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cuentos de esta edición

      En 1929, cuando se publicó la colección de cuentos Acontecimientos en el camino (Händelser på vägen) del que aquí se presenta una selección de cinco cuentos, von Krusenstjerna ya era una escritora reconocida tras la publicación de La trilogía de Tony. El libro recibió reseñas en su mayoría positivas; en algunas se comparaba a la autora con Guy de Maupassant y el sueco Pär Lagerkvist. Todos los cuentos habían sido publicados anteriormente en periódicos y revistas literarias de Suecia.

      Los cinco cuentos de esta edición narran desde una perspectiva femenina y representan la visión de una mujer que no creció para ser una niña buena e invitan a un universo de mujeres solitarias —una niña, una ama de llaves, una abuela, una enferma mental, una amante— excluidas por la sociedad o recluidas en ellas mismas, donde nos comparten sus deseos, recuerdos, pensamientos, frustraciones, extrañamiento y enfermedad. La visión de la mujer en estos cuentos, por lo tanto, está más cerca de la ruptura de la suite de novelas sobre la adolescente Tony, que de la propuesta idealista de la maternidad como salvación de Las señoritas von Pahlen y Baja nobleza.

      La temática gira alrededor de la existencia humana, de la soledad y el deseo, el conflicto entre la razón y las emociones, al mismo tiempo que presenta una crítica a la vida social de la burguesía y la ciudad donde todos aspiran a algo y todos ven al que es diferente con suspicacia.

      El estilo de los cuentos de Agnes von Krusenstjerna es una mezcla única y particular entre una visión romántica del amor y el realismo burgués de la prosa sueca de las primeras décadas del siglo xx, combinados con un expresionismo que se refleja tanto en la perspectiva subjetiva como en las descripciones de objetos en las que se borran los límites entre realidad y sueño. En una forma condensada y con pocos recursos, se narran las vidas de las mujeres protagonistas. Pero la sencillez es sólo aparente, ya que el juego entre los puntos de vista de los personajes, la confusión de un personaje con otro mediante espejismos, los diálogos—que a veces también son interiores—, y la personificación de objetos, igual que la concreción de emociones y estados de ánimo mediante imágenes sugestivas, son recursos que le dan vida e intensidad a estas historias de mujeres aparentemente insignificantes.

      Acerca de la traducción de “Érase una vez una niña”

      En el primer cuento, “Det var en gång ett barn”, aquí traducido como “Érase una vez una niña”, el uso de los sustantivos universales y neutros (ni femenino ni masculino) barn (niño) y människa (ser humano) es imposible de escribir de manera equivalente en español y que suene igualmente natural. En el sueco, una lengua que no tiene género masculino y femenino sino dos géneros gramaticales neutros (utrum y neutrum), el sustantivo människa entre algunos otros, desde el siglo xiv, se ha quedado con el género gramatical femenino al que, al referirse a éste, se aplica el pronombre “ella”. Este cuento abre el camino a una lectura biográfica en que la människa, “ella”, represente una mujer, como una entre todos los seres humanos. De ahí que, a la hora de traducir el cuento al español, he optado aquí por traducir barn con “niña” y människa con “mujer”, un gesto que no le quita universalidad al cuento pero que lo arraiga más en la experiencia individual de una mujer, y posiblemente de la autora.

      Referencias

      Johannisson, Karin, 2015, Den sårade divan. Om psykets estetik, Estocolmo, Albert Bonnier Förlag.

      Lagerkrantz, Olof, 1980, Agnes von Krusenstjerna, Estocolmo, Albert Bonnier Förlag.

      Olsson, Bernt, e Ingemar Algulin, 1994, Litteraturens historiai Sverige, Estocolmo, Norsteds Förlag.

      Williams, Anna, 2013, Från verklighetens stränder. Agnes von Krusenstjernas liv och diktning, Estocolmo, Albert Bonnier Förlag.

      https://sok.riksarkivet.se/sbl/Presentation.aspx?id=11824 (6 de marzo de 2020).

      https://nordicwomensliterature.net/se/2011/01/04/slaget-om-driften/ (6 de marzo de 2020).

      https://skbl.se/sv/artikel/AgnesvonKrusenstjerna (10 de marzo de 2020).

      https://popularhistoria.se/kultur/litteratur/forfattare/agnes-von-krusenstjerna (10 de marzo de 2020).

      1 La segunda y tercera parte de la novela se titulan “Los años de aprendizaje de Tony” y “Los últimos años de aprendizaje de Tony”, respectivamente.

      2 Con la excepción los últimos volúmenes de “Las señoritas von Pahlen”, que por su contenido atrevido fueron rechazados por el editor judío en el contexto político de Europa en la década de los treinta cuando Hitler en 1932 quemó libros “decadentes”. Los cuatro últimos volúmenes de “Las señoritas von Pahlen” fueron publicados por la pequeña editorial radical Spektrum.

      Agnes von Krusenstjerna

      Érase una vez una niña… El aire cantaba a su alreddedor. Cuerdas invisibles tocaban mil melodías. Los adultos no oían el canto. Pero la niña levantaba la cabeza y sonreía; acababa de llegar de un espacio invisible y secreto. Alguien le había dado un beso en la pequeña frente, por eso le brillaba tan blanca. La mejilla rosada había tomado prestado su color de las conchas de la playa, donde los ángeles corren descalzos. El aura de los ojos había sido encendida por las estrellas.

      Pero en el corazón de la niña aguardaba una mujer. A medida que pasaban los años, esta mujer extendía su mano y agarraba a la niña. Entonces empezaron los impulsos buenos y malos su extraño juego dentro de ella. Como toda una adulta, empezó a obrar de manera buena y mala, aunque todavía no sabía ni del bien ni del mal… Sólo que todo lo que ella hacía —bueno o malo— fue hecho con mucho más ardor de lo que un adulto jamás sería capaz de invertir en sus acciones. Era la llama pequeña que acababa de ser prendida y por lo tanto arde con más calor y más claridad que otras.

      La mujer dentro de la niña crecía. La mano jalaba lenta e inexorablemente a la niña hacia sí. La guiaba del prado con flores al camino donde millones de seres humanos viajan. Y antes de que la niña se diera cuenta, también ella viajaba en el camino —ya no siendo una niña, sino uno entre otros millones de seres humanos—. Entonces a la niña la agarró la angustia y quiso regresar. Pero miren: cuando se dio la vuelta, la miraron rostros amenazantes y voces murmuraron: “¿Por qué armas un escándalo? Nosotros tenemos que avanzar… Nadie debe regresar”. Y con los pies de los otros pisándole los talones, también ella tiene que seguir adelante.

      Con el tiempo iba desapareciendo la sensación de angustia. A la mujer, que una vez fue una niña, la contagió el entusiasmo de los demás. También quería avanzar. Tenía que ser una meta lo que se vislumbraba allá adelante. Si no, ¿por qué viajarían todos tan rápido y sin interrupción? Los días transcurrieron, los años se añadieron a los años y el camino seguía lleno de esta muchedumbre que susurraba y pisaba.

      Hacía mucho, mucho tiempo, la mayoría había olvidado ya que fueron niños. La vida les dio tanto en qué pensar y tanto con qué ocuparse a lo largo del camino. Pero igual que la mujer alguna vez había yacido esperando dentro de la niña, así se quedaba dentro de la mayoría su niño. Como una mariposa ahuyentada se apretaba contra el corazón palpitante. A veces las alas de mariposa tocaban lentamente la pared del corazón. Entonces éste se estremecía. La mujer, que una vez fue una niña, recordaba. El pensamiento buscaba su camino de regreso. Allá, lejos, lejos, veía a la niña. La acción de la mujer muchas veces fue una reiteración de lo que hizo de niña.

      “¿Por qué hago esto?”, pensó de repente. Podía tratarse tanto de una obra mala como de una obra buena. El ala de mariposa acarició lentamente el corazón. Entonces, la mujer recordó otra acción allá lejos en el pasado, en la infancia. ¡Oh, la bella vida sin esperanzas moviéndose en círculo!

      Pero la mujer seguía en el camino, colmada del pensamiento

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