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segura? —preguntó Mags.

      —Sí —dijo Keri—. No creo que lo estuviera inicialmente. Probablemente no tenía idea de que una de las víctimas de sus secuestradores era mi hija. Después de todo, yo ni siquiera era detective en esa época. Era profesora universitaria. Su desaparición es la razón por la que me convertí en policía. Ni siquiera sé en qué momento realmente atraje su interés. Pero en algún momento debe haber llegado a la conclusión de que la niña que la detective estaba buscando fue secuestrada por alguien a quien se lo había encargado.

      —¿Y tú crees que él buscó la ubicación de ella? —preguntó Mags— ¿Tú crees que él sabe dónde está ella ahora?

      —Esas son dos preguntas muy diferentes. Estoy segura de que en algún momento él investigó su ubicación. Habría sido de interés para él conocer la situación de ella. Pero habría sido mucho antes de que yo comenzara a husmear. Una vez que sospechó que yo lo estaba investigando, no tengo duda de que se habrá asegurado de que no se le pudiera conectar con ella. Sabe que si yo creyera que él me puede llevar hasta Evie, le seguiría día y noche. Probablemente le preocupe que yo lo secuestre y lo torture para conseguir la ubicación.

      —¿Lo harías? —preguntó Mags, más en tono de curiosidad que de acusación.

      —Lo haría. Un millón de veces lo haría.

      —Yo también —susurró Mags.

      —Así que no creo que Jackson Cave sepa dónde está mi hija ni quien la tiene. Pero creo que conoce a individuos que a su vez conocen a individuos que saben dónde está ella. Creo que él podría averiguar su actual ubicación si se sintiera inclinado a hacerlo. Y creo que podría hacer que la llevaran a una ubicación específica si quisiera. Eso es lo que creo que está pasando. Creo que Evie es el Premio de Sangre porque él quiere que así sea. Y de alguna manera, sus deseos han sido canalizados hacia la gente que puede realizarlos.

      —¿Entonces quieres seguir esa pista?

      —No —dijo Keri—. El laberinto que hay entre él y ella es demasiado complicado como para que yo lo averigüe, ni siquiera disponiendo de tiempo ilimitado, lo que obviamente no tengo. Ese es un pozo sin fondo por el que no bajaré. Pero he comenzado a darme cuenta, que todo este tiempo he estado mirando a Jackson Cave como un oponente, la mente maestra que me separa de mi hija, la fuerza malévola que está para destruir a mi familia.

      —¿No lo es? —preguntó Mags, sonando sorprendida y casi ofendida.

      —Lo es. Pero así no es como él se ve a sí mismo. Y eso no es lo que él siempre fue. Me di cuenta que tengo que olvidar mis ideas preconcebidas, para saber quién es este sujeto y qué es lo hace ser como es.

      —¿Por qué te interesa lo que lo hace ser como es?

      —Porque no puedo derrotarlo si no comprendo cómo piensa, y cuáles son sus motivos. Y si no comprendo qué es, muy en el fondo, lo importante para él, nunca tendré una ventaja sobre él. Y eso es lo que realmente necesito, Mags: ventaja. Este sujeto no me va a dar ninguna información por las buenas. Pero si puedo determinar qué es lo que le importa, quizás pueda usar eso para recuperar a mi hija.

      —¿Cómo?

      —No tengo idea… todavía.

      CAPÍTULO CINCO

      Cuando Ray entró a la sala de conferencias tres horas después, Keri todavía no tenía esa ventaja. Pero creía tener una idea más precisa de quién era Jackson Cave.

      —Encantada de verte, Detective Sands —dijo Mags, en cuanto entró cargado con sándwiches tipo submarino y unos cafés que ya estaban helados.

      —Igual digo, Roja —mientras repartía los sándwiches sobre la mesa.

      —Bueno, ¡válgame Dios! —replicó ella, malhumorada.

      Keri no estaba segura de cuándo Ray había comenzado a llamar a Margaret Merrywether "Roja” pero se deleitaba con ello. Y a pesar de su reacción de ahora, Keri estaba bien segura de que a Mags no le importaba.

      —Traje los registros financieros y de propiedad del sujeto —dijo Ray—. Pero no creo que vayan a ser la respuesta. Los revisé con Edgerton y él no pudo encontrar nada deshonesto. Pero para un hombre con tanto dinero y poder, ya eso por sí solo tiene algo de deshonesto.

      —Estoy de acuerdo —dijo Keri—. Pero deshonesto no es suficiente para actuar.

      —Él quería traer a Patterson, pero le dije que por ahora lo aplazara.

      El Detective Garrett Patterson respondía al sobrenombre de "Trabajo Laborioso", y por una buena razón. En la unidad era el segundo mejor hombre en la tecnología, por detrás de Edgerton, y aunque carecía de la intuición de Edgerton para descubrir conexiones ocultas en informaciones complejas, poseía otro talento. Adoraba examinar registros de manera minuciosa, a fin de hallar pequeños pero cruciales detalles que otros pasaban por alto.

      —Era la selección correcta —dijo Keri al cabo de un momento—. Él podría descubrir algo en los registros de propiedad. Pero me preocupa que no pudiera evitar contárselo a Hillman o que accidentalmente por echar una red muy amplia se activen las luces de alarma. No quiero involucrarlo a menos que no tengamos opción

      —Puede que lleguemos a eso —dijo Ray—. A menos que hayas descifrado el código de Cave en las últimas horas.

      —No diría eso —admitió Keri—. Pero he descubierto unos datos sorprendentes.

      —¿Cómo qué?

      —Bueno, para empezar —intervino Mags—, Jackson Cave no fue siempre un completo desgraciado.

      —Eso es una sorpresa —dijo Ray, desenvolviendo un sándwich y dándole un buen mordisco—. ¿Cómo así?

      —Trabajó en la oficina del Fiscal de distrito —replicó Mags.

      —¿Era fiscal? —preguntó Ray, casi atragantándose con la comida— ¿El defensor de violadores y acosadores de niños?

      —Fue hace mucho tiempo —dijo Keri—. Se unió a la fiscalía en cuanto salió de la Universidad del Sur de California; trabajó allí dos años.

      —¿No pudo con el trabajo? —preguntó Ray.

      —De hecho, su porcentaje de convicciones era muy impresionante. Aparentemente no le gustaba llegar a arreglos así que llevó la mayoría de los casos a la corte. Consiguió diecinueve convicciones y dos jurados que no pudieron ponerse de acuerdo. Ninguna absolución.

      —Eso está bien —reconoció Ray—. ¿Entonces por qué cambió de equipo?

      —Para saber eso hubo que cavar un poco —dijo Keri—. De hecho fue Mags quien lo averiguó. ¿Quieres explicarlo?

      —Será un placer —dijo ella, levantando la vista del mar de papeles que tenía delante—. Supongo que toda una vida haciendo investigaciones tediosas es recompensada de cuando en cuando. Jackson Cave tenía un medio hermano llamado Coy Trembley. Tenían padres distintos, pero se criaron juntos. Coy era tres años mayor que Jackson.

      —¿Era Coy también un abogado? —preguntó Ray.

      —Difícilmente —dijo Mags—. Coy tuvo problemas con la ley en su adolescencia y su primera juventud, casi todo cosas de poca monta. Pero a los treinta y uno, fue arrestado por asalto sexual. Básicamente fue acusado de violar a una niña de nueve años que vivía en su misma calle.

      —¿Y Cave lo defendió?

      —Oficialmente no. Pero pidió un permiso de nueve meses en la oficina del fiscal justo después del arresto. Él no era el abogado de Trembley y su nombre no está en ninguno de los documentos legales archivados en la corte sobre el caso.

      —Me parece a

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