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un archivo ePub, que es el formato más popular, no buscamos hacer una introducción en el tema de los aspectos más técnicos de la elaboración de libros electrónicos. Nuestro interés es conceptual. Queremos saber qué está pasando con el libro en un sentido amplio. Qué son las cosas que han cambiado; cómo, a partir de qué principios o antecedentes históricos, se han ido modificando; cómo se perfilan hacia el futuro; qué discusiones están abiertas y hacia dónde apuntan.

      Sabemos que escribimos sobre un fenómeno que cada día trae novedades en casi todos sus aspectos —técnicos, sociales— y que, por lo mismo, corremos el riesgo de que algo de lo dicho aquí ya no sea vigente en apenas unos cuantos meses. Creemos, sin embargo, que un alto en el camino para contemplar el horizonte siempre es oportuno y conveniente. ¿Cuánto alcanzamos a ver de la ruta que estamos siguiendo? ¿Qué tanto estamos seguros de que ése es el camino correcto? ¿Cuántos extravíos podemos todavía evitar? No hay que olvidar que, ya sea como creadores, productores o consumidores de libros, lo que ocurre nos concierne y, en esa medida, somos agentes del cambio. Estos textos están escritos precisamente para eso: para ofrecer un panorama de lo que sucede en el ámbito del libro electrónico. Nuestro propósito es partir de una breve discusión sobre cómo definir el libro en estos tiempos de transformación y lo que es un libro electrónico. Pensamos que es necesario reparar en algo en apariencia tan obvio y simple como definir el libro, porque en realidad no lo es de ningún modo. En el fondo, no está cambiando sólo el objeto que solíamos tener entre las manos, sino la idea que teníamos de él. Esta modificación conceptual es tan radical e importante como la otra, pues implica ampliar posibilidades y sentidos alrededor de lo que llamamos libros.

      Es imposible avanzar si no hacemos algo de historia. Así, recorreremos la compleja historia del libro electrónico. Es fundamental recordar lo que ha tenido que pasar para llegar hasta el momento en que el libro dio un salto —al parecer definitivo— al formato electrónico. En particular, qué cosas tuvieron que concurrir alrededor de 2007 para que el libro electrónico comenzara a ser un producto popular. En mucho, la historia permite identificar elementos puntuales que están en la base de todo lo que acontece en nuestros días con el libro; desde el deseo de procesarlo a la decisión de digitalizarlo, de los intentos de hacer el libro electrónico en sistemas propietarios y el triunfo relativo de los formatos abiertos, hasta el paso decisivo de usar, para leer, máquinas hechas para contar.

      Pero el interés principal de este libro se centra en qué cosas pasan en la actualidad alrededor del libro electrónico; qué modelos de producción, creación y distribución ha cuestionado; qué novedades ha introducido en el mundo editorial, y qué reacciones ha provocado. Cuáles, pues, son las aguas en las que el libro electrónico navega en el presente.

      Clasificamos las principales cuestiones que se plantean en torno al libro electrónico en cuatro grandes ámbitos: 1) los derechos de autor, 2) los modelos de distribución y comercialización, 3) las nuevas formas de producción de libros y 4) la transformación de los agentes, sobre todo el autor y el editor. En ellas procuramos dar un panorama de los problemas y las controversias que emergen día con día en cada uno de estos campos. Al mismo tiempo, damos cuenta de las novedades que han aparecido, desde los servicios para la lectura de libros electrónicos, hasta los sistemas de edición de la fan fiction, que hoy marcan la discusión sobre el libro electrónico. Puesto que la visión es panorámica, no nos detenemos en ellos más que lo suficiente para mostrar lo que son, qué aspecto de la lectura, la producción o la comercialización del libro están modificando, y qué tipo de problemas o cuestiones están haciendo aparecer.

      El capitulado cierra con una reflexión prospectiva. ¿Cómo será el libro en el futuro? Hacemos frente ahí a las especulaciones y las ideas que hoy circulan sobre cuál será el devenir del libro. Damos cobijo tanto a las ideas más exageradas, que terminan por casi fundirlo con los videojuegos, como a las más prudentes, que ven en el futuro una transformación cultural pero no un abandono de la palabra escrita. Nos detenemos, ahí también, en algunas proyecciones sobre el momento en que el libro electrónico sustituirá al de papel. Entrados en el terreno de la especulación, jugamos con algunas de las opciones que el texto digital y el libro electrónico permiten y revelan: datos sobre hábitos de lectura y de los lectores, y la forma en que podrán determinar el futuro de la escritura.

      Estos textos se proponen mostrar el asombro ante todo lo que ocurre alrededor del libro electrónico. Se proponen ser, al mismo tiempo, un retrato de una revolución, así como de las dudas y suspicacias que ésta genera todavía.

      ¿Qué es un libro?

      Las cosas que nos son más próximas, aquellas que ocupamos con regularidad, tienen en común que son, también, las más difíciles de definir. Podríamos buscar muchas razones para ello, pero resulta evidente que la frecuencia con que las ocupamos hace innecesario e incluso absurdo querer explicar qué son. ¿Por qué definir lo que es un coche si basta con subirse a él y encenderlo? Lo mismo ocurre con el libro: ¿para qué buscar palabras que lo definan si es suficiente con abrir uno y comenzar a hojearlo?

      Sin embargo, hoy nos encontramos en un momento peculiar. El libro, tal y como lo conocemos desde hace cinco centurias, experimenta una transformación radical. En menos de un cuarto de siglo el uso generalizado del cómputo, la aparición de internet, la creación de muy diversos dispositivos electrónicos —desde los teléfonos inteligentes hasta las tabletas— han impulsado el surgimiento de distintos formatos digitales que son vistos y promovidos como alternativas y sustitutos del libro en papel.

      El ebook o libro electrónico es, dentro de esos nuevos formatos, el que ha alcanzado hasta hoy más popularidad, con un ritmo de producción en crecimiento en sintonía con su mercado. Este hecho hace que ya muchos la con­sideren la nueva forma del libro, e incluso un formato que, para algunos, se ha estancado. Pero ¿de qué hablamos exactamente?; es decir, ¿cuáles son las características de un libro electrónico por las que éste ha capturado para sí el imaginario cultural del libro?

      En el presente capítulo nos ocuparemos de sentar las bases para responder al menos en parte esa pregunta. Nos proponemos establecer en qué sentido un archivo electrónico puede ser llamado con propiedad un libro. Para ello necesitamos saber, primero, qué es un libro. Así que habrá que comenzar, pese a las dificultades, con su definición.

      Si, como decíamos, los objetos comunes son difíciles de definir, para facilitarnos la vida vamos a recurrir primero a las definiciones que hallamos en los diccionarios. La vigésima tercera edición del diccionario de la Real Academia Española, ofrece las siguientes definiciones:

      La versión del diccionario que usamos ya está actualizada en nuestro tema, lo que nos ayudará mucho a entender el uso común que se le da al término “libro electrónico” en cuanto al dispositivo y al archivo que se lee por medio de ese dispositivo. Pero antes de adentrarnos en esta materia y puesto que la definición de libro electrónico presupone la definición de libro, empecemos por hablar del libro: éste se entiende en el diccionario de tres maneras, como: 1) un cierto objeto compuesto de hojas de papel encuadernadas para formar un volumen, 2) un texto escrito que requiere ser de una cierta extensión (sin precisar) para formar un volumen y 3) una división del texto.

      Esta última acepción de libro es la más vieja y también la más rara en nuestros días, pues se aplica

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