran medida, a eso nos dedicamos los docentes: no solamente a transmitir ciertos conocimientos y saberes específicos según nuestra área o rama del saber; también nos dedicamos a formar estudiantes, sujetos que estudien, que tengan al saber en estima. Dedicación –y muchas veces pasión– que nos empuja también a nosotros a estudiar, que nos inspira a estudiar con el fin de formarnos por nuestros propios intereses y para seguir enseñando.

      En esta dirección puede aportar también otra pequeña reflexión etimológica: estudiante y docente. Si miramos estas palabras por un momento desde su raíz latina, muestran un carácter de práctica activa y continua: ambas tienen en común, en efecto, la forma del participio presente activo. De manera análoga a oyente, cantante, vidente, estudiante y docente remiten a sujetos que realizan en continuidad la práctica de estudiar y/o la práctica de enseñar, hacer ver y conocer.

      En este libro procuramos acompañar al docente en ese proceso de formar estudiantes en lo que atañe a una de las formas del estudio que atraviesa áreas y ramas del conocimiento: aquella que se realiza con, sobre y a través de textos. Como docentes al frente de diferentes cursos contamos con un saber o, mejor dicho, con un universo de saberes específicos. Nuestra propuesta pretende brindar herramientas orientadas a bordear la dimensión del cómo hacer con ese universo en el espacio áulico o en otros espacios en los que realizamos prácticas docentes. Nos motiva una convicción compartida: las ganas o la decisión

Скачать книгу