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permite averiguar la edad gestacional del feto.

      Una vez que hemos explicado el funcionamiento del cerebro en el feto llegamos al momento último del parto. En las últimas semanas del parto la madre siente sensación de pesadez, se acerca al día esperado. Esa sensación de pesadez se debe a que el feto está encajonándose dentro del orificio pélvico. El útero comienza a contraerse mucho antes del parto, a veces pronto: séptimo u octavo mes del embarazo.

      Esas presiones en el vientre que aparecen y desaparecen rápidamente a veces no lo notan o la embarazada no se da cuenta. Las falsas contracciones son suaves, irregulares y cesan enseguida, no son dolorosas como las que se dan en el parto. El feto en el momento del parto libera oxitocina que pasa a la madre, por el cordón umbilical y la placenta. El tapón mucoso es una substancia transparente viscosa y espesa que sella el cuello del útero, durante el embarazo, esto hace que el feto se proteja de posibles infecciones de la vejiga. La pérdida del tapón mucoso puede producirse varios días u horas antes del parto. La rotura de la bolsa supone la ruptura de la bolsa que contiene al feto, y el líquido amniótico. El líquido fluye sin que la madre pueda evitarlo.

      Si la bolsa de agua se rompe en casa, la madre debe ver o saber si el líquido amniótico (que normalmente es transparente) es verdoso o amarillento que contiene meconio que procede del intestino del feto y suele estar ligado al sufrimiento del feto.

      Las contracciones del parto es un endurecimiento involuntario del musculo interino y se siente en el bajo del abdomen incluso en la espalda. Para dar a luz hace falta entre setenta y ciento treinta contracciones, las primeras son cortas de entre diez y quince segundos más o menos. A medida que pasa el tiempo se van intensificando siendo más frecuentes y largas, llegando al minuto y medio. Es clave que la madre haya entrenado para poder relajarse entre contracción y contracción.

      No se puede predecir cuando volverá la menstruación, la primera ovulación, no ocurre antes de la 4 semana después del parto y la primera regla semanas después. La secreción de leche se inicia tras el nacimiento y quedará fija al tercer día. Si él bebe ha nacido grande, la madre puede sufrir pérdidas de orina, incluso perdidas de sangre. Hay algunos casos que la madre sufre una depresión postparto. No deja de ser un trastorno del estado de ánimo, como la tristeza, ansiedad y cansancio que a la vez le repercute a la hora de hacer su monotonía.

      SÍNTOMAS DEPRESIÓN POSTPARTO

      Podemos decir que la depresión postparto, es una acumulación y combinación de factores físicos y emocionales. Después de dar a luz, los niveles de hormonas como los estrógenos y progesterona bajan en las mujeres después del parto. La falta constante de sueño que supone los primeros meses del bebe, afectan a la madre y esto puede provocar cambios en el estado de ánimo.

      Los síntomas de esta depresión postparto son a saber: Llorar más de lo normal, tristeza, ansiedad, sentirse furiosa, comer demasiado o comer poco, dejar de lado su vida social, amigos y también afecta a familiares. Puede pensar hacerse daño e incluso la posibilidad en estados muy graves de hacer daño al bebe.

      Hay que diferenciar la depresión postparto de la tristeza post-parto (baby blues) la tristeza postparto es una consecuencia de los sentimientos de preocupación, tristeza y fatiga que le vienen del cuidado del bebe. Puede incluso dejar las tareas o actividades de la casa. Sentirse deprimida y con inexplicables ganas de llorar unos días después del parto es algo que es normal, entre otras cosas porque hay un cansancio lógico del parto y hay cambios hormonales. Esta depresión puede ser más larga o menos. La tristeza postparto se puede dar con más opciones en aquellas mujeres que padecen de neurosis.

      CAUSAS

      Las causas exactas de la depresión postparto no están claras. Los cambios en los niveles hormonales durante y después del embarazo pueden afectar el estado anímico de una mujer. Durante este período puede tener mayores probabilidades de experimentar depresión postparto si: Tiene menos de 20 años, si actualmente consume alcohol, sustancias ilegales o fuma (también ocasionan riesgos serios para la salud del bebé). No planeó el embarazo o tuvo sentimientos contradictorios acerca de este. Tuvo un trastorno de ansiedad antes del embarazo o en un embarazo anterior. Tiene un familiar cercano que haya experimentado depresión o ansiedad.

      SINTOMATOLOGÍA

       Llorar más de lo normal.

       La ansiedad es otro factor presente en la depresión postparto.

       Se siente sensible, irritable.

       Deja de usar las actividades que antes le gustaban.

       Comer demasiado o muy poco.

       Se aísla de los amigos y familiares.

       Piensa en hacerse daño ella misma o al bebe.

       Posibilidad de padecer dolores estomacales, dolores de cabeza, musculares.

      Como hemos dicho arriba suelen haber precedentes, en algunas mujeres que sufren la depresión postparto, es decir que son más propensas a un mayor riesgo de padecerla: por ejemplo, si ya ha tenido depresión postparto en un anterior embarazo, haber sufrido depresión bipolar antes del embarazo, falta de apoyo de su esposo, estas son algunos de los factores de riesgo.

      Para poder superar la depresión postparto, hay medidas que pueden ayudar, por ejemplo, el hablar con una tercera persona: psicólogo, psiquiatra, también la terapia cognitiva-conductual (TCC) ayuda a cambiar sus pensamientos, o la terapia interpersonal (TIP) que es ayudar a personas con relaciones personales complicadas.

      EL TABACO EN EL EMBARAZO

      Está demostrado científicamente los efectos perjudiciales de fumar en el feto. Además depende de la dosis o número de cigarrillos, pueden estar en correlación con enfermedades más o menos graves. También está demostrado que las madres fumadoras, sus hijos pesan 200 gramos menos que la de mujeres que no son fumadoras. El tabaco aumenta el índice de abortos espontáneos y sí, que tiene relación con la cantidad de cigarros fumados al día.

      Es también sabido que la madre fumadora tiene relación con el desprendimiento prematuro de la placenta y hemorragias durante el parto. Más allá de lo mencionado, aquí no acaba todo ya que hay más posibles problemas cuando hablamos de la madre fumadora, por ejemplo, puede dar pie a una muerte súbita.

      En el primer año de vida, que el niño padezca problemas o enfermedades como bronquitis, disminución del rendimiento escolar y posibilidades de padecer un cáncer infantil. Si no se fuma se protege al bebé de sustancias químicas que pueden dañar su crecimiento. Lo mejor es dejar de fumar antes de quedar embarazada.

      Sin embargo, si ya está embarazada, dejar de fumar puede ayudarla de todas maneras a proteger su salud y la de su bebé para evitar problemas. Nunca es muy tarde para dejar de fumar. Si usted fumó y tuvo un embarazo normal en el pasado, no hay garantías de que su próximo embarazo también lo sea.

      Cuando usted fuma durante el embarazo, pone en riesgo su salud y la de su bebé. El tabaquismo puede dañar los pulmones y el cerebro en desarrollo de su bebé. Este daño puede perdurar durante la niñez y la adolescencia.

      EL APEGO

      El seguimiento solo puede tener lugar cuando el niño llega a poder andar o por lo menos gatear y resulta imposible tender los brazos hacia una persona antes de que la capacidad de orientar los movimientos haya hecho su aparición. No toda diversidad es producto de la experiencia, sin embargo, hay una serie de factores orgánicos que canalizan la conducta del niño, en ciertas direcciones mejores que en otras.

      Habían niños que se resistían activamente y protestaban ante formas de contacto físico como ser abrazados. Si el niño se siente alegre en brazos de un familiar, como cuando está con su madre, es que no ha realizado el apego. Sin embargo, si el niño llora cuando se le separa de la madre por ejemplo en la hospitalización la respuesta de separación, es el apego que buscamos. La edad de los apegos, normalmente son hacía los 7 meses. De los 6 a los 9 meses el niño puede permanecer orientado hacia una persona ausente, puede retener a la madre cuando esta se ha ido y dirigir hacía ella, su búsqueda de la proximidad a pesar de su ausencia.

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