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versiones, y en alta voz y en silencio. Ese encuentro primario y directo con el texto bíblico es fundamental, necesario, prioritario e insustituible.

      La interpretación adecuada del Salterio se relaciona íntimamente con el análisis y la comprensión de sus géneros literarios. El libro de los Salmos no es el resultado del azar teológico, ni es el fruto de la compilación fortuita de salmos sueltos: Es el esfuerzo de muchos años y siglos de experiencia religiosa y litúrgica, que se integran paulatina y ordenadamente para crear una antología extraordinaria de cánticos y oraciones. El Salterio tiene integridad literaria, presenta objetivos teológicos definidos y manifiesta prioridades religiosas precisas. La evaluación e interpretación de cada unidad debe hacerse a la luz de la obra como un todo. Cada salmo debe analizarse considerando el resto y la totalidad del libro, pues los objetivos pedagógicos de la obra se ponen de manifiesto en los temas y asuntos que se presentan e incorporan en cada unidad.

      Para la comprensión adecuada de algún salmo específico es necesario, hasta donde sea posible, determinar las particularidades literarias que lo distinguen y las dinámicas cúlticas que le rodeaban. De esa forma la persona estudiosa de este tan importante libro de la Biblia puede relacionar el salmo analizado con otros poemas representantes del mismo género y distinguir el contexto histórico y cultual en el cual el salmo se desarrolló. Se pueden distinguir de esa manera las prioridades teológicas, metas educativas y particularidades litúrgicas de esa literatura.

       A - Súplicas individuales de ayuda:

      Las oraciones de súplica o lamentación presentan el grito y el clamor más hondo del salmista, que se siente angustiado y perseguido, y reconoce que únicamente en Dios está su esperanza. En el momento de la calamidad estos salmos son vehículos de liberación y salud mental y espiritual para las personas que pueden confiar únicamente en el Señor.

      • Preocupación por sus propios pensamientos.

      • Dolor por sus acciones y comportamiento.

      • Respuesta a los ataques de los enemigos.

      • Frustración por la actitud de Dios ante sus dolores y sufrimientos.

      Los elementos característicos de estas súplicas son varios, aunque no se presentan en el mismo orden en todos los salmos. Los que escribieron los salmos utilizan estos recursos de forma creadora, y no siguen el mismo patrón ni incluyen los elementos identificados en todos los salmos. Es importante recordar, al analizar estos géneros literarios, la naturaleza poética y creativa de los salmos, que le permite al autor manifestar sus sentimientos, evocar nuevas ideas y presentar sus enseñanzas con licencia o libertad literaria.

      Estas súplicas presentan las siguientes características:

      • Están escritos en primera persona singular, y expresan la petición de ayuda Dios en forma directa.

      • El adorador, que se identifica como «siervo del Señor», suplica a Dios y reclama su ayuda.

      • El salmo describe la calamidad y presenta la necesidad del adorador en su relación con Dios, en las dinámicas con otras personas y consigo mismo. Generalmente el problema se articula en tres categorías: enfermedades físicas y sicológicas; acusaciones y traiciones de vecinos y familiares; y conflictos armados, tanto locales como nacionales e internacionales.

      • La petición se complementa con afirmaciones que indican el porqué Dios debe escuchar la plegaria. De particular importancia en estos salmos es que el adorador apela al amor y a la naturaleza misericordiosa de Dios.

      • El salmo incluye también afirmaciones diversas de confianza en el Señor y confesiones de fe.

      • Generalmente finalizan con algunas promesas de sacrificio o alabanzas al Señor.

       B- Cánticos individuales de gratitud:

      Estos salmos presentan una expresión de gratitud a Dios por su intervención extraordinaria en medio de la calamidad (Sal 34). Generalmente la oración se articula de forma directa a Dios, y se comunica como un testimonio público de acción de gracias sobre la capacidad divina de intervención en crisis. Estos cánticos son la contraparte litúrgica de las súplicas individuales de ayuda, y generalmente finalizan con una promesa de alabanza y de sacrificios (Sal 107).

      Las alabanzas y gratitudes a Dios se encuentran en diversos tipos de salmos. De particular importancia es la gratitud que responde a algún lamento o queja, pues es una manera de anticipar la intervención salvadora del Señor. El presupuesto teológico del salmista es que Dios tiene la capacidad y el deseo de escuchar su clamor, y cuando recibe la respuesta divina expresa nuevamente su gratitud.

      El contexto litúrgico del salmo es posiblemente la presentación de un sacrificio de gratitud en el Templo (Sal 30; 116). Y los elementos típicos y particulares de esta categoría de salmos son los siguientes:

      1. Alabanzas que se presentan a Dios que afirman que ante las peticiones de ayuda el Señor escuchó el clamor del adorador.

      2. Se llama a la comunidad a unirse al cántico de gratitud y adoración como testimonio de la intervención divina.

      3. Se presenta la alabanza y el sacrificio a Dios para cumplir la promesa hecha en el momento de la aflicción y dolor.

       C- Peticiones de ayuda de la comunidad:

      Cuando la crisis amenaza no solo al individuo sino a la nación entonces se articulan oraciones colectivas de petición de ayuda y apoyo. Muchas de ellas se relacionan con la colección de Asaf, y describen situaciones terminales en la que un ejército poderoso y superior amenaza la seguridad de la ciudad de Jerusalén, anuncia la destrucción del Templo y atenta contra la existencia misma del pueblo de Dios.

      Los elementos distintivos que se incluyen en estas plegarias son similares a las que aparecen en las peticiones de ayuda individuales, con dos particulares excepciones: en primer lugar, la comunidad es la que clama al Señor; y en segunda instancia, en la petición el pueblo evoca las antiguas

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