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      Capítulo Uno

      —"Esto es simplemente asqueroso", refunfuñó Sol mientras sostenía una bolsa de plástico que goteaba baba marrón.

      Ryker se estremeció y la bilis se elevó en su garganta poniéndole más enfermo de lo que ya estaba. El aire a su alrededor se volvió violento y en vez de quitarle el hedor, lo mantuvo arremolinándose bajo su nariz.

      Accediendo a sus poderes elementales, intentó alejar el viento de su cuerpo, pero lo único que consiguió fue aumentarlo un poco. Ahora los vientos rompieron la bolsa en sus manos y las olas aumentaron de volumen, amenazando con ahogarlas a todas. Si no tenía cuidado, causaría un terremoto y un incendio también.

      Sacudiendo la cabeza, respiró profundamente varias veces y casi vomita por sus esfuerzos. En lugar de intentar usar sus elementos, los apagó todos. A pesar de lo poderoso que supuestamente era, aún no tenía control sobre sus habilidades.

      Centrándose en la tarea que tenía entre manos, preguntó: "¿Quién coño tiraría eso al océano? Ni siquiera quiero adivinar qué es".

      —"A los humanos no les importa lo que tiran por descuido. No tienen una conexión con los elementos como nosotros", añadió Brokk con un gruñido.

      No estaba equivocado. Cualquier tipo de contaminación enferma a los Fae y debilita sus poderes elementales. Era la razón por la que él y sus amigos estaban recorriendo el pequeño tramo de la playa que los Fae podían visitar. Varias veces al año, todos los residentes de Edge podían ir a la costa armados con bolsas y guantes.

      No era exactamente como Ryker imaginaba pasar su descanso de la academia, pero aquí estaba, sin embargo. Le resultaba difícil permanecer callado y no tomar medidas por su gente. Solo habían pasado unas pocas semanas desde que descubrió su verdadera identidad.

      Y, apenas podía comprender el verdadero significado del hecho de que era el Rey de los Fae. Era el único heredero vivo al trono de Mag Mell porque sus padres convencieron a un sirviente para que escapara y lo escondiera.

      La mujer que él creía toda su vida que era su madre era la verdadera sirvienta de su madre. Eso no la hacía menos su madre a sus ojos. No podía amarla más por el sacrificio que hizo por su familia y todo su reino. Si no fuera por ella, Mag Mell estaría realmente perdido.

      Había pasado las últimas semanas intentando demostrarle cuánto la amaba ayudándola en su trabajo. Estaba prácticamente pegado a su lado desde que empezó el descanso de fin de año. Resultó ser lo mejor en más de una ocasión. Casi le habían robado, pero Ryker estaba allí para salvarla a ella y a su dinero duramente ganado.

      Negándose a pensar en el peligro que su madre corría a diario, se concentró de nuevo en la tarea y la conversación que tenía a mano. Si seguía obsesionado con Galina, no podría volver a la Academia Bramble's Edge en un par de días como se suponía que debía hacer.

      No iba a terminar con un montón de alas rotas en su segundo año. Pudo haber matado a su malvada directora a finales del año pasado, pero no fue tan estúpido como para creer que era el fin de la manipulación y los problemas.

      El intento de la escuela de ayudar a los Fae a afinar su control sobre los elementos fue pervertido de su propósito original para poder crear esclavos sin sentido para los humanos. El instinto de Ryker le dijo que había más que eso, pero no tenía ni idea de cuánto más. Sin embargo, la corrupción se le quedó grabada como una espada de doble filo. Después de todo, su bisabuelo creó la academia para evitar

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