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que pretendía represar algunos ríos (Torres y Carmona, 2009; Romero 2014; Romero y Romero, 2015; Torres-Salinas et al., 2017). Asimismo, la actividad acuícola ha significado una importante transformación. Históricamente la ganadería y la habilitación de tierra para esa actividad había sido una de las principales fuentes de reconfiguración territorial. Sin embargo, la expansión de la producción en aguas de borde costero ha significado la expansión de los impactos territoriales a otros ecosistemas (Blanco et al., 2015; Vila et al., 2016), lo que repercute tanto en los ambientes naturales como sociales, pues rompe no tan solo las dinámicas ecológicas - en cuanto ecosistemas naturales - sino que irrumpe en las prácticas sociales que se desarrollan en las zonas patagónicas costeras (Saavedra, 2015).

       8.1. Carretera austral y puente de Chiloé

      La carretera austral toma forma en la década de 1960 y es materializada en la década de 1980. Buscaba unir al territorio patagónico chileno a través de una carretera longitudinal que superara el transporte marítimo de la época y que disminuyera las condiciones de aislamiento geográfico de una parte del extremo sur del país (Arenas et al., 2011). Su impacto sobre el territorio comenzó desde el momento mismo de su construcción, pues significó avanzar por y hacia zonas en las que no había una infraestructura adecuada. Por lo tanto, una de sus cuestiones fundamentales fue el trazado y la irrupción de una nueva lógica de ordenamiento territorial, pues en muchos casos la carretera cruza por zonas donde no habían poblados o simplemente los va creando, como por ejemplo el caso de Villa Lucía o Hualaihué (Olea y Román, 2017). Uno de los objetivos principales de estas iniciativas era comunicar a la Patagonia con el resto del país, así como con los centros urbanos que existían en la región, lo que es refrendado con el mayor aumento poblacional de los centros urbanos, como el caso de Coyhaique (Azócar et al., 2010). El antiguo tráfico hecho por el mar interior de Chiloé y el cabotaje por los canales fue reemplazado por un trayecto anfibio que significó tanto la adecuación a nuevas formas de transporte, como a nuevas formas de entender y de experimentar el espacio patagónico (Rosetti, 2018).

      La irrupción de la carretera austral provocó la llegada de flujos de capital y personas que hasta el momento no existían en la zona y con ellos el aumento de la intensidad de ocupación. Esto generó un impacto tanto en las comunidades humanas y no humanas que habitaban el sector (como la diseminación de especies exóticas), sobre todo porque prontamente surgieron o se intensificaron ciertas actividades extractivas, como la acuicultura, la forestal, o terciarias, como el turismo, que se instalaron en el lugar, induciendo este flujo de ocupación al aumento en la fragmentación del territorio y al inicio e intensificación de un proceso de cambio en la estructura de propiedad de la tierra (Guala et al., 2021). Es significativo que estas dos actividades principales representan la tensión que se mantiene hasta el día de hoy en la zona luego de la construcción de la carretera. Por una parte, está la mirada de índole desarrollista, que viene desde la idea original y que implica la conexión de esta “isla terrestre” con el resto del país y la potencial explotación de sus bio-recursos y el desarrollo económico. Por otro lado, la perspectiva de conservación y de realce de su condición de territorio prístino, cuyo máximo valor está en su paisaje y en las características naturales irrepetibles de la Patagonia chilena. Todo esto devino en una presión por los recursos que ha significado un aumento en sus niveles de contaminación, fragmentación espacial, producidos tanto por el aumento poblacional como por las actividades económicas en desarrollo. Por último, el desarrollo turístico y de conservación hizo subir el valor del suelo, lo que ha llevado a un proceso de especulación inmobiliaria y la expulsión de grupos tradicionales.

      Otro asunto que significará un aumento en la circulación en el territorio patagónico chileno, sobre todo en la zona norte, es la construcción del puente sobre el canal Chacao, pues significará una vía complementaria al sistema de caminos de la carretera austral permitiendo otra alternativa terrestre para avanzar hacia las zonas más australes. Su construcción, actualmente en proceso, no solo atraerá un mayor flujo de vehículos, sino que hará posible una expansión funcional del eje Puerto Montt-Puerto Varas, con las consecuencias disfuncionales urbanas ya conocidas respecto a las zonas periurbanas de áreas metropolitanas (Allen, 2003; Ravetz et al., 2013), en que esta área se ha trasformado. Además, intensificaría la industria salmonera al reducir los costos logísticos y profundizaría la tendencia al cambio en la estructura de propiedad de la tierra de la isla, a través del aumento de su valor de cambio (agricultura-turismo), lo que tendrá en los próximos años un impacto en las posibilidades de reproducción social de los grupos locales tradicionales en los espacios rurales. Por su parte, en los espacios urbanos, también se manifiestan las trasformaciones territoriales de la actividad mono-productiva, centradas en recursos marinos, que regulan las relaciones ser humano-naturaleza en la isla de Chiloé (Román et al., 2015; Barton et al., 2013).

       8.2. Floraciones algales nocivas (FAN)

      FAN es el término acuñado por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO para describir cualquier proliferación de microalgas, independientemente de su concentración, percibida como un daño por su impacto socioeconómico (daños a la salud pública, bienes y servicios costeros). Esta definición socio-económica incluye floraciones de diversas especies de microalgas, entre las que se incluyen: i) microalgas productoras de toxinas que se acumulan a través de las redes tróficas (incluyendo productores de toxinas emergentes); ii) microalgas asesinas de peces (fish-killers); iii) microalgas formadoras de floraciones de elevada biomasa (high-biomass HAB, HB-HAB), que sin ser tóxicas alteran las condiciones físico-químicas del medio; iv) cianobacterias (Granéli et al., 1998); v) Floraciones nocivas de microalgas bentónicas (Benthic HABs, Berdalet et al., 2012). En la Patagonia chilena, las FAN de especies productoras de toxinas representan la principal amenaza natural para las explotaciones de bivalvos y la salud pública. Algunas de estas fitotoxinas se encuentran entre los compuestos bioactivos más potentes (van Egmond, 2004). Los bivalvos filtradores acumulan las toxinas del plancton y cuando se alcanzan niveles no aptos para el consumo (nivel de regulación) las autoridades sanitario-pesqueras establecen medidas de manejo, como son las vedas a la extracción, que generan un considerable impacto negativo en la acuicultura y la explotación de bancos naturales de bivalvos. En casos extremos, el consumo de bivalvos tóxicos, no regulado, ha causado numerosas muertes humanas (Guzmán et al., 2002).

      En las tres últimas décadas se ha observado a nivel global un incremento de eventos tóxicos, en parte asociado a un aumento progresivo en la explotación de los recursos costeros (acuicultura, industria turística) y por un crecimiento exponencial de las observaciones llevadas a cabo en programas de monitoreo (Hallegraeff, 1993; Hallegraeff 2010). Además del incremento en el monitoreo, hay evidencia creciente que apunta a un mayor crecimiento y dispersión de microalgas debido a factores antropogénicos (Anderson et al., 2012; Anderson 2014), entre los cuales el enriquecimiento de nutrientes de la columna de agua (eutrofización) y las alteraciones sostenidas del régimen de temperaturas y precipitación (cambio climático) han adquirido una relevancia creciente (Heisler et al., 2008; Glibert et al., 2014; Gobler et al., 2017).

      Debido al aumento en extensión geográfica, duración e intensidad de los eventos (FAO, 2004), las FAN se han convertido en uno de los problemas más importantes en los sectores de la pesca y la acuicultura en todo el mundo, con un pronóstico poco auspicioso (Gobler et al., 2017). Las FAN pueden ser complejos dada la biología de algunas como el caso de Alexandrium catenella que contempla fases de resistencia que dependen de complejas interacciones con factores y procesos oceanográficos y atmosféricos (Figura 4).

      Las FAN en los fiordos patagónicos del sur de Chile han seguido la tendencia mundial y han causado problemas recurrentes en las últimas décadas (Guzmán y Campodónico, 1975; Guzmán et al., 2002; Díaz et al., 2014). En los últimos años se ha observado una expansión de los eventos de FAN hacia el norte de la Patagonia chilena, en particular de los brotes de Envenenamiento Paralíticos por Mariscos (EPM) causados por el dinoflagelado Alexandrium catenella (Guzmán et al., 2002; Molinet et al., 2003). Se ha acumulado evidencia científica acerca de la importancia de las condiciones atmosféricas en promover eventos FAN (Garreaud, 2018) y la relación

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