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Agregado Holomemorial

       AGREGADO HOLOMEMORIAL

      La Terapia Akáshica es una creación del investigador y escritor francés Eric Barone. Él nos enseñó que esta terapia se vivencia, que no es solo un sistema de técnicas operativas (aunque cuente con más de 20 mil de ellas) sino, por sobre todas las cosas, una completa filosofía de vida. Hemos aprendido que todo lo que nos rodea puede ser explicado de una nueva forma gracias a este sistema, y lo hemos corroborado aplicando la Terapia Akáshica a un problema que nadie ha podido resolver en forma definitiva hasta ahora: el modo de desarrollar o potenciar LA CREATIVIDAD.

      Para comprender la envergadura del tema y de la ruptura epistemológica que aporta Barone en relación a esta problemática hay que focalizarse en recordar que él empleó 25 años de investigaciones para lograr demostrar que la psicología ES bioenergía. Para él, en tanto empleemos tiempo para considerar lo que pasa en nuestra mente y nuestra vida usando palabras, no podremos resolver nada de forma concreta, sino solo explicar superficialmente lo que pasa en nosotros. Pero si lo seguimos en su propuesta de reemplazar psicología por bioenergía, entonces, todo se vuelve explicable desde otros enfoques y, mejor todavía, se vuelve tratable a través de múltiples técnicas operativas creadas para actuar sobre los fenómenos que nos interesan.

      Este libro de Eric Barone, está abocado a actuar sobre la creatividad como tema especifico facilitando justamente las técnicas que le van a permitir a quien las ejercite potenciarla o desarrollarla según su interés o necesidad.

      Toda persona posee un órgano energético prácticamente desconocido por la mayoría de nosotros: el 4to ojo. Al describirlo, Eric Barone lo bautizó así para, en simultáneo, homologarlo y diferenciarlo de otro órgano, el tercer ojo, del cual ya muchos hemos oído hablar. Ambos ojos energéticos están unidos a la glándula pineal, que es la mayor fábrica de creatividad que poseemos y que actúa como transformador. Precisamente, mientras el 3er ojo percibe las energías en forma pasiva, el 4to ojo actúa sobre ellas de manera activa, con una potencia que varía de acuerdo a las cualidades desarrolladas en la persona. Estas cualidades son precisamente el objeto del presente libro.

      Lo más extraordinario de todo lo investigado por Barone en relación a este órgano es el descubrimiento de los campos energéticos que puede generar este 4to ojo. A propósito de ellos, es oportuno citar un fragmento de su libro «Bioenergía de la Conciencia»:

       «Si se me preguntara cuál fue el punto culminante de esta investigación, respondería que fue el descubrimiento de la existencia de un 4to ojo, y la capacidad de éste de crear campos akáshicos, análogos a una burbuja invisible que nace de nuestra frente y permite crear una anomalía de espacio y de tiempo en lo que envuelve. Imagine que un abogado genial pudiese crear una burbuja invisible en la cual envolver un expediente, ¡el empezaría a poder ver los mecanismos invisibles de la situación legal que examina!; así como un compositor que envolviese su partitura podría escuchar estructuras energéticas; o un escultor, un diseñador o un científico, introducir su mente en un campo donde el tiempo y el espacio funcionan en forma diferente. Todos llegarían a ver creaciones que aún no hicieron...y luego, al regresar del No Tiempo de la conciencia, diseñarlas, escribirlas o investigarlas en su presente. Este es el mecanismo secreto de la sanación, del descubrimiento, de la creación artística, del genio... En la Terapia Akáshica entrenamos a los alumnos para que logren provocar estos campos akáshicos de excepción en forma voluntaria y controlada, y construimos máquinas específicas para lograrlo».

      La creación de los campos akáshicos no debe ser voluntaria (porque la conciencia neuronal inhibiría el fenómeno) sino que debe producirse por un reflejo espontáneo producto del entrenamiento mismo; así nos garantizamos que es un mecanismo efectuado pura y exclusivamente por nuestro cuerpo bioenergético, sin sufrir ninguna inhibición del cuerpo neuronal. Para conocer en profundidad la diferencia entre estos dos cuerpos sugerimos la lectura del libro «Terapia Akáshica».

      Además de poder crear «campos akáshicos» con nuestro 4to ojo, tenemos que desarrollar en nosotros varios otros componentes energéticos. Por ejemplo: debemos armonizar nuestros chakras porque su desequilibrio altera la facultad creativa y lo lograremos usando las remeras bioenergéticas del nivel 6. Debemos también aumentar nuestro nivel de kundalini (fuente interna de todas las energías que hacen funcionar la conciencia), reorganizar la bioenergía mental durante el sueño natural, etc; todos estos aspectos imprescindibles están cubiertos por los 7 ejercicios de cada uno de los 9 capítulos.

      Antes de dejar al lector internarse en las páginas de entrenamiento de este libro -gracias a las cuales podrá desarrollar su creatividad para cualquier ámbito que desee: artístico, publicitario, industrial, ingenieril, literario, etc.- queremos dejar a su consideración algunas observaciones para que conozca mejor las razones del apoyo que brindamos a Eric Barone como padre de la Terapia Akáshica.

      La colección que incluye este fascículo lleva por nombre IMPOSIBLE ¿POR QUÉ? Y hemos aconsejado este título porque en nuestros consultorios, aplicando las técnicas creadas por Eric Barone, hemos visto innumerables cambios en nuestros pacientes.

      Los hemos visto pasar de estar agobiados a plenos de energía; mutar del desánimo al entusiasmo rebosante, de sentirse casi vencidos a totalmente ganadores… por ello (y particularmente en este período de grandes crisis laborales) es que el vocablo «imposible» nos pareció, en sí, totalmente rechazable y le sumamos la apelación ¿POR QUÉ? A través de sus exitosas experiencias -que incluyen no solo sus casos terapéuticos sino también el haber sido el primero en enseñar idiomas en un mes y a conducir en 24 horas- Eric Barone estableció que el cerebro humano se comporta de igual forma que el petróleo cuando se le aplica la tecnología del «cracking» en una refinería. Variando la presión y la temperatura que le aplicamos, liberamos del petróleo bruto proteínas, explosivos, medicamentos y carburante. De modo parangonable, el cerebro humano, beneficiándose con sistemas que le enseñan cómo cambiar voluntariamente sus niveles de conciencia, libera capacidades extraordinarias aplicables a la solución de todo tipo de problemas, incluso aquellos que más preocupan a los que se valen de la creatividad en su desempeño cotidiano.

      Si el lector desea profundizar estos temas, lo invitamos a leer las obras de Barone atenientes a este campo: «Hipnotismo & bioenergía»

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