Скачать книгу

para luego estudiarlas en su funcionamiento interno, es decir, analizarlas como un todo integrado. El problema que presenta Wilber sobre las diferentes escuelas deriva del hecho de que cada uno de los pensadores habitualmente determina un punto fijo dentro de la realidad, y, por consiguiente, el problema es que toda la realidad es analizada y estudiada a partir de dicho punto fijo. El propio Wilber puede haber seguido la tendencia oriental de una inclinación a la evasión espiritual, al coger el «ascenso a lo transpersonal» como un método inconsciente de fuga de la materialidad. Porque el materialismo reinante en Occidente (Klipá de Maljut) nos puede llevar (a veces inevitablemente) al extremo de un espiritualidad radical desesperada, y la tentación en la que podemos caer es la de utilizar lo «espiritual» como justificación de una irracional fuga de la materialidad. Nunca el judaísmo llego al ascetismo corporal para escapar del problema que surge de los límites de la sexualidad ordenada.

      En cambio, la psicología del misticismo judío sigue operativa desde la animalidad biológica freudiana, hasta los niveles más elevados de la autorrealización de Maslow.

      No existe, pues, una distorsión de la realidad, sino una «fragmentación» de la realidad, y todo es válido dentro de dicho análisis fragmentario. Y así como existe cognitivamente la fragmentación de la realidad, existe la fragmentación de nuestro «Yo». Sin embargo, si conocemos en profundidad los caminos de nuestras dimensiones interiores, podemos «integrarnos» dentro de un Yo sólido. La solidez del Yo no está dada por el carácter dogmático o fijo, sino por la comprensión de la complejidad interna de sus interrelaciones.

      Este es el problema de los sistemas cerrados, ya que son lineales y no circulares.34 Podemos clasificar el Árbol de la Vida como un sistema abierto, porque se abre de forma permanente hacia el Ein Sof y esto hace que sea de imposible cierre. En cierta manera, toda respuesta fuera del Ein Sof es provisional, y provoca automáticamente la aparición del dogmatismo (asunto fundamental que trataremos más adelante en este trabajo).

      Los niveles de consciencia siempre pueden ser potencialmente más altos,35 y podemos observar la realidad desde las diez dimensiones al mismo tiempo. Este es un trabajo muy difícil, porque debemos pensar la realidad operando al mismo tiempo en los diez niveles, y entonces podemos comenzar a vislumbrar las conexiones internas de dichos niveles dimensionales. Los 22 canales del Árbol de la Vida36 que son los que relacionan las 10 dimensiones prueban que tenemos caminos de ascenso y descenso entre las diferentes dimensiones. Podemos, pues, bajar y subir de acuerdo con nuestra necesidad de comprensión de una dimensión a otra, porque debemos oscilar dentro de todo el Árbol de la Vida.

      En su origen, todas las dimensiones (Sefirot) pertenecen al mismo punto fundamental37 de donde surge toda la información de esta realidad (tanto la revelada como la oculta), sin embargo, en el despliegue general de la información del plan divino (Adam Kadmón) aparecen las diez dimensiones,38 y así nosotros podemos comprender fragmentariamente la realidad. Debemos entrenar a nuestra mente (Biná)39 a trabajar en la unificación constante de la realidad (Jojmá) con el fin de percibir en esencia la unidad que subyace detrás de todo este mundo de la fragmentación (mundo de la Bet).

      Tenemos, pues, dentro de la tradición antigua del judaísmo un elemento simbólico muy claro donde convergen en un mismo punto todas las escuelas de Psicología que trabajan en diferentes niveles de la realidad.

      Cada Sefirá (Dimensión) cumple una función, y lo que es verdad en una dimensión no necesariamente es verdad en otra. Como Wilber explica, las investigaciones o estudios son válidos en el nivel en que se encuentran. Por este motivo decimos dentro de la psicología del misticismo judío que se pueden encontrar la felicidad y la comprensión dentro de cada nivel dimensional. No podemos ni debemos obligar a un sujeto a cambiar de nivel si no se encuentra preparado. Cada uno se encuentra en el nivel que se merece, y si no lo merece, realizará todos los esfuerzos posibles para salir de dicho nivel. Un sujeto deja su nivel cuando a pesar de su comodidad (mal llamada felicidad) logra avanzar hacia niveles superiores.

      Cuando una persona se encuentra feliz en un nivel, no puede ser movilizada externamente hacia un nivel superior. Nadie puede soportar un nivel de luz (Or) superior a su nivel de recepción (Kli). Por lo tanto, y con esto exponemos uno de los grandes secretos del misticismo judío antiguo, nada depende del «Or» sino del «Kli», y nosotros somos capaces de obtener el «Or» de acuerdo con la extensión de nuestro Kli.40

      Sin embargo, debemos saber que para alcanzar la Jojmá (la Sabiduría) debemos trabajar profundamente el Daat (el Conocimiento) con el fin de obtener de este modo una mayor flexibilidad mental. La flexibilidad mental es fundamental para percibir la realidad de forma simultánea desde las diferentes dimensiones. Cualquiera que sostenga un punto fijo (y, por lo tanto, dogmatice una dimensión) está creando un sistema cerrado válido, cuya validez se encuentra fundamentada en su propio cierre. La validez del Árbol de la Vida es un símbolo potente de comprensión porque se encuentra abierto en dirección al Ein Sof y no sitúa la comprensión en un punto fijo, ya que cada nivel dimensional automáticamente opera sobre otra estructura de comprensión diferente. En realidad, para operar dentro del símbolo del Árbol de la Vida debemos recorrer todos los senderos y todas las dimensiones, y debemos ir percibiendo toda la realidad a medida que avanza el recorrido, por lo que siempre nuestro punto de vista debe ser «móvil». Al situar nuestro punto dentro del movimiento general del Daat (el Conocimiento) y operar en todos los senderos y en todas las dimensiones del Árbol de la Vida, el conocimiento no se vuelve estático y, por lo tanto, no existe un dogmatismo en ningún momento. Si alguna persona se vuelve dogmática en el estudio del Árbol de la Vida implica que ha fijado un punto estático dentro de algunas de las diferentes dimensiones. Cada vez que un sistema se vuelve cerrado, sabemos que no trabajamos bien el Árbol de la Vida; y en cada punto estático donde descansamos, debemos ser conscientes de que se puede convertir en el punto del inicio de algún tipo de idolatría. Hay dos formas de derrumbar la idolatría, que siempre se nos presenta como una amenaza al avance del conocimiento (Daat): la primera es la meditación en el Ein Sof, porque su infinitud nos abre ante un sistema abierto de forma permanente, y la segunda es el movimiento constante dentro de la secuencia del tiempo-espacio. No podemos fijar un punto dentro de la secuencia del tiempo-espacio porque es imposible; cualquier intento mental de definir esta realidad inferior de acuerdo con un punto estático puede provocar la ilusión de control de la realidad. La característica básica de esta realidad inferior del mundo de la fragmentación (mundo de la Bet) es que nos encontramos dentro de la secuencia del tiempo-espacio, y hasta que alcancemos la Eternidad real del Universo de Atzilut (la Emanación) todos los intentos de situar puntos fijos dentro de esta realidad serán aniquilados por el movimiento. Para comprender esta realidad, tal como hoy la percibimos, debemos desplazar nuestra percepción en el constante cambio que se opera dentro de la secuencia del tiempo y el espacio.

      8. Tipos de Daat (el Conocimiento)

      «Siempre se puede ascender en el Conocimiento porque a cada nivel que llegamos somos imperfectos frente a Dios».

      RABÍ ISAAC LEVÍ DE BERDICHEV

      El Conocimiento superior (Daat Elyon) se caracteriza por la unificación constante de todas las fragmentaciones, hasta llegar a la unificación del tiempo y el espacio dentro de la Eternidad que es la clave del Sod del Tetragrama.

      El Conocimiento inferior (Daat Tajton) se caracteriza por la comprensión de los diferentes niveles energéticos (Sefirot) en el orden del movimiento espacio-tiempo. El Conocimiento superior se encuentra en la conexión máxima que podemos percibir dentro de la secuencia espacio-tiempo y su relación con la Eternidad; en términos de la cábala, dentro de la oscilación entre el Universo de Briá (la Creación) y el Universo de Atzilut (la Emanación). El Conocimiento inferior se encuentra en la comprensión diferencial entre los tipos de energías que operan en los dos universos inferiores de Yetzirá (la Formación) y Asiá (Acción). Todo el Conocimiento inferior algún día se debe unir al Conocimiento superior, porque ambos pertenecen en su origen a la misma raíz.

      9. La relación entre la cosmogonía y la psicología en el judaísmo

      «El Tikun Olam comienza con la Teshuvá de un solo hombre».

      EL BAAL SHEM TOV

      La

Скачать книгу