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comendador Hernan Rodriguez de Sosa, cauallero portugues, a quien despues el adelantado Benalcazar corto la caueza juntamente con el mariscal Jorje Robledo en tierra de Harma, de la gouernacion de Popayan, que estuviese en el pueblo de San Seuastian de Uraba, y alli esperase a que saliese el gouernador Heredia y lo prendiese y lleuase preso a Cartaxena86.

      Desde a pocos dias que el Comendador hobo llegado a Uraba, salio el Gouernador con su jente, que traia mas treinta mill pesos de oro fino en buenas joyas, y los soldados mas de otros treze o catorze mill pesos, y puesto a punto para yrse a España, vino a caher en manos del Comendador y a ser preso y lleuado a Cartaxena, donde el llicenciado Vadillo lo tuuo preso muchos dias, entendiendo en su rresidencia. El gouernador Pedro de Heredia tuuo modos como soltarse y enuarcarse e yrse a España, donde despues le hizo merced el Rrey de titulo de Adelantado de Cartaxena y Gouernador de aquella gouernacion, y el llicenciado Juan de Uadillo se quedo gouernando a Cartaxena, y tanuien tuuo el despidiente87 que luego se dira.

      Estaua en este tiempo en Uraua detenida y rrepresada mucha jente, asi de la que auia salido de la jornada con el gouernador Pedro de Heredia, como de la que de la isla o otras partes acudian a la fama de la rriqueza que alli se auia de los yndios. Determinaron ciertos soldados, con comision y licencia del llicenciado Vadillo, entrarse la tierra adentro a gastar el tienpo en algun onesto ejercicio y a prouer el pueblo de comida, questaua muy falto della. Juntaronse con este presupuesto sesenta soldados, y lleuando por su capitan a Francisco Cesar, se salieron del pueblo de Uraba y se anduuieron algunos dias por poblazones zercanas, enuiando comida a la ciudad; y como todos estauan proues y faltos de posible, confederaronse y concertaronse entre si de que no boluiesen al pueblo sin hallar alguna copia de oro con que supliesen sus necesidades, y aprouando y confirmando este parezer por todos, ya que se querian partir de vn poblezuelo donde estauan alojados, juntaronse los yndios de aquella comarca para dalles guazauara, y biniendo a dar en el alojamiento de los españoles, encontraron apartado del, en vna quebradilla, a vn soldado estranjero que yba a dar de ueuer a su cauallo, al qual los yndios comencaron a flechar desde lo alto de las barrancas de aquel arroyo donde estaua el soldado.

      Pareciendole que hera cosa ynfame el soltar el cauallo y rretirarse o ponerse en lugar seguro, comenzo muy de su espacio a sacar vn machete que lleuaua y a esgrimir con el y soltar el cauallo: ybase rretirando muy de su espacio, y diciendo a los yndios en su lengua, quiriendo ymitar a la castellana: «juradi que no temedi vellaqui yndi», y esto88 sin que los yndios llegasen a el, porque desde lexos no cesauan de flechalle, y asi, antes que fuesse socorrido de los demas soldados que al rruido acudieron, le auian ya los yndios dado catorze o quinze flechazos, que todos le trauesauan el cuerpo, de que luego, otro dia siguiente, murio.

      Tomaron el capitan Cesa y los soldados que con el estauan, por desinio o derrota de su jornada el descubrir el camino al Cenu, enpresa bien trauajosa y dificultossa para otro mas copioso numero de gente, porque hera todo lo que se auia de caminar tierra muy montosa y arcabucosa y de gran espesura y que por ella auian de yr de contino abriendo camino con hachas y machetes y azadones, sin que por donde yban ouiese mas camino del que los soldados yban abriendo a pura fuerza de bracos, lleuando por guia sienpre el poniente. La comida que por estas montañas auian y tenian los soldados heran hobos, fruta de arboles siluestres, e hicoteas o galapagos, de que auia gran cantidad en los arcabucos y alguna misera comidilla que en algunos buhios de yndios que acaso topauan por aquella montaña auia, y con este contino e yntolerable trauajo, rronpiendo y atrauesando y suuiendo grandes montañas, y auiendo caminado por ellas mas de ochenta leguas, la semana de la natiuidad del Hijo de Dios, hallaron entre aquellas montañas y sierras vn ballecuelo poblado de poca poblazon, al qual sus propios naturales llamauan Abiue. Fue gran refrigio89 y consuelo para los españoles, por que hen el hallaron abundancia de comida, con la qual se detuuieron90 algunos dias, porque ya no abia fuerza que soportase ni animo que tolerase el trauajo cotidiano que todos los soldados hasta alli auian traido, cortando y abriendo camino, y cauando y aderezando las questas y suvidas para los cauallos, sin comer cosa que les pudiese avmentar el uigor y las fuercas corporales.

      Estando, pues, los españoles descansando y rreformandose91 en Abiue, ouieron e tomaron a manos vn casique o principal de aquel valle, que les dijo como heran el y sus yndios sujetos al casique de Nutiuara Cenufana, ques vno de los tres Cenus de que atras e tratado, cuya poblazon y uiuiendas estaua seis jornadas de alli la tierra adentro, todas de tierra rrasa o pelada. Dioles gran contento a los españoles esta nueua, por entender que se uiyan libres de trauajo de abrir camino y cortar arcabucos; y con esto determino el capitan Francisco Cesa enbiar al propio principal que le dio esta noticia, que fuese de su parte hablar y saludar al casique Mitiuara92 Cenufana, y dalle parte de como yua a uelle y conocelle y a ser su amigo y conpañero.

      Rresceuida la nueua de los españoles, el casique Mitiuara Zenu, segun las muestras que dio, se holgo mucho dello93, de la suerte que el lobo anbriento, que suele dar muestras de alegria y rrelamerse con la uista del pegujal o manada de las ouejas, por que luego ynbio yndios suyos cargados de friosoles94, aji y sal, de que tenian gran necesidad, y a decilles que se holgauan mucho con su yda, que se diesen priesa a engordar y azercarse a su pueblo, porque con su yda pretendia hazer grandes fiestas y conuites a sus feligreses y comarcanos; y desde esta primer salutacion sienpre tuuo este baruaro especial cuidado de proueher y enuiar a los españoles de las cosas dichas, y mayas, que son perrillos e gosques pequeños para comer, y mantas y otras cosas que en su tierra auia, y nunca se le oluidaua el decir que se diesen prisa a engordar y se llegasen a su pueblo, por que los deseaua uer yr muy gordos.

      Con estas nueuas y conuites salieron los españoles de Biue y siguieron su uiaje por tierra rrasa y apazible de caminar.

NOTAS Á LOS CAPITULOS III A IXI

      En carta dirigida al Emperador por Alvaro de Saavedra, Tesorero de Cartagena, fechada en esta ciudad á 26 de Mayo de 1535, se lee:

      «El año pasado, como cesaron las aguas, hizimos la jornada de las Sierras de Abreva… se pasaron hartos trabajos… Mientras más andávamos se mostravan más agras, hasta tanto que nos pusieron en víspera de perdernos todos, ansi por la mucha aspereza dellas, como por las muchas aguas que nos sobrevinieron, como por la delgadeza de bastimentos por la poca población, i esa que havía mal formada, que era haver de un buhio á otro un quarto de legua, i media legua, i una legua, i toda la población por este orden… La tierra nos engañó en esto mucho, porque la costa esta poblada bien, asi de pueblos formados, como de estar en comarcas unos de otros… al rebes de otras partes que es ser la costa mal poblada, i la tierra adentro mucho bien. Dimos en el camino á la ida en un pueblo que se dice el Cenu, no de mucha población así en él como en la comarca del; en el qual se hallaron 30.000 pesos de oro; i así mesmo supimos de los indios que se tomaron allí, que mucha cantidad de montones de tierra que al rededor del pueblo avia, eran todos sepulturas, i que todas tenian oro; i para saber si era verdad, el Governador mandó abrir una… de la que se sacaron 10.000 pesos i dende arriba: sacados, el Governador tiró su camino, pensando que estavamos ya en lo bueno, i fue á dar en las sierras que dicho tengo, donde salimos con harta quiebra de gente i cavallos á cabo de dos meses sin ver cosa de oro que se pueda decir, i venimos por el mismo camino con mucho riesgo por las aguas i rios que nos atajaron en muchas partes. Tornamos al pueblo del Cenu donde hallamos los Indios de paz… El cacique del pueblo tenía otros 7.000 pesos de oro que ovimos del, los quales nos dijo haver sacado de la sepultura que dejamos abierta… de ai nos venimos á esta Ciudad… con hasta 50.000 pesos de oro…

      »Luego que aqui llegamos… el Governador le pareció… enbiar un hermano suyo, que aqui halló quanto vino, la tierra adentro con hasta 120 ó 130 peones i 20 de cavallo poco más ó menos… para que invernasen… acia la costa del rio grande, que parte término con Santa Marta i esta provincia, i que cesadas las aguas procurasen de pasar adelante, i descubriesen camino por donde se rematasen las sierras… el qual camino no pudieron descubrir por… los rios i cienagas que se las pusieron delante… se bolvieron

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<p>86</p>

Aquí no se hace punto y aparte en la edición de Caracas, y sólo hay punto y coma.

<p>87</p>

Despidiente es el participio activo anticuado de despedir. En la edición de Caracas: expediente. El autor ha debido querer decir despedida.

<p>88</p>

En la edición de Caracas: y espetó.

<p>89</p>

Debe querer decir refrigerio.

<p>90</p>

En la edición de Caracas: mantuvieron.

<p>91</p>

En la edición de Caracas: reforzándose.

<p>92</p>

Antes ha escrito el autor Nutiuara; pero ahora repite varias veces Mitiuara. – En la edición de Caracas se dice siempre Nutibara.

<p>93</p>

En la edición de Caracas falta la palabra dello.

<p>94</p>

Quiere decir, indudablemente, frisoles.