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partir de este momento se define como la matriz B y está compuesta por los coeficientes bij.

      Del análisis de la matriz-insumo producto se desprende el análisis y cálculo de multiplicadores de Leontief, los cuales en sí están diseñados para medir el impacto que cada sector tiene en la economía, tanto en la oferta, como en la demanda. Esta construcción permite diferenciar del efecto directo sobre la economía, el efecto total que genera cada sector sobre el sistema económico.

      Los encadenamientos directos muestran los efectos sobre oferta y demanda de la economía que cada sector genera, efecto que depende de forma esencial de los coeficientes técnicos que posean y de los sectores con los que se tenga relación comercial, donde el multiplicador del sector i depende de la cantidad de relaciones comerciales que este tenga con el resto de los sectores y la relevancia que tenga tanto dentro de su propio proceso productivo, como en el proceso productivo del resto de sectores. Los multiplicadores operan así:

      Multiplicador directo hacia delante (oferta)1:

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      Multiplicador directo hacia atrás (demanda):

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      Por otro lado, los encadenamientos totales muestran el impacto global de cada sector al incorporar no solo las relaciones comerciales que el sector i tendría con resto de sectores, sino que también incluye toda la red de relaciones comerciales que los sectores que proveen insumos o se ofrecen insumos de i tienen con el sistema. Este multiplicador permite englobar los efectos de la red interindustrial que cada sector tiene, entonces:

      Multiplicador total hacia delante (oferta):

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      Multiplicador total hacia atrás (demanda):

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      Además de la relevancia o el efecto que tiene cada sector en los diferentes momentos del tiempo, es importante identificar cuáles son los encadenamientos o las relaciones interindustriales que tienen un efecto mayor o que poseen un mayor peso relativo dentro del sistema interindustrial. Para tal propósito se diseña un análisis de sensibilidad de los multiplicadores técnicos con base en los trabajos de Hernández (2012) y Aroche (1996), quienes desarrollan la metodología originalmente diseñada por Schintke y que, a su vez, sigue siendo desarrollada posteriormente por Schuschny (2005), que es la que su usa en el presente documento.

      La metodología parte de la idea del impacto que puede tener un cambio o variación de coeficiente técnico sobre el resto del sistema. Para este propósito se construye una función w(p), donde p es la tasa de variación del coeficiente. Para este trabajo p tiene un valor del 1 %2.

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      Entonces, la interpretación será: entre mayor es w(p), mayor es la relevancia que tiene el coeficiente técnico analizado; pero w(p) tiene el problema que no nos indica cuánto es mayor dicha relevancia. Siendo que la función puede tomar cualquier valor mayor que 0, esto impide conocer o tener un punto de referencia para clasificar los diferentes encadenamientos, obstáculo que se puede superar con la construcción de la tasa de variaciones de la función w(p) siguiente:

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      Sobre la tasa de variaciones C se construye un sistema que nos permite clasificar los diferentes encadenamientos.

      – C < 0,1 muy importante

      – 0,1 > C < 0,5 importante

      – 0,5 > C < 1 poco importante

      – C > 1 no importante

      Adicionalmente a los indicadores mencionados, existen los indicadores de Chenery-Watanabe y Rasmussen, que miden la dispersión de los efectos que cada sector económico tiene sobre el sistema. Con este aporte y por medio de transformaciones de los encadenamientos de Leontief (1966) se puede clasificar los diferentes sectores según las condiciones que estos reflejan y, en consecuencia, por la evolución en el tiempo de las relaciones interindustriales.

      Es importante aclarar que en el caso del indicador Chenery-Watanabe se sigue la propuesta metodológica de Ulrich, Senghaas y Wolfson (1987) y Schuschny (2005). Mientras que para el indicador de Rasmussen se utiliza el trabajo de Rasmussen (1963).

      Es importante notar que el indicador Chenery-Watanabe está midiendo los encadenamientos directos que los sectores tienen y permite definir si el sector i es altamente integrado al mercado interindustrial o, por el contrario, es un bien de venta final; además, los indicadores dicen si esta integración es vía demanda u oferta.

      El indicador de Rasmussen también está diseñado para clasificar los sectores de la economía con base en sus efectos sobre todo el sistema y no solo por sus encadenamientos directos; este indicador es, entonces, especialmente útil en términos de política económica, al permitir conocer el efecto económico global de políticas de fomento sectorial.

      Ambos indicadores se describen a continuación:

      a. El indicador Chenery-Watanabe clasifica los sectores en relación con la diferencia entre la media de los multiplicadores y el valor del multiplicador para cada sector, tal que si DBLi > DBL, entonces i demanda múltiples insumos de diferentes sectores; si DFLi > DFL entonces i produce bienes que se demandan en la producción de otros bienes. De esta caracterización salen cuatro subgrupos como se observa en la figura 1.

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      b. El indicador de Rasmussen se basa en calcular π y τ, donde image; tal que si son mayor a uno (<1), el sector es más relevante, por ahora hacia un lado sea el de la oferta o demanda; esto implica que la capacidad de dispersar choques es mayor y en contrario, si el caso es menor a uno (>1). A partir de lo anterior se clasifica los sectores según los valores de y como se muestra en la figura 2.

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      Fruto de lo anterior, la clasificación muestra con respecto al mercado intersectorial, que:

      – Los sectores receptores son aquellos cuyos efectos impulsores de los demás sectores no tienen la capacidad de dinamizar la economía y culminan como neutros.

      – Los sectores independientes son aquellos cuyo único impacto es vía oferta en el mercado de intersectorial.

      – Los sectores claves son los que poseen capacidad de dinamización de la economía con único impacto vía demanda.

      – Los sectores impulsores son los que tienen capacidad de doble vía con dinamización tanto por oferta como demanda.

      Es importante anotar que estos indicadores solo están midiendo las relaciones entre sectores y no la capacidad de generación de ingresos o valor agregado de los sectores.

      Aunque para el estudio de las relaciones intersectoriales de una economía es importante identificar el encadenamiento de la economía de un país en la cadena de generación de valor mundial y cuál es el nivel de dependencia de los diferentes sectores a las importaciones que dicho

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