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      EL CAMINO

      Olanda Angarita

      EL CAMINO

      Herramientas sencillas para

      transformar el dolor en alegría

      El camino. Herramientas sencillas para transformar el dolor en alegría

      © Olanda Angarita, 2020

      © COVEY LEADERSHIP CENTER PERU S.A.C.

      Av. del Ejercito Nro. 1180 Int. 1302

      [email protected]

      Primera edición: febrero de 2020

      Prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio,

      total o parcialmente, sin permiso expreso de los editores.

      ISBN: 978-612-483-2017

      AGRADECIMIENTOS

      La oportunidad de escribir este libro llegó a mí luego de haberme perdido en el camino y de haber recibido algunos golpes que a mi parecer y sentir fueron bastante contundentes. Agradezco a los “golpes” que me hicieron querer crecer, sanar, evolucionar, buscar respuestas, buscar ayuda, llorar, reír, encontrarme y volver a comenzar. Este libro que tienes en tus manos ha sido el resultado de mi caminar y deseo con todo mi corazón que te acompañe un rato en tu propio camino haciéndote sentir aunque sea un poquito mejor.

      En el camino que hasta ahora he recorrido me he encontrado con gente que hoy quiero honrar con estas sencillas pero amorosas palabras.

      Quiero agradecer primero que todo a Dios, al Universo, a esa Conciencia Amorosa que vive en mi y a través de mí. A esa Vida Inteligente que día a día insiste en que no me aparte de la senda sagrada. Gracias por tu infinito amor y tú contención en todo este trayecto.

      Nada de lo que escriba aquí puede expresar ni describir en su plenitud lo que siento por cada una de estas personas a quienes agradezco, sin embargo, voy a tratar de utilizar alguna clase de combinación de palabras que intente lograr expresar mi amor por ellos.

      Quiero agradecer a mi Mami por ser un ser humano perfectamente imperfecto lleno de amor y enseñanzas. Por su orden y fortaleza, por estar siempre allí en cada momento de mi vida, en cada “mudanza”, por su buena memoria, su entusiasmo, su desapego forzado, por dejarme ser y confiar en mí, quiero agradecerte por tu hermosa y amorosa presencia en mi vida y por cada sonrisa que pintaste en mis labios, por ser esa mamá soñada a la que amo tanto.

      A mi Papito por SER quien ES, esa energía creadora, amorosa, siempre presente, disponible, siempre con la palabra correcta, el abrazo cálido, la voz sanadora, la verdad en sus labios y el amor envuelto en papel de regalo siempre listo para hacerte reír con sus cuentos. Por su inocencia y sabiduría. Por mantenernos protegidos y amados.

      A mi Het, mi hermana amada por permitirme compartir a su lado todo este tiempo, por sus consejos, su amor, por ser una guerrera de la vida y jamas perder la dulzura y la suavidad. Por darme a mi Coco que amo.

      A mi Pollo por siempre estar pendiente de mí por todas tus llamadas y tu amor infinito. Por darme a mi titi puro e inocente y a mi otra hermana Jhen siempre amorosa e incondicional.

      Que hermosa oportunidad de agradecer a mi compañero de camino, a mi amado Beni por ser el cohete que me impulsa a seguir adelante, mi compañero de futbol y de cine, de tantas noches en vela, de tanto viaje por el mundo y de una vida que comenzó al 3er día de conocernos, gracias por seguir estando luego de tantas subidas y bajadas, curvas y baches, luego de tanto andar y superar, Te amo. A mis hijos amados la música de mi corazón, la sonrisa de mis labios, las ganas de seguir intentando sin descanso ser perfecta, mis niños mi ilusión, mi vida, mi energía, mis trasnochos, mi escuela, los amo con todo mi ser, gracias por haberme escogido como su mami.

      A mi familia amada, tod@s mis prim@s y ti@s ahora regados por le mundo con los que compartí tantos momentos, los amo y a pesar de la distancia siempre los guardo cerquita.

      A mis amigas de siempre, Adri, Andre, Bea, Ana, por tantos años de amor, risas e incondicionalidad. A Cathy, Andrea y Ana lucia por levantarme y acompañarme en momentos difíciles, por llorar y por reír conmigo por traspasar fronteras solo para hablar conmigo, las amo a todas. A Vany por tanto cariño, apoyo y ayuda siempre incondicional.

      A Pablo Governatori por su amistad y su arte. Que alegría trabajar juntos una vez más en las hermosas canciones que forman parte de este viaje. Que honor amigo contar contigo en este proyecto, gracias eternas por querer y por estar.

      Gracias Silvano por creer en este proyecto y abrir los caminos.

      A mi Venezuela extrañada y mi gente por ser siempre ese recuerdo santo y bendito que me corre por las venas. Que me hizo hermana de la espuma, de las garzas, de las rosas y del sol.

      A mi hermosa Panamá y toda la gente que me abrazó y me hizo sentir en casa. Panamá mi escuela de vida, tengo tanto que agradecerte y tantos recuerdos que llevaré por siempre en mi corazón. Patria son tantas cosas bellas y eso es lo que tu eres para mi.

      A Perú y toda su hermosa gente Nati, Mari Cruz y todos los que al día de hoy son mi familia, gracias por convertirte en mi nueva casa y por tantas oportunidades y bendiciones, Como no te voy a Querer.

      Lu gracias por las puertas abiertas, las oportunidades y tus hermosas palabras del Prólogo.

      Como no quiero que se me olvide nadie entonces voy a dar gracias por “El Contacto”, ese momento de acercamiento que he tenido con todas las personas a lo largo de mi vida. Ese bendito y mágico contacto que hizo posible que tu y yo nos conectáramos en alguna parte de el camino y que seguro segurísimo nos dejó una importante lección aprendida o por aprender.

      Para poder hacer contacto debimos haber estado separados y que maravilloso fue por tan solo un instante de nuestras vidas habernos unido y fundido. Habernos dormido en sueños que pertenecían a otros y aprender de esa experiencia.

      Sin embargo, el contacto es eso, es solo un instante que nos recuerda que para que exista contacto debemos volver a la separación. Entonces agradezco a ese YO que quiso inocentemente ser uno con TU y convertirnos en NOSOTROS, pero que solo lo logró por un instante.

      Gracias entonces a ese instante donde pudimos hacer contacto, contacto que a veces pareció mas un golpe y otras veces se sintió mas como una caricia pero que sin duda dejó algo que aprender.

      Gracias a mis maestros de vida que aparecieron en los momentos correctos para cumplir con alguna petición “pre acordada” en otra vida. Gracias por cumplir con sus promesas y enseñarme a amar, a odiar, a perdonar, a comprender, a superar, a pedir perdón, a sentir, a no querer sentir, a reír a llorar, gracias.

      Gracias por los duelos que me regalaron y que me hicieron cada día mejor.

      Gracias a Ustedes por querer ser cada día mejor.

      PRÓLOGO

      Duelo. Hasta pronunciar esa palabra es doloroso. Para vivir un duelo no hay necesidad de que alguien muy querido muera, puedes sentir que algo dentro de ti se murió, se acabó, se rompió y no encuentras la forma de juntar los pedacitos.

      Tengo que confesar que en distintas etapas de mi vida yo me sentí así, ya sea por una relación fallida, un proyecto que no salió como quería o un trabajo donde me costó tiempo, sudor y lágrimas enterrar al difunto. En realidad, la eterna pregunta que daba vueltas en mi cabeza era: ¿Y si hubiera...? Pero el hubiera es tiempo pasado y, por ende, es un tiempo muerto. Así lo veo yo.

      Por eso, me gusta tanto la propuesta de Olanda en este libro. Cuánto hubiera querido leerlo o conocerla en tantos entierros mal hechos e improvisados que tuve en la vida. Porque si bien el sentido común y la fuerza interior pueden guiarte intuitivamente, las heridas que te deja una pérdida de cualquier tipo es ideal tratarlas con cuidado y sabiduría para que puedan cicatrizar bien. Y para mí, Olanda representa eso: una mujer que ha estudiado y puesto en práctica todo lo que se necesita para sanarnos

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