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       Capítulo 6

       Capítulo 7

       Capítulo 8

       Capítulo 9

       Capítulo 10

       Epílogo

       Si te ha gustado este libro…

       Mentiras y deseo

       Capítulo 1

       Capítulo 2

       Capítulo 3

       Capítulo 4

       Capítulo 5

       Capítulo 6

       Capítulo 7

       Capítulo 8

       Capítulo 9

       Capítulo 10

       Capítulo 11

       Capítulo 12

       Capítulo 13

       Capítulo 14

       Capítulo 15

       Capítulo 16

       Capítulo 17

       Capítulo 18

       Epílogo

       Si te ha gustado este libro…

       Sin dejar de amar

       Prólogo

       Capítulo 1

       Capítulo 2

       Capítulo 3

       Capítulo 4

       Capítulo 5

       Capítulo 6

       Capítulo 7

       Capítulo 8

       Capítulo 9

       Capítulo 10

       Capítulo 11

       Capítulo 12

       Capítulo 13

       Capítulo 14

       Capítulo 15

       Epílogo

       Si te ha gustado este libro…

      

      –¿NO LE habrás dicho que sí? –preguntó Yelena Valero, girándose para ver el semblante de su jefe–. Dime que no has dicho que Bennett & Harper RR.PP. va a aceptar como cliente a Alexander Rush.

      –No –respondió Jonathon Harper, arqueando las pobladas cejas y recostándose en su sillón de piel–. Has sido tú la que le has dicho que sí. Rush ha dejado claro que o trabaja contigo, o nada.

      Ella se sintió desorientada, se le aceleró el corazón.

      –Jon… ya sabes que estuvo saliendo con mi hermana…

      –Y no me importa lo más mínimo. Lo conoces desde que tienes… ¿cuántos?, ¿quince años?

      –Sí, pero de verdad que pienso que…

      –Aquí están sus recortes de prensa –añadió Jonathon, dejando una carpeta encima del escritorio–. Esto no es negociable, Yelena. Te di seis meses libres sin hacerte preguntas. ¿Ahora quieres que te tengamos en cuenta como socia? Pues hazle un hueco en tu agenda.

      Dicho aquello, Jonathon volvió a mirar la pantalla de su ordenador.

      Yelena lo fulminó con la mirada antes de tomar la carpeta y darse la vuelta.

      Cuando llegó al pasillo, sus tacones golpearon con furia el frío suelo de pizarra.

      Entonces se detuvo y miró la puerta cerrada del despacho que había al final del pasillo. Si hubiese sido socia de Jonathon, su igual, este no habría jugado con ella. Pero su jefe parecía pensar que el hecho de conocer a Alex del pasado era una ventaja, mientras que ella pensaba que iba a ser como un choque de trenes.

      Cerró los ojos y respiró hondo.

      «Uno,

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