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combinar paisajes grandiosos con sitios culturales, ya que en Georgia, según el refrán: «si hay un camino, es que conduce a una iglesia». No es habitual que los autóctonos se desplacen sin un propósito humano (pueblo, lugar de culto, restaurante), y los sitios históricos se hallan, casi siempre, en lugares muy pintorescos. Si se sigue este proceder en vez de aventurarse por rutas poco transitadas, el viajero podrá conocer y apreciar al mismo tiempo la cultura y la naturaleza del país, a la vez que garantizará su seguridad al comportarse del mismo modo que los habitantes de la región. Y disfrute de las costumbres del Cáucaso.
Estaciones e inclemencias del tiempo
Las zonas centrales del país deberían estar accesibles durante todo el año, incluso aunque las carreteras se hallen intransitables por algunos centímetros de nieve. Por otro lado, el acceso a las zonas montañosas —y son numerosas—, puede complicarse entre los meses de octubre y noviembre y de marzo a abril debido, principalmente, al mal estado de las carreteras. Esto afecta especialmente a la región del Gran Cáucaso, excepto a la Carretera militar georgiana, que puede estar abierta (aunque no necesariamente). Por lo general, la carretera suele estar despejada hasta la estación de esquí de Gudauri, excepto después de una nevada reciente. Las carreteras del Cáucaso Menor también podrían estar cerradas, especialmente en las zonas montañosas de las regiones de Ayaria, Kvemo Kartli y Svanetia. Por regla general, las calzadas que conducen al balneario de Bordjomi, hasta Ajaltsije, y a la estación de esquí de Bakuriani suelen estar limpias. Justo después de una nevada, el puerto de Rami, el único paso entre el oeste y el este de Georgia, puede estar congestionado y el tráfico retenido. Si se viaja en pleno invierno y en época de nevadas, hay que procurar concentrarse en las zonas de llanura, ya sea en el este u oeste, y no tener prisa si se habían planificado recorridos más largos. También se ha de tener claro que, como todo país caluroso, Georgia está muy mal calefaccionado en invierno. En las zonas llanas, donde los termómetros rara vez bajan de los cero grados, son pocos los hoteles preparados para estas temperaturas y que cuenten con una calefacción adecuada. Por este motivo, le sugerimos que se abrigue en consecuencia. En verano, lejos de las altas montañas, el calor puede apretar muy fuerte y un viaje en minibús puede convertirse rápidamente en un verdadero calvario. Piense en hidratarse, en beber mucho y en comer mucha sandía. Tenga en cuenta que los mejores momentos para visitar el país son de abril a octubre para las regiones más bajas y de junio a septiembre para la alta montaña.
Estancia corta: descubrir Georgia en 10 días
Durante una estancia de diez días es posible descubrir muchos lugares atractivos en el este de Georgia, tomando Tiflis como base de operaciones y emprendiendo excursiones de un día e incluso planificar pasar una noche en otra ciudad (Kazbegi, Telavi). En tan pocos días, intentar explorar el oeste o el sur de Georgia haría perder mucho tiempo en desplazamientos, limitando el número de visitas; muchos de los lugares importantes del país se encuentran muy cerca de la capital.
Georgia, aunque sean cortas, debe incluir al menos tres visitas:
Tiflis, la más bella y cosmopolita de las ciudades del Cáucaso, con una arquitectura variada (georgiana, armenia, persa, rusa y soviética), abundante y llena de color.
Mtsjeta, la antigua capital de Georgia, está situada en un lugar destacado y cuenta con dos de las joyas de la arquitectura religiosa del país.
Un lugar característico del Cáucaso: un magnífico paisaje donde la naturaleza es omnipresente; un territorio rico que cobije los vestigios de una antigua civilización que sobrevivió durante siglos.
La elección es amplia: los monasterios trogloditas de David Gareja, en el semidesierto de la Kajetia meridional; la ciudad troglodita de Uplistsikhe, en la región de Gori, donde también se podrá visitar el museo de Stalin; la ciudad troglodita de Vardzia, en Yavajeti, al fondo de un impresionante cañón; Stepantsminda (Kazbegi), en el corazón de las montañas del Gran Cáucaso, que acoge, frente al monte Kazbek, la iconográfica capilla de la Santísima Trinidad, a la que se llega por la pintoresca Carretera militar de Georgia; y, por último, la catedral de Alaverdí, en Kajetia, la iglesia histórica más alta de Georgia, situada en el valle del Alazani, el país del vino, frente a las cimas del Daguestán, cerca de una miríada de otras vistas pintorescas.
Días 1 a 3: Tiflis
Día 1: pasee junto con los teflisenses por la principal y animada arteria de la ciudad, la avenida Rustaveli. Explore los barrios adyacentes y acérquese al monte Mtatsminda y disfrute de su panteón. Saboree las tradiciones culinarias georgianas, disfrute del khinkalis y beba vino en alguna {1}doukani{/1} (taberna tradicional).
Día 2: visite el casco antiguo, de estilo oriental, donde el tiempo parece haberse detenido; es un verdadero laberinto de callejones donde las arquitecturas autóctona, rusa y persa se mezclan curiosamente. Visite sus iglesias, georgianas y armenias, su mezquita, su sinagoga, su fortaleza y su Jardín Botánico, además de sus ornamentados balcones. No se pierda los hermosos baños de azufre que han asombrado a Pushkin y a Alejandro Dumas, donde será atendido por masajistas azeríes.
Día 3: cruce el puente y visite la orilla izquierda del río Kurá; descubra el popular barrio de arquitectura imperial de la avenida Aghmachenebeli, con sus hermosas fachadas del siglo XIX; después el bazar de la estación, Bazroba, verdadera ciudad dentro de la ciudad, donde la vida al estilo oriental resurgió al final de la era soviética. Vuelva a cruzar el río para pasear por los prestigiosos barrios soviéticos, Vera y Vaké, los más preciados por los teflisenses. Apoyado contra la colina, Vaké deja un lugar para el bosque, donde se encuentra el Museo Etnográfico, en el que se reproducen los hábitats tradicionales de las diferentes regiones de Georgia. Suba hasta el lago de las Tortugas, un espacio de descanso para los lugareños y donde se anticipan las montañas.
Días 4 a 6: escapadas desde Tiflis
Durante los próximos tres días podrá realizar excursiones de una jornada y regresar a Tiflis por la noche para cenar y dormir.
Día 4: salga de la ciudad para contemplar los paisajes georgianos en Mtsjeta, pequeña localidad a quince kilómetros de Tiflis, antigua capital georgiana y verdadero centro espiritual del país. En un espectacular valle que se estrecha, el monasterio de la Cruz (Jvari), al final de la cordillera del Gran Cáucaso, domina la ciudad. En este lugar, Santa Ninó convirtió al cristianismo a la familia real y levantó la primera cruz en Georgia: una cruz elaborada con el sarmiento de la vid. En la parte inferior, la catedral de Svetitsjoveli es la joya de la arquitectura georgiana, con sus bajorrelieves, frescos e iconos. Este es el corazón religioso del país. Si tiene tiempo, diríjase al monasterio de Chiomrvimé. En Mtsjeta no se olvide de probar el lobio —sopa picante elaborada con judías rojas—, considerada la mejor del país.
Día 5: diríjase a Gori, el lugar de nacimiento de Stalin, para visitar su museo, que fue erigido en vida por él mismo, y que permanece casi igual que entonces. Testimonio de la ideología soviética, este museo es una experiencia única, cruda y que deja a sus visitantes sin palabra. Desde Gori, ciudad agradable a pesar de que aún se pueden sentir las tensiones de la guerra de 2008 y que posee una interesante fortaleza, se puede llegar fácilmente a Uplistsikhe, ciudad troglodita del primer milenio a.C., que domina el río Kurá en un paisaje casi lunar de áridos acantilados
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