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      PRÓLOGO

      Hace justo un siglo, en 1900, Julián de las Barreras publica en Madrid Gimnástica práctica. Quinientos ejercicios y movimientos..., fue una obra insólita –por el título y la propia cuantificación de las actividades– que se editó en un período muy prolífico de publicaciones sobre la práctica corporal sistematizada. Fue una obra entusiasta, oportuna y tremendamente útil para introducir en la población de su época, de una manera ordenada y didáctica, los ejercicios corporales. El libro, de orientación práctica, se abogaba por una actividad física estructurada como una práctica de intervención higiénica, pedagógica y recreativa para toda la población sin distinción de sexo, ideología o clase social; sin embargo, su mensaje y aportaciones no fueron entendidos por el puritanismo inmovilista de la sociedad decimonónica anclada en es-trictos conceptos morales, religiosos y clasistas. No obstante, el esfuerzo del autor no fue en vano, pues este trabajo y otros muchos de esta índole sirvieron para que un esforzado y entusiasta grupo de defensores de la cultura corporal crearan un “corpus” de conocimiento y práctica, que proporcionó a la larga –al hilo de los cambios sociales, económicos y culturales– un reconocimiento explícito para el desempeño generalizado de la cultura corporal como bien insustituible.

      En la actualidad, tenemos la oportunidad de divisar un panorama bien diferente: la cultura corporal está presente en todos los órdenes de nuestro entorno, el cuerpo se ha impuesto de manera rotunda en el último tercio de la centuria que ahora concluye, los modelos corporales fluyen primorosos de un estatus corporal triunfante y las prácticas correspondientes se articulan en torno a las demandas crecientes de toda la población que lo solicita como un derecho y una necesidad antro-pocultural. De aquella obra pionera –incomprendida por la sociedad de su época– y su contexto a la situación de nuestro tiempo ha transcurrido todo un siglo, el más dinámico y cambiante de la historia de la humanidad. En este tiempo, la cultura corporal y las prácticas físicas sistematizadas correspondientes son muy diversas, en relación con los distintos modelos corporales existentes, y están en pleno auge.

      A pesar de la distancia existente entre el pasado reciente de nuestra historia contemporánea y el rabioso presente, observo notables paralelismos entre la temática, orientación y la oportunidad de la obra de nuestro esforzado colega y el tema del libro 1001 ejercicios y juegos de calentamiento que me complace prologar, a petición de sus autores. A mi entender, la obra de Julián de las Barreras constituye un magnífico precedente histórico de todas las publicaciones de carácter empírico y enfoque utilitario que actualmente dotan a profesionales y usuarios de óptimas herramientas para el desarrollo libre y solidario de una motricidad satisfactoria. Sirva este escrito de presentación para rendir homenaje a estos autores pioneros que, contra los imperativos de su tiempo, editaron obras de indudable interés y valía que sentaron los cimientos de nuestra realidad presente.

      El libro que nos presentan Manuel Serrabona, Juan Andueza y Rubén Sancho es una respuesta intelectual y pragmática a una demanda social constante, sobre la necesidad de elaborar publicaciones útiles que permitan conocer y orientar sobre prácticas y recursos físicos que conduzcan a actividades autogestionadas, fundamentadas en el conocimiento, el control corporal y la autoestima personal. La obra tiene un fin formativo y didáctico: argumentar la función y necesidad del calentamiento y dotar de medios válidos al conductor y al usuario para desarrollar un trabajo físico con garantías. Es una obra oportuna, pues a pesar de la importancia del tema que abarca todos los campos de la motricidad humana –educativa, higiénica, recreativa o de rendimiento–, apenas existen obras específicas sobre esta área del conocimiento. La oportunidad de esta obra es evidente sobre todo en el ámbito latinoamericano en el que el vacío es más llamativo. El trabajo de los autores presenta dos vertientes: una primera, teórica, fundamento intelectual de la segunda que se ocupa de la práctica a través de mil propuestas didácticas. Éstas corresponden a una auténtica selección de actividades, la mayoría de ellas contrastadas, que ofrecen interesantes respuestas a distintas y variadas opciones en cada ámbito profesional considerado. El valor de la obra consiste en elaborar procesos útiles para los distintos sectores de la población, en función de las prácticas corporales desarrolladas y las respectivas necesidades que suscitan cada una de ellas. En suma, un fin parecido al que animó a Julián de las Barreras hace un siglo a publicar su libro.

      El calentamiento se puede entender, según el Diccionario Paidotribo de la actividad física y el deporte (1999), en una primera acepción como “fase previa al inicio del partido en la cual los equipos contendientes se preparan física, patológica y sociológicamente para el mismo”; en otra interpretación, se entiende como “Actividad física de baja o moderada intensidad anterior a una sesión de ejercicio”, y finalmente, se puede reconocer como “Parte componente de la sesión de entrenamiento que comprende un conjunto de actividades que sirven para preparar al organismo previamente a la aplicación de las cargas más exigentes con el propósito de poner en marcha sus sistemas funcionales y predisponer así para rendimientos más elevados”. En sístesis, podemos colegir que se trata de una actividad previa a otra de mayor exigencia, que corresponde a una actividad preparatoria que resulta necesaria para evitar riegos de lesión, garantizar un correcto rendimiento que permita a un individuo formarse, ejercitarse, divertirse o competir con garantías físicas, emocionales y sociales.

      El propósito de esta obra no se queda en elaborar un número indeterminado de propuestas pedagógicas, orientadas didácticamente y ordenadas mecánicamente, sino que aborda el calentamiento como aspecto cualitativo del tratamiento del cuerpo e intenta su extrapolación útil a todos los órdenes de la vida personal. Es por ello que propugna el desarrollo de los aspectos

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