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que Tucídides, cree que la φύσις humana posee diversas características que varían de acuerdo con el medio ambiente y el lugar geográfico en el que el hombre habita.25 Esta obra del CH parece ser el producto culminante del pensamiento biológico de esa época y además se aproxima, por primera vez en la historia del pensamiento médico, a una compresión unitaria de la naturaleza humana.26

      Un destacado investigador como Hadot (2015: 41), que realizó un estudio sobre el concepto de naturaleza en la antigüedad, considera que en el caso de los tratados del CH el término φύσις “corresponde a menudo a la constitución física propia de un paciente, a lo que resulta de su nacimiento. Este sentido se extenderá poco a poco, en estos mismos tratados, a los caracteres propios de un ser, a su manera de ser primera y original, es decir, normal: lo que es ‘de nacimiento’, lo que es congénito, o incluso la materia de la que está constituido un órgano o, finalmente, el organismo, como resultado del crecimiento”. El autor de Sobre la dieta I, 2, pone en evidencia el problema de la φύσις, pues señala que para la dieta humana “es preciso reconocer (γνῶναι) y discernir (διαγνῶναι) la naturaleza del hombre en general”. Los verbos γνῶναι y διαγνῶναι proporcionan la pista para interpretar el texto. El verbo γνῶναι tiene aquí la acepción de ‘conocer‛; es lo primero que debe realizar el médico al examinar un paciente, porque si no conoce, observa o experimenta lo que tiene frente a él, difícilmente va a poder determinar su naturaleza. En realidad, esto constituye la primera aproximación razonada en la que el médico ejercita su λόγος (razón) frente al oculto λόγος de la φύσις.27 Luego, una vez que se ha conocido lo que ‘es‛, el paso siguiente consiste en distinguir (διαγνῶναι) ese ‘es‛ de las otras naturalezas, es decir, conocer distintamente, juzgar y decidir, lo que se ha observado anteriormente. Sin duda que este pasaje evidencia uno de los grandes problemas de la filosofía griega, dado que al ser la φύσις un principio unitario y radical es posible preguntarse: ¿de qué manera se diversifica en las distintas φύσεις (naturalezas)?, ¿existe algo común entre la φύσις universal y la φύσις individual?, y ¿cómo entender las diferencias entre seres tan disímiles como un hombre, un árbol, una piedra o una enfermedad? Cada ser posee una φύσις particular que la identifica y distingue de las demás, aunque participe de una u otra manera de la φύσις universal. El fundamento (ἀρχή) de la medicina –señala el autor de Sobre las enfermedades en las vírgenes– es precisamente la comunión de las cosas eternas (αἰειγενέων), en razón de que no es posible conocer la naturaleza de las enfermedades (τῶν νουσημάτων τὴν φύσιν) si no se conoce la naturaleza, en cuanto que indivisible (ἀμερεῖ), a partir del principio por el que se constituye (c. 1). De acuerdo con este texto, es probable que la medicina hipocrática se haya visto influenciada por el concepto general de φύσις de los filósofos presocráticos, porque en ellos esta es el fundamento de todas las cosas.

      Pero esta visión acerca de la φύσις no fue compartida por todos los autores del CH. Por ejemplo, el autor de Sobre la medicina antigua aborda el problema de la φύσις desde una perspectiva diferente, puesto que critica a los médicos que se dejan influir por algunos filósofos presocráticos en su concepción del ser humano (c. 20). Hadot (2015: 42) observa aquí que el término φύσις comienza a tener en el siglo V a. C. un uso más amplio, lo que significa que no designa únicamente la forma de algo sino, sobre todo, el proceso de formación o el resultado de cómo llegó a ser. Es por ese motivo que el término φύσις no alude en Sobre la medicina antigua al conjunto del universo, sino más bien al proceso natural o funcionamiento de las cosas, es decir, a la relación entre las causas y los efectos de estas. De manera que si en esta obra se critica al filósofo Empédocles porque intenta describir qué es el hombre (τί ἐστιν ἄνθρωπος) a partir de la naturaleza, esto no quiere decir –precisa Hadot (2015: 43)– “a propósito de la naturaleza en general”, sino “a propósito de la constitución en general”, es decir, ‘constitución‛ (φύσις) debe tener aquí una acepción activa y pasiva porque designa dos aspectos o momentos. Por una parte, se refiere a la transformación mediante la cual las cosas nacen, crecen y mueren. Por otra parte, indica la naturaleza intrínseca de algo en virtud de ese proceso dinámico. De manera que estudiar la φύσις significa sobre todo observar la génesis de una cosa particular, sus causas y procesos que le permiten llegar a ser y perecer. Según lo que nos dice Aristóteles en la Política 1252a 24, este debe ser el método de investigación de la φύσις, y se niega a considerarla como algo meramente material; por eso, advierte que la mejor manera para observar estas cosas –se refiere a los fenómenos de la política–, al igual que en otros ámbitos, consiste en ver las cosas nacer en su desarrollo natural y desde el principio.

      En el siglo V a. C. el término φύσις comenzó a usarse referido especialmente a la naturaleza humana y, en plural, a la naturaleza de los seres humanos individuales.28 Es por eso que el autor de Epidemias I, 3, se interesa por distinguir entre la naturaleza que es común a todos (κοινῆς φύσιος ἁπάντων) y la peculiar (ἰδίης) de cada uno. Esta investigación sobre la naturaleza humana se va a desarrollar de una manera especial en la medicina hipocrática. A diferencia de algunas concepciones filosóficas sobre la naturaleza del hombre de esa época que lo estudiaron desde una perspectiva ‘espiritual‛,29 los médicos hipocráticos iniciaron por primera vez en la historia del pensamiento occidental un estudio sistemático del hombre en términos físicos, de las diferencias que existen entre las distintas razas,30 de la estructura y función de los órganos,31 y también de los elementos o humores que componen su naturaleza.32

      Ahora bien, y a pesar de las numerosas imprecisiones científicas o fantásticas descripciones acerca de la constitución del hombre en el CH,33 la hazaña del arte médico hipocrático no solo estimuló la comprensión de ciertos problemas de la medicina en amplios círculos, sino que concentrándose en un aspecto de la existencia humana como el cuerpo,34 obtuvo valiosos conocimientos filosóficos para una nueva imagen de la naturaleza del hombre.35 El médico hipocrático, luego de practicar el correspondiente examen corporal dirigido por la percepción sensorial,36 presume que existe algo que está más allá de los cambios fenoménicos y lo juzga, en algunos casos, por medio de la inteligencia.37 De lo contrario no habría concebido una naturaleza humana que está compuesta por elementos que existen siempre en el cuerpo del hombre.38

      La idea de que el hombre posee una naturaleza se confirma por el uso de φύσις en el CH, y también porque a este sustantivo le corresponden ciertas estructuras sintácticas determinadas. Una de ellas evidencia que se construye con un complemento de genitivo, lo que indica que es la naturaleza ‘del hombre‛ la que se quiere observar.39 Además, como φύσις designa el acto de φύομαι, lo que en realidad expresa es el proceso de desarrollo natural o crecimiento que poseen todas las cosas, como el embrión humano.40

      Uno de los puntos que tensionó la relación entre la filosofía y la medicina fue la disputa que surgió a partir de dos importantes interrogantes: 1) ¿De qué elementos está constituido el ser humano?; 2) ¿La naturaleza del hombre debe ser aprehendida mediante principios teóricos o empíricos? Buena parte de la crítica de la medicina a la filosofía intentó responder a estas dos cuestiones.

      A un período fundacional en el CH le sigue otro de autoafirmación que muchas veces es más teórico, reflexivo y crítico del saber filosófico.41 Dos escritos que dan cuenta de esta actitud son Nat.Hom. y Sobre la medicina antigua. En ambos tratados se observa una crítica a ciertos postulados de la filosofía, pero también se destaca la autonomía de la medicina.42 Esta reacción no significó un desconocimiento de la filosofía; más bien todo lo contrario.43 Aunque los dos tratados manifiestan un evidente ataque a los postulados de la filosofía presocrática, al mismo tiempo recurren a ciertas teorías de los filósofos de la naturaleza para explicar de qué está compuesto el ser humano. La vigorosa censura a los filósofos que explican la φύσις del hombre mediante hipótesis (ὑποθέσεις) que no son comprobables empíricamente

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