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El precio de la democracia. Julia Cage
Читать онлайн.Название El precio de la democracia
Год выпуска 0
isbn 9786079946579
Автор произведения Julia Cage
Жанр Социология
Издательство Bookwire
Pero volvamos a los partidos franceses. Aparecen claramente dos modelos de financiamiento. Por una parte, los partidos ubicados hacia la izquierda del espectro político (los comunistas, los socialistas y los ecologistas) dependen sobre todo de las contribuciones de sus funcionarios electos. Por otra parte, en la derecha, y en particular entre Les Républicains, las donaciones individuales son mayoritarias. ¡A su buena voluntad, damas y caballeros! Sobre todo, no les costará caro, pues el Estado paga dos terceras partes. Al final, ¿cómo se reflejan estos diferentes modelos en dinero contante y sonante?
¿Pobres partidos franceses?
Con exactamente 676 mil euros de donaciones recibidas en 2016, podría pensarse que el Partido Socialista francés es pobre, sobre todo en comparación con Les Républicains —que recibieron más de 7.45 millones de euros en el mismo periodo— y con el joven partido En Marche!, que, en su primer año, entró de lleno al terreno del dinero privado con 4962740 euros de donaciones (o cuando nos damos cuenta de que las cosas estuvieron relativamente mal desde el principio para el Partido Socialista). Con todo, hay que recalcar que estas exiguas donaciones privadas vienen acompañadas, para el Partido Socialista, de más de 11.1 millones de euros en contribuciones por parte de los funcionarios electos y 5.7 millones de euros en cuotas de militantes. Para estudiar la salud financiera de los partidos políticos, se deben tomar en cuenta todas las dimensiones del “dinero privado”. Lo que importa no sólo es el valor total de los recursos, sino también su origen: en términos de representatividad, en efecto, depender de las cuotas de decenas de miles de militantes o de los cheques de unas cuantas personas adineradas tiene implicaciones muy diferentes.
¿Cómo se comportan los partidos franceses, en comparación con sus homólogos británicos, alemanes, belgas, italianos y españoles, si tomamos en cuenta estas diferentes dimensiones? ¿Las diferencias entre derecha e izquierda en cuanto a las fuentes del financiamiento se encuentran también en otras partes de Europa? Para responder a estas preguntas, aislé, para todos estos países, al partido “de izquierda” y al partido “de derecha”.31 A continuación calculé, para las distintas variables de interés el monto anual promedio para el periodo 2012-2016, que corresponde al último ciclo electoral en Francia.
Para empezar, consideremos el monto total de las donaciones individuales y empresariales recibidas por los diferentes partidos (aquí se trata sólo de las donaciones; después analizaremos por separado las contribuciones de los funcionarios electos y las cuotas de los militantes).32 Se hacen evidentes muchas cosas. En primer lugar, en todos los países examinados, los partidos de derecha reciben mucho más dinero en donaciones privadas, tanto de personas físicas como de empresas, que los partidos de izquierda (figura 32). Aunque tal vez este resultado no sorprenda al lector, conviene detenernos en él un momento. Y es que, en todos los países donde las donaciones dan derecho a una reducción de impuestos, esto implica que el gobierno financia más a los partidos de derecha que a los de izquierda. También implica que, debido al financiamiento privado, los partidos de derecha tienen, de manera sistemática, una ventaja electoral sobre sus homólogos de izquierda (un fenómeno que documentaré en el capítulo 8).
Otro resultado que no es sorprendente, pero que también merece recalcarse: en los países donde no hay límites para las donaciones —en particular el Reino Unido y Alemania, donde éstas, tanto de empresas como de individuos, pueden correr a raudales—, el monto total de las donaciones recibidas por los partidos es mucho más elevado que en los países —como Francia o Bélgica— donde el financiamiento privado de los partidos está mucho más estrictamente regulado. Las enormes divergencias entre países no provienen de diferencias poblacionales: en promedio anual para el periodo 2012-2016, y en relación con el número de adultos, el Partido Conservador británico ha recibido 0.53 euros por adulto británico en donaciones privadas y la CDU, 0.37 euros por alemán adulto, es decir, respectivamente 2.8 y 1.2 veces más que Les Républicains (0.19 euros por francés adulto).33
FIGURA 32. Monto total anual de las donaciones (en millones de euros) entregadas a los principales partidos de izquierda y de derecha (promedio anual para 2012-2016), comparación internacional: Alemania, Bélgica, España, Francia, Italia y el Reino Unido.
En Italia, desde 2014, las donaciones de empresas están limitadas a 100 mil euros anuales, pero aun así podemos sorprendernos de su exigüidad, pues el tope es elevado. Por desgracia, es probable que eso se deba, en parte, a las obligaciones de transparencia introducidas a lo largo de los últimos años; cierto número de donaciones bien pueden haberse vuelto clandestinas. Evidentemente esto no quiere decir que la transparencia no sea necesaria —por el contrario, pienso que Francia en particular debería imponer a los partidos la publicación de la lista de sus donaciones y la identidad de sus donadores más allá de cierto monto, como es el caso en Alemania, Italia y el Reino Unido—, sino que es urgente otorgar más medios a las comisiones encargadas de regular el financiamiento privado.
FIGURA 33. Monto total anual de las contribuciones de funcionarios electos y cuotas de militantes (en millones de euros) entregadas a los principales partidos de izquierda y de derecha (promedio anual para 2012-2016), comparación internacional: Alemania, Bélgica, España, Francia, Italia y el Reino Unido.
Así pues, por doquier los partidos de derecha se benefician más de la generosidad de los donadores privados que sus homólogos de izquierda, pero sobre todo en países como Alemania o el Reino Unido, donde dicha generosidad no está regulada. Pero ¿son más ricos? Ya vimos, para el caso de Francia, que las contribuciones de los funcionarios electos pueden permitir compensar este déficit de financiamiento privado. ¿Qué tal en otras partes de Europa Occidental? La figura 33 representa, para los diferentes países, el monto anual promedio de las contribuciones de los funcionarios electos y las cuotas de los militantes que reciben los partidos. Muchos resultados son asombrosos. En primer lugar, las contribuciones de los funcionarios electos y las cuotas de los militantes son el reverso exacto de las donaciones privadas: en todos los países, los partidos de izquierda dependen mucho más de estas fuentes de financiamiento que los partidos de derecha. En segundo lugar, los partidos alemanes —tanto de derecha como de izquierda— son partidos de masas, un fenómeno muy comentado, estudiado, analizado y desmenuzado desde Maurice Duverger,34 y que aquí es muy evidente por la importancia de las cuotas de los militantes. Cada año, el SPD recibe el equivalente a 0.80 euros por alemán adulto por parte de sus militantes y la CDU, 0.60 euros. En el Reino Unido, el Partido Conservador no es un partido de masas; en proporción a la población adulta,