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y el líquido que lo rodea, el líquido cefalorraquídeo, todavía superan en importancia al tejido conectivo. El sistema nervioso, como centro de conmutación o de sinapsis y como órgano regulador, es responsable de todos los mecanismos de adaptación entre cada uno de los sistemas corporales. Éste inicia y coordina todas las funciones del conjunto del organismo y es responsable de todos los mecanismos de adaptación y de compensación.

      El líquido cefalorraquídeo (LCR) es considerado por Still el elemento conocido probablemente más importante (the highest known element) de todo el organismo. Por su composición, se parece al suero de la sangre y de la linfa. Se comunica con ambos líquidos: con la sangre a través de los plexos coroideos y con la linfa a través de los nervios periféricos en el intersticio. Además de sus funciones de protección y de nutrición del sistema nervioso central, Still, y especialmente su discípulo Sutherland, atribuyeron una importancia especial al LCR [54, 140, 142, 143]: el “aliento vital” llega a todas las células del cuerpo conjuntamente con el líquido cefalorraquídeo.

      Las experiencias y vivencias por las que pasó Still en sus años de juventud probablemente fueron determinantes para el origen de la osteopatía. Como médico, creyente e hijo de un predicador metodista, Still mantenía una estrecha relación con la religión y con Dios. Esto queda reflejado en todos sus escritos. Dios ha concedido la salud al hombre; la enfermedad es lo anormal. Para Still, la tarea del osteópata consiste en buscar la salud en el organismo del paciente.

      En la búsqueda de la verdadera medicina, Still se inspiró en dos fuentes, de hecho, opuestas: los sanadores espirituales y los manipuladores de huesos. El sanador espiritual se personifica en el terapeuta creyente, que escucha al tejido y focaliza su energía sobre la región patológica a través de sus manos. El “aliento vital” (Sutherland) será entonces el responsable de materializar la curación. Por otro lado están los manipuladores de huesos (bonesetter), que tienen éxito aplicando las manipulaciones.

      En sus tratamientos osteopáticos Still consigue unificar estas dos tendencias. Un conocimiento exacto de la anatomía y un excelente sentido del tacto, junto con la fe en las fuerzas de autocuración y la intención de ayudar, hicieron de él un terapeuta especial. Sus conocimientos de anatomía y de fisiología le permitían tener una visión exacta de las estructuras. Su fino sentido del tacto le permitía sentir las tensiones de los tejidos y aplicar las técnicas adecuadas para cada caso.

      En el osteópata Still se unían el sanador y el manipulador de huesos. Comparaba el organismo humano con una máquina y al osteópata con el mecánico que efectúa la puesta a punto de la mecánica de la máquina [140].

      Una característica de la osteopatía de Still era que reunía la biodinámica y la biomecánica. Actualmente, parece como si alguno de sus sucesores pretendiera separar esta dualidad. Algunos osteópatas son puros “mecánicos” y manipulan con técnicas más o menos suaves la totalidad del organismo, atribuyendo valor a las leyes de la anatomía y de la filosofía. Éstos representan la dirección biomecánica de la osteopatía.

      Y por otro lado están los biodinámicos, que atribuyen menos valor a la biomecánica y, por ello, más valor a su sentido del tacto y a las fuerzas de autocuración del organismo.

      Al igual que los sanadores espirituales, éstos intentan activar las fuerzas de autocuración en el tejido, con la diferencia de que valoran los ritmos del organismo tanto para el diagnóstico como para el tratamiento [8, 9, 72].

      En este contexto es interesante destacar una afirmación de Viola Fryman (Formación continua 2000). En aquella ocasión, afirmó que el mecanismo de la respiración primaria (MRP) se manifiesta claramente en el tejido sano. Si existen disfunciones, la fuerza de la expresión del MRP se verá alterada, es decir, el MRP puede ser valorado tanto para el diagnóstico como para la terapia. Este fenómeno es utilizado por los biodinámicos. Con sus manos proporcionan un fulcro al tejido [8, 72, 135]. Al cabo de un cierto tiempo, el MRP se manifiesta con sus diferentes ritmos, lo que indica de que el tejido ha recuperado su función.

      La osteopatía craneal clásica se diferencia de la orientación biodinámica en que explora el tejido para sentir el movimiento y sus restricciones, con el objetivo de conducir la estructura tratada hacia la dirección de movimiento libre y mantener allí el tejido para que el mecanismo de la respiración primaria pueda desarrollarse libremente sin tensiones y alcanzar así un efecto terapéutico.

      Los movimientos de la sincondrosis esfenobasilar (SEB) palpados y descritos por Sutherland se corresponden con los movimientos de la cabeza en los tres planos del espacio además de las traslaciones en el plano sagital (up y down-strain) y en el plano horizontal (lateralstrain). Las técnicas funcionales aplicadas al aparato locomotor funcionan según el mismo principio. Se busca un punto de equilibrio en todos los planos (stacking) y se mantiene el tejido en la posición de relajación hasta que se produce una relajación automática. Aquí vemos cómo los principios aplicados en la osteopatía craneal son idénticos a aquéllos válidos para el resto del cuerpo.

      Existen diferentes opiniones acerca de cuál es el mecanismo responsable de que se produzca finalmente la relajación del tejido. Los biomecánicos opinan que se trata de un efecto reflejo que procede de los receptores del tejido. Los biodinámicos creen en el efecto del MRP.

      En sus tratamientos, Still aplicó una combinación de las técnicas denominadas directas con técnicas indirectas. Las directas manipulan el segmento que hay que tratar en la dirección de la corrección, mientras que las indirectas consisten en mover el segmento en la dirección de la disfunción.

      Van Buskirk [23] llevó a cabo investigaciones para descubrir cómo trataba Still a sus pacientes. Interrogó a personas mayores que durante su infancia o su juventud habían sido tratadas por osteópatas para saber si comprendían las técnicas que habían utilizado con ellas. Algunas de estas personas todavía eran capaces de describir las técnicas, y, para su sorpresa, Van Buskirk constató que pocas de ellas se parecían a las técnicas descritas por Still.

      También existe una breve secuencia de vídeo en la que puede verse a Still efectuando el tratamiento de una costilla. Este vídeo, así como las declaraciones de los pacientes y el poco material escrito por Still sobre sus técnicas, dejan claros los aspectos siguientes: tras realizar un diagnóstico extenso, el segmento que hay que tratar es colocado en la posición de la lesión hasta que se relaja la musculatura contraída. A continuación, se mueve el segmento hacia la posición de la corrección efectuando una ligera presión que está focalizada sobre la articulación bloqueada durante la totalidad del movimiento.

       Bases científicas

      Tal como hemos mencionado, el sistema nervioso desempeñaba un papel central para Still. Es el material de unión entre los sistemas visceral, parietal y craneal. La importancia del sistema nervioso central, y especialmente de la médula espinal en la génesis de las disfunciones y de las patologías, quedó demostrada científicamente tras los trabajos de Korr, Sato y Patterson [79, 81, 112].

      Estos científicos demostraron, tras la experimentación, la importancia de la columna vertebral para la formación y el mantenimiento de los estados patológicos ya definida por Still y otros terapeutas manuales, y confirmaron de esta forma el papel regulador central de la médula espinal. Especialmente Korr [79], demostró científicamente fenómenos generalmente aceptados de forma experimental. Designaba el aparato locomotor como la máquina más importante de la vida (the primary machinery of life). Según Korr, los demás sistemas (sistema digestivo, sistema endocrino, sistema cardiocirculatorio) están al servicio del aparato locomotor.

      En este sentido, el sistema nervioso vegetativo desempeña un papel especialmente importante. Algunas partes del sistema nervioso autónomo no son antagónicas, sino complementarias. Expresado de forma sencilla, el parasimpático sirve para la regeneración del organismo. Además, regula los procesos de larga duración. El simpático, en cambio, adapta la función de los diferentes sistemas corporales a los requerimientos del momento. Interviene en la regulación del aporte sanguíneo para los músculos activos, reduciendo

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