Аннотация

Pocas figuras más trash hay en Chile más pop que la Virgen María. Desde el vidrio del auto baleado de Pinochet hasta los textos de Lihn y Pohlhammer, María se nos presenta como un símbolo pagano, tan vacío como precario, listo para ser llenado con lo que fuese: el vacío, el horror, la pobreza, la violencia. Hay una tradición ahí, donde lo religioso se vuelve una parodia o una forma profana del espanto o la estupidez.
Este libro de Víctor Munita la continúa; la Virgen es acá otro signo roto y la excusa para un relato social, hecho de viñetas donde campean el dolor y el abandono cotidiano, puras escrituras hechas con los restos y las sobras de la vida chilena.
Por lo mismo, lo mejor de estos poemas es que nos recuerda que la vieja sentencia revolucionaria es acá también una consigna estética: la única iglesia que ilumina es la que arde".