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      TEORÍA FEMINISTA:

       DE LA ILUSTRACIÓN

       A LA GLOBALIZACIÓN

      DE LOS DEBATES SOBRE EL GÉNERO

       AL MULTICULTURALISMO

      3

      Celia Amorós

       Ana de Miguel (Eds.)

      TEORÍA FEMINISTA:

       DE LA ILUSTRACIÓN

       A LA GLOBALIZACIÓN

      DE LOS DEBATES SOBRE EL GÉNERO

       AL MULTICULTURALISMO

      3

      BIBLIOTECA NUEVA

      Colección: «Estudios sobre la mujer»

      Cubierta: Malpaso Ediciones, S. L. U.

      © Las autoras, 2005, 2019

      © Biblioteca Nueva S. L., Madrid, 2019

      © Malpaso Holdings, S. L.

      C/ Diputació, 327, principal 1.ª

      08009 Barcelona

       www.malpasoycia.com

      ISBN: 978-84-17893-31-6

      Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sigs., Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

      Para Begoña San José, que siempre sabe hacer de puente entre la teoría feminista y la militancia política

      Agradecimientos

      En este libro cristaliza el esfuerzo colectivo del grupo que, desde el curso 1990-1991, sin solución de continuidad, viene impartiendo un curso de Historia de la Teoría Feminista, entre los muchos que organiza el Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid. Queremos agradecer el apoyo que ha recibido siempre por parte del Consejo así como de sus sucesivas Directoras: Concha Fagoaga, Cristina Segura, Ana Sabaté y Rosa García Rayego. Ha sido inestimable la colaboración, año tras año, de su Secretaria, la entrañable Juany Merino. Queremos asimismo de manera muy especial hacer constar que, sin la dedicación y la eficacia de Cristina Justo, la edición de este volumen no hubiera sido posible. Quisiera también hacer constar mi agradecimiento a Stella León por su valiosa colaboración.

      CELIA AMORÓS y ANA DE MIGUEL

      1 DEBATES SOBRE EL GÉNERO

      Asunción Oliva Portolés

      El término género ha tenido una historia accidentada desde que se introdujo, a partir de la lingüística, en la medicina y la psiquiatría a mediados de los 50 y de allí pasó a las ciencias sociales y a la teoría feminista. Primero fue el concepto clave de las teorías que estaban en contra del determinismo biológico. Más tarde, como «sistema sexo-género», se enfrentaría a concepciones como la del marxismo, el psicoanálisis y la teoría de Lévi-Strauss sobre las relaciones de parentesco, intentando suplir sus insuficiencias. Luego sufriría la crítica de las feministas negras y lesbianas que argumentaban que el género no era la única ni la más importante instancia en la vida de muchas mujeres, crítica que se enlazó con la que realizaron algunas teóricas influidas por la filosofía postmoderna a conceptos calificados de «totalizadores», como «género, «patriarcado», «mujer», considerándolos como meras construcciones del discurso. En el momento actual, el término que nos ocupa parece estar deslizándose hacia el eufemismo. Como afirma la teórica francesa Christine Delphy, de las dos nociones implícitas en el término, la de división y la de jerarquía, se hace hincapié solamente sobre la división, con lo que «género» puede servir como otro nombre para «sexo» o «diferencia sexual», sin que ello implique que uno de los géneros esté supeditado al otro. Esta acepción apolítica vendría provocada por lo que Delphy llama la «deriva norteamericana» del concepto que parece estarse extendiendo al feminismo europeo.1 Quizá por ello exista hoy cierta desconfianza hacia el concepto de «género» por parte de algunas feministas: así, la denominación de «estudios de género» en sustitución de «estudios feministas» o «estudios sobre las mujeres» parece a muchas teóricas una forma eufemística, fomentada por las instituciones económicas y políticas, de designar una realidad de subordinación y opresión que no se desea presentar como tal.

      1. LINGÜÍSTICA Y GÉNERO

      El uso del término «género», tal como lo utiliza hoy la teoría feminista, no está reconocido por el Diccionario de la Real Academia Española y ha entrado en nuestro idioma procedente del inglés. En el Diccionario de la R.A.E. «género» es definido como: «1.Conjunto de seres que tiene una o varias características comunes. // 2. Modo o manera de hacer una cosa. // Clase o tipo al que pertenecen personas o cosas. // 4. En el comercio, cualquier mercancía.// 5. Cualquier clase de tela. // 6. En las artes, cada una de las categorías o clases en las que se pueden ordenar las obras según rasgos comunes de forma y contenido. // 7. Gram. Clase a la que pertenece un nombre sustantivo o un pronombre por el hecho de concertar con él una forma y, generalmente sólo una, de la flexión del adjetivo y del pronombre. En las lenguas indoeuropeas estas formas son tres en determinados adjetivos y pronombres: masculino, femenino y neutro.» Aunque las acepciones no terminan aquí, y se define más abajo desde el punto de vista gramatical el «género femenino» el «género masculino» y el «género neutro» (se dice de este último que «en español no existen sustantivos neutros, ni hay formas neutras especiales en la flexión del adjetivo; sólo el artículo, el pronombre personal de tercera persona, los demostrativos y algunos otros pronombres tienen formas neutras diferenciadas en singular»)2 no hay ninguna otra que haga referencia al concepto que estamos analizando.

      La raíz de los términos gender, genre y género es el verbo latino generare, el sustantivo genus y el prefijo latino gener—, tipo o clase. Tanto en castellano, como en francés, inglés y alemán, el término que designa el «género» se refiere a categorías gramaticales y literarias. Sin embargo, el significado del término inglés «gender» está relacionado estrechamente con los conceptos de sexo, sexualidad y diferencia sexual, cosa que no ocurre con sus equivalentes en idiomas como el francés, italiano y castellano.

      Así, Teresa De Lauretis señala que, en el American Heritage Dictionnary of the English Language, la primera acepción de gender es la de un término clasificatorio gramatical, y la segunda es «clasificación de sexo: sexo».

      Es interesante resaltar —señala la autora (italiana de origen, pero que reside en EEUU)—, que esta proximidad de sexo y gramática está ausente en las lenguas románicas (que, según la opinión popular, son habladas por pueblos mucho más románticos que los anglosajones). El español género, el italiano genere y el francés genre no implican ni tan siquiera la connotación del género de una persona, que se expresa, por el contrario, con el término usado para «sexo». Y quizá por eso la palabra inglesa genre, tomada del francés para designar la específica clasificación de las formas artísticas y literarias (…) está también libre de cualquier tipo de connotaciones sexuales, tanto como la palabra genus, la etimología latina de gender, que se usa en inglés como término clasificatorio en biología y lógica. Un corolario interesante de esta peculiaridad lingüística del inglés (la acepción de gender referida al sexo) es que el concepto de género que aquí analizo y, por tanto, toda la intrincada cuestión de la relación entre género humano y representación, es imposible de traducir en casi todas las lenguas románicas. (O lo era hasta hace pocos años, en 1986, cuando escribí este trabajo)3.

      A este respecto, la lingüista Violeta Demonte afirma que no hay en las lenguas humanas una correlación entre el género gramatical y las características sexuales: existen lenguas en las que la marca

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