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      La diferencia de edades entre las hermanas de la familia Makárov, Varvara, Liubov, Tatiana y Alejandra, no era grande. Probablemente les enseñaban a dedicarse al bordado y a la cocina. Pero estaba claro que esto no era lo principal en su educación. ¿Será que las chicas también jugaban a ser viajeras y exploradoras? Sí, con las mujeres de la familia de Serguei Makárov no cuadra la definición de «ama de casa».

      El asunto de la fe para el comerciante Makárov siempre fue muy importante. Su hija Alejandra, ortodoxa durante toda su vida, fue una persona profundamente creyente. En cuanto a la educación de las hijas, el padre era firme a su manera: ellas debían recibir la mejor educación de aquellos tiempos. Él pensaba que cada una de ellas debía decidir su propio destino y no depender de las opiniones ajenas, por buenas que fueran. Cada uno debe ser libre en su camino de vida, eligiendo lo que le gusta y donde puede obtener mayor éxito.

      Por eso mismo, envió a sus dos queridas hijas, Tatiana y Alejandra, al San Petersburgo metropolitano para estudiar y tomar cursos para mujeres. Probablemente el comerciante Makárov soñaba con que sus hijas también llegarían a hacer grandes avances científicos, como lo hizo María Sklodowska-Curie al descubrir el radio y el polonio en 1898…

      Para las mujeres en aquellos tiempos no era fácil dedicarse a los estudios. Las muchachas que ingresaban a los cursos debían presentar un permiso escrito por los padres o tutores. Además, debían presentar la confirmación de la disponibilidad de fondos para comprobar que podían cubrir su estancia durante todo el periodo de los estudios. El comerciante fue personalmente para acordar su ingreso, ya que la admisión dependía de la discreción del director. La cantidad de lugares en esta institución educativa para mujeres era bastante limitada.

      Cursos universitarios para las mujeres

      En Rusia, la aspiración de las mujeres a la educación universitaria se mostró en 1860, en vísperas de la llamada «liberación de los campesinos», una acción política importante que cambió el sistema agrario y liberó la mano de obra para las empresas. En aquel entonces, en las clases de algunas universidades comenzaron a aparecer las mujeres. El Ministerio de Educación Nacional notó esta innovación. La mayoría de estas estudiantes pertenecía a la alta sociedad. Por lo tanto en 1863, al elaborar los estatutos universitarios, se interrogó a las instituciones educativas con estas preguntas: «¿Pueden las mujeres-oyentes ser admitidas en las clases junto con los estudiantes?, ¿ pueden ser admitidas para pasar las pruebas y obtener el grado académico?, ¿qué derechos pueden tener las mujeres si pasan las pruebas?».

      Las universidades de Moscú y de Dorpat (Tartu) se caracterizaban por su principio conservador: en las elecciones, 20 profesores dieron una respuesta negativa y solamente dos una positiva. Las universidades de Kazán y de San Petersburgo no sólo acordaron la admisión de las mujeres como oyentes a los cursos, sino que también propusieron la posibilidad de que adquirieran todos los grados académicos, teniendo el derecho de ser oyentes libres. Sin embargo, en cuanto al trabajo, a las egresadas el título les daba el derecho sólo a las prácticas médicas y a los puestos en las instituciones de educación superior para las mujeres. No obstante algunas universidades estaban a favor de la igualdad de derechos de las mujeres graduadas en todos los ámbitos.

      Sin embargo, como suele pasar incluso hoy en día, en Rusia estas iniciativas no terminaron en nada. Por eso, para obtener una educación universitaria las mujeres rusas más inteligentes comenzaron a irse al extranjero en multitudes. En 1864, las discusiones acerca de la educación de las mujeres se calmaron por un corto periodo. Tres años después, en la prensa se desató una nueva campaña acerca de la educación femenina. Las damas de la alta sociedad presentaron una petición colectiva dirigida al rector de la Universidad de San Petersburgo. En la conservadora Moscú las mujeres que luchaban por la educación superior crearon un círculo especial.

      ¡Finalmente sucedió! El 2 de enero de 1870, en San Petersburgo se abrieron «los cursos mixtos públicos» para hombres y mujeres, que se llamaron Cursos Vladímirski. Las clases se impartían en la casa privada del ministro del Interior. Sin embargo, por problemas de financiamiento estos cursos no duraron mucho, pues se cerraron tres años después. No obstante, en 1875 el gobierno prometió oficialmente garantizar a las mujeres el acceso a la educación superior completa. En realidad el gobierno estaba preocupado por la salida masiva de las representantes más brillantes del sexo femenino al extranjero, con el fin de terminar su educación. También es de imaginar que algunas de las jóvenes pertenecían a las familias que estaban en el gobierno. El ministro de Educación, el conde D. Tolstoi, reconoció que educar a las mujeres en Rusia era sumamente importante para distraerlas de los intentos de buscar su educación fuera del país. En 1878 los fundadores de los Сursos Vladímirski consiguieron el permiso para abrir los programas universitarios completos. El efecto no se hizo esperar: la cantidad de mujeres que abandonaban el país en aquel año se redujo de cientos a solo nueve.

      El profesor K. N. Bestuzhev-Riumin llegó a ser director del consejo pedagógico. Es necesario señalar que en aquellos tiempos, y hasta ahora en Rusia, siguiendo la tradición europea desde el siglo xvi, el título de «profesor» se atribuía a las personas de nivel académico más alto en el sistema educativo, y lo podían tener solo los doctores en ciencias de segundo grado (en EE.UU. es full professor). Los profesores formaban la élite universitaria y por lo mismo entraban en el grupo que toma decisiones. Entonces, por el nombre del profesor, los cursos se llamaron besstuzhevskie. Se abrieron tres unidades: histórico-filológica, físico-matemática y matemática especial. Sólo la tercera parte escogía la unidad histórico-filológica. A las mujeres les interesaba más la unidad físico-matemática.

      Sin embargo, en 1886 se terminó la admisión a los cursos. Esto se debió a la revisión del tema acerca de la educación superior de las mujeres. Pero ya en 1889 se abrieron los cursos de educación superior para mujeres en San Petersburgo con una gestión completamente diferente. El director, escogía a los profesores y a la inspectora, que se dedicaba a la educación. Todos tenían que ser asignados por el ministro de Educación Nacional. Se conservaron dos unidades que existían anteriormente: la histórico-filológica y la físico-matemática. ¡Y se entiende por qué! En ese año a la Academia de Ciencias de San Petersburgo se integró un nuevo miembro en calidad de miembro-corresponsal. Se trata de una gran matemática, física y astrónoma: ¡Sofía Kovalevskaya! Precisamente ella llegó a ser la fundadora del análisis matemático.

      Por otro lado, la historia natural, la histología, la fisiología humana y animal fueron excluidas del programa de estudios. Al parecer esto se decidió para no traumar la psique de las asustadizas alumnas.

      En aquellos tiempos el pago por los cursos para las mujeres era de 100 rublos al año, lo cual se consideraba una gran cantidad de dinero. Las estudiantes que venían de otras ciudades no podían hospedarse en apartamentos privados. Ellas vivían en el internado especial, por el cual se debía pagar 300 rublos al año, o en casa de sus parientes cercanos.

      Al parecer las hermanas Makárov vivían en el internado. Ellas llegaron a San Petersburgo en tiempos bastante difíciles pero su padre no tuvo miedo de enviarlas a la capital. Rusia se encontraba en una crisis económica. En 1901 comenzó el terror desatado por los revolucionarios socialistas; mataron a tres ministros y propagaron el temor entre la población. En 1905 finalizó de manera muy desafortunada la guerra con Japón. En el estrecho de Tsushima pereció la flota del Báltico. Además, el 9 de enero, por orden del zar, fueron fusilados cientos de obreros que buscaban a Nicolás II para pedir el mejoramiento de las condiciones de vida. Por suerte, en aquellos momentos las estudiantes de la familia Makárov se encontraban en Velikiy Ústiug; habían ido a casa para la Navidad y se habían quedado por más tiempo. Regresaron cuando este crimen atroz de la autoridad solo había aumentado los disturbios. En octubre de 1905 estalló la huelga política general. Nicolás II, con sus propias manos, provocó la primera Revolución en el país. Los intentos irregulares del emperador impotente para llevar a cabo las reformas democráticas llevaron a las elecciones en la Cámara Legislativa. En mayo de 1906, en el Palacio Táuride, se reunía la Duma Estatal (parlamento). Piotr Stolypin llegó a ser el primer ministro, teniendo fama por sus crueles métodos para resolver los problemas sociales. En pocas palabras, estar en San Petersburgo era algo inseguro, pero muy interesante.

      Hay

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