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Tolera diferentes rangos de temperatura, lo que le permite habitar en las pozas del intermareal hasta los 20 m de profundidad. No se le ve con frecuencia a profundidades mayores. Es una especie transitoria del ecosistema intermareal, siempre asociado al fondo. Es muy dócil y solitario, aunque en cuevas se les puede ver en grupos de tres hasta cinco individuos. No es un buen nadador, por lo que suele estar quieto, excepto cuando está asustado y da “saltos” largos para cruzar de una roca a otra para posarse y quedar fijo al fondo. En las cuevas, puede estar sobre las paredes de las rocas o sobre el techo, sujetándose con sus aletas pélvicas que son más largas que sus aletas pectorales. Suele estar atento a los depredadores o esperando a que sus presas pasen cerca para atacarlas. Estos peces son principalmente nocturnos. Los individuos más pequeños se encuentran sobre algas que, al desprenderse por un temporal, flotan a la deriva, lejos de la costa [9].

      El torito es un carnívoro que, como la mayoría de los peces, cambia su dieta conforme va creciendo. En las pozas consume anfípodos que se asocian a las algas, pequeñas lapas, cangrejos y gusanos; en general presas blandas y fáciles de digerir. En su etapa juvenil o adulta se alimenta de forma más selectiva. Su boca grande sugiere que no manipula sus presas, sino que las traga completas, como los cangrejos porcelánidos (Petrolisthes spp, Pilumnoides perlatus) y los erizos pequeños. También puede consumir peces como borrachillas e incluso toritos juveniles. Es presa de las nutrias, los lenguados, las viejas negras y los congrios [25].

      No existe mucha información de su conducta reproductiva. Estudios de especies emparentadas señalan que se reproduce principalmente en invierno. Las hembras pueden vivir hasta cinco años y los machos hasta cuatro. Son de crecimiento lento [115]. Todos los peces tienen otolitos —huesos del oído interno—, que además de cumplir funciones auditivas, se usan en las investigaciones científicas como “las cajas negras” de los aviones comerciales, esto porque guardan información de la historia de vida del pez, como por ejemplo, nos dice si viajó por el océano [116]. Estudiar los otolitos ha permitido descifrar el momento de eclosión de un huevo, la duración de la vida larval de algunos peces (sobre la columna de agua), como también la zona donde habita la larva (si es cerca de un río o en la superficie del mar) y el momento (edad) preciso en que se instalan en el fondo marino [117]. Las técnicas más utilizadas implican contar líneas de crecimiento que ocurren naturalmente en los otolitos; con ellos los investigadores validan la periodicidad de crecimiento [47, 118]. Los otolitos son como el tronco de un árbol que muestra la edad y crecimiento de un árbol, a través de sus anillos de crecimiento anuales e incrementos diarios. Los estudios realizados en los otolitos en especies emparentadas con el torito (Bovichtus diacanthus en el Atlántico sur) evidencian que la etapa de madurez sexual ocurre cuando tienen 15 cm LT y cerca de los dos años y medio [115]. Las larvas y juveniles del torito aparecen en julio y octubre, principalmente cerca de Valparaíso [8, 84].

      Se ha descrito en otros capítulos la importancia de las algas en los sistemas costeros, sin embargo, muchas veces la acción del oleaje u otras causas las arrancan del fondo, lo que hace que las algas, que tienen flotadores (nematocistos como el huiro pato, Macrocystis pyrifera), arrastren consigo a una multitud de especies. Por ello, los servicios de hábitat y refugio que estas proveen a los peces no solo ocurren cuando están adheridas al fondo marino como un bosque, sino también cuando, producto de las marejadas, se desprenden y flotan por meses. En el sur de Chile los juveniles y las larvas del torito, junto con muchas otras especies de peces, recorren los fiordos asociados a algas a la deriva [119].

      No hay registros de pesca de esta especie, solo aparece en las capturas con redes de los pescadores artesanales. También se le puede atrapar con línea de mano desde la orilla. Por la gran cantidad de espinas que cubren su cráneo, puede generar heridas punzantes al manipularlo [9].

      1 y 2

      El torito se mantiene quieto en el fondo marino y se esconde en las cuevas donde se posa boca arriba gracias a sus aletas pélvicas y pectorales, las que le ayudan a mantenerse fijo. Es un pez muy llamativo por su color y conducta. Es de hábitos nocturnos. Estación Costera de Investigaciones Marinas (ecim-uc), Las Cruces, 2014.

      3

      El torito juvenil es muy distinto al adulto al menos en su coloración. Generalmente solitarios son especies muy sedentarias, es decir, llevan un tipo de vida de poco movimiento y escasas alteraciones. Cuando se sienten amenazados son extremadamente rápidos para escapar. Área de manejo de recursos bentónicos, Cobquecura, 2018.

      Etimología

      Científico Calliclinus geniguttatus

      Calliclinus proviene del griego kallos (o Kalos) que significa belleza en coloridos y el sufijo klinein, kline, del griego también, que se refiere a la pendiente del esfenoides, un hueso impar situado en la parte media de la base del cráneo y que forma parte de la estructura interna profunda de la cara, de las fosas nasales y del propio cráneo.

      Común Chalaco

      Otros nombres Vieja, trambollo

      La palabra chalaco tiene su origen en los pueblos originarios precolombinos del norte de Chile y Perú. Ako significa pampa de arena, que es la característica de ciertas zonas del Callao, en Perú, donde el chalaco era una importante fuente de proteína. Allí, los pobladores construían sus viviendas con hojas secas de cañas bravas amarradas con hojas de maíz, chhalla. Estas construcciones se erigían en los arenales llamdos chhalla-ako. El pez, en tanto, vive cerca de la arena, entre las rocas y siempre está posado. Challhua significa costa o pesca. Esto habría tenido como consecuencia que los habitantes del puerto que vivían en la “chala” o estaban dedicados a la pesca fueran llamados “challahaque”, lo que suena parecido a chalaco.

      Taxonomía

      Familia Labrisomidae

      Género Calliclinus Gill, 1860

      Especie Calliclinus geniguttatus (Valenciennes, 1836)

      Distribución

      Endémica de Chile, desde Valparaíso hasta isla Dawson.

      Descripción

      El género Calliclinus se caracteriza por presentar I espina y 4 radios en las aletas pélvicas; tiene 3 parches de cirros nucales (A); aleta pectoral con 14-15 radios; y menos de 50 escamas en la línea lateral [99]. El cirro orbital es multífido (10-20 ramificaciones) con base simple, más corto que la mitad del diámetro ocular; el cirro nasal es más corto que el orbital, igualmente multífido (con 5-10 ramificaciones); los cirros nucales son simples (A). La aleta dorsal es uniformemente baja (B), el primer radio es el doble de largo que la última espina y el último radio está unido al pedúnculo caudal hasta la mitad de su largo; la aleta anal no toca el pedúnculo caudal (C). No hay escamas en la cabeza (aparecen después de la nuca) ni en las membranas de las aletas [91]. Se diferencia de Calliclinus nudiventris por presentar escamas en vientre y axilas, la aleta dorsal tiene XXIV-XXVI espinas y 11-13 radios; aleta anal con 21-22 radios; carece de bandas oscuras en la región ventral de la mandíbula; color pardo verdoso con áreas alternadas claras y oscuras sin formar bandas bien definidas, por debajo de la aleta dorsal hay cinco manchas rojizas espaciadas entre sí, otra mancha rojiza en el extremo superior del opérculo [99].

      Diagrama

      Historia natural

      El chalaco es un pez muy particular por su colorido. Suele ser imperceptible, ya que se encuentra escondido y quieto bajo las rocas o sobre las algas. Casi siempre está en el fondo, pudiendo alcanzar los 20 m, aunque puede ser una especie transitoria o residente del ambiente y pozas del intermareal. Es posible observar individuos juveniles

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