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posibilita el uso de variados materiales y facilita la creatividad del docente.

      Lo anterior ha llevado a experiencias significativas en las cuales los estudiantes, con orientación del docente, construyen sus propios libros de texto al recopilar y ordenar escritos de diversa procedencia vinculados con un proyecto pedagógico. También, en la universidad se han puesto en marcha programas informáticos que permiten a los alumnos, en diálogo con los docentes, seleccionar el material que se utilizará en clase. A criterio de algunos entrevistados, reducirse al libro de texto empobrece la práctica pedagógica. Un paso importante consiste no solo en la investigación sobre la didáctica de la lectura y la escritura sino también en su llegada al aula de clase y su incidencia en la producción de materiales.

      Al abordar las tecnologías de la información y la comunicación, los expertos destacan su influencia positiva en la medida en que apoyan el trabajo de escritura con los procesadores de textos, indagan en nuevas posibilidades expresivas, amplían la presencia social de la cultura escrita y facilitan la participación en comunidades notablemente extensas. Las proyecciones indeseadas a los géneros académicos se resuelven con el desarrollo de la capacidad para contextualizar las producciones escritas al reconocer sus características composicionales y estilísticas. Aquello que se percibe como necesidad frente al cúmulo de informaciones circulantes es orientar en la identificación, selección y categorización de contenidos.

      La respuesta a la problemática del plagio en el sistema educativo que la tecnología facilita es, para los especialistas, proponer, por un lado, tareas que hagan difícil el corte y pegue, es decir, elaborar consignas que exijan una reflexión personal y una estructura específica. Por otro lado, se insiste en propiciar situaciones de lectura y escritura significativas para los estudiantes que generen en ellos el deseo de realizar las tareas desde sus propias competencias.

      Este recorrido por los diferentes aspectos compartidos sobre la escritura que surgieron de la lectura de las entrevistas presentadas en este volumen desea ser un estímulo para reflexiones y debates sobre problemas centrales de nuestro campo. Creemos que en los profesores, investigadores, estudiantes y especialistas de diversas áreas, a los que esta obra está destinada, el descubrimiento de otras experiencias escolares activará la propia memoria de conformación de sus identidades lectoras y escritoras. Por otra parte, las reflexiones reseñadas aquí sintéticamente les impondrán tomas de posición y renovadas evaluaciones de sus prácticas docentes e investigativas. Este libro se inscribe en el continuo diálogo que impulsa y exige toda actividad científica y pedagógica.

      Introducción

      La escritura en la universidad es el asunto que motiva la realización de entrevistas a ocho investigadores destacados en este campo: María Luisa Carrió Pastor y Montserrat Castelló Badía de España, Fabio Jurado Valencia y Gladys Stella López Jiménez de Colombia, Giovanni E. Parodi Sweis y Ómar Sabaj Meruane de Chile, Ada Aurora Sánchez Peña de México y Adriana Silvestri de la Argentina. Estos especialistas en el estudio de la lectura y la escritura son reconocidos por sus logros académicos tanto en su país de origen como en otros territorios de América y Europa. Es por ello que sus investigaciones son referentes en las actuales discusiones sobre estos procesos.

      Este libro, destinado a profesores y estudiantes interesados en el papel de la escritura en la formación universitaria –y también en la primaria y secundaria– permite leer a los expertos invitados de una manera más cercana. En mayor o menor proporción, quienes se forman en escritura –sobre todo académica y científica– han recorrido las voces de los entrevistados al escucharlos hablar acerca de este proceso sociocognitivo, cultural e histórico privilegiado, desde los géneros discursivos más tradicionales que configuran la cultura escrita de la academia, esto es, a través de artículos, capítulos, monografías, entre otros. En esta oportunidad, las entrevistas –aun inscribiéndose en el dominio académico– permiten que estos autores apreciados por la comunidad internacional sean leídos en una dimensión más directa y personal, en un estilo sencillo, pero no por eso menos abstracto y complejo.

      Las entrevistas presentadas en este trabajo no se inscriben en lo que se podría llamar un “periodismo de la academia”, sino en lo etnográfico. Por tal razón, estos textos no constituyen entrevistas de entretenimiento; su intención se mueve entre lo académico y lo informativo, entre lo etnográfico y lo histórico, con el fin de respetar esa geografía personal y científica de cada investigador. De tal modo, este libro también abona a la reflexión sobre la importancia de la entrevista académica, no solo en el abordaje de diversos asuntos disciplinares, sino también en la divulgación de los conocimientos científicos.

      En este orden de ideas, las entrevistas presentadas en De la memoria a la reflexión: la escritura en la universidad integran los datos recolectados en una investigación que tiene como propósito construir la memoria histórica de las prácticas de escritura en académicos expertos en ese proceso. El foco de este estudio se ubica, entonces, en la historización de las experiencias escriturales tanto de la infancia como de la adolescencia y la adultez de investigadores con reconocida trayectoria en el campo de la escritura. De igual modo, la investigación indaga por los planteamientos que los entrevistados han podido elaborar sobre este proceso en la universidad desde sus prácticas de formación académica y su experiencia investigativa. Cabe aclarar que, por decisiones editoriales, en este libro únicamente se presentan las entrevistas; los hallazgos de la investigación antes referenciada se dan a conocer a través de otros medios.

      En concepto de Janet Holland y Caroline Ramazanoglu (1994: 135), la entrevista se designa de diversas formas: como naturalista, autobiográfica, profunda, narrativa, dirigida, entre otras: “Cualquiera sea el rótulo, la entrevista se ciñe al modelo conversacional y, como la conversación, constituye un hecho social que en este caso tiene dos participantes. En cuanto acontecimiento social, posee sus propias reglas de interacción, más o menos explícitas, más o menos reconocidas por las partes. Además de su carácter social, la entrevista es también un proceso de aprendizaje donde los participantes descubren, ocultan o generan las reglas por las cuales intervienen en este particular juego”. De tal modo, este instrumento de recolección de datos –aplicado sobre todo en las investigaciones cualitativas– permite obtener respuestas a los interrogantes planteados sobre un determinado problema. Sus preguntas pueden basarse en conceptos derivados de la literatura, de la experiencia o del trabajo de campo preliminar (Strauss y Corbin, 2016).

      Las entrevistas de este libro fueron construidas a través de comunicación electrónica escrita durante los últimos años. La revisión documental llevada a cabo a partir de la producción académica y científica de los informantes (artículos, capítulos y libros) facilitó la elaboración de los cuestionarios que estructuran cada texto. Es por ello que la fundamentación teórica realizada permitió la construcción de los guiones que, una vez elaborados, fueron enviados a los investigadores para ser resueltos. Las primeras versiones de los escritos permitieron retroalimentarlos con nuevas preguntas y respuestas que fortalecieron el desarrollo temático. En suma, el trabajo colaborativo facilitó la configuración de estas memorias y reflexiones que en algunos puntos se encuentran y en otros se distancian, debido a los contextos sociales en los que crecieron los participantes, a las tradiciones teóricas que sobre el lenguaje han asumido, a sus formas de comprender la escritura y a la potencialidad y creatividad del discurso para construir la realidad.

      Cada entrevista despliega una superestructura definida a partir de dos momentos discursivos, el de la memoria y el de la reflexión. En el primero, los entrevistados evocan algunas de sus experiencias escritoras en la infancia, la adolescencia y la edad adulta. Este apartado de la entrevista –que opera como una autobiografía escritural– presenta sus prácticas de escritura en diferentes etapas de escolarización (primaria, secundaria y universidad). A través de este primer apartado, los entrevistados se trasladan al pasado para revivir experiencias sobre las formas en las que aprendieron a escribir. Las remembranzas hacen emerger sus vivencias con los maestros, así como los ejercicios en clase, los castigos, los libros de texto que empleaban, los escritos que construían, las rutinas de refuerzo en casa, entre otras actividades.

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