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      Este esquema modificado de la suma de cargas de entrenamiento propone la acumulación de fatiga provocada por varios entrenamientos; la recuperación completa se obtiene cuando las cargas sumadas consiguen un cierto nivel de estimulación. Este concepto renovado corresponde en general a la práctica deportiva de alto rendimiento y parece lo suficientemente razonable para entenderlo. La principal consecuencia del diseño del entrenamiento propuesto es que pueda realizarse cierto número de entrenamientos aunque el deportista esté todavía fatigado. Además, incluso se puede programar la participación de deportistas en competiciones sin que estén completamente descansados. Esto es muy importante para el deporte contemporáneo debido al gran aumento del número de competiciones durante las últimas décadas (véase capítulo 4). No se puede programar varias competiciones para los deportistas después de su completa recuperación, por lo que éstos las realizan lo mejor que pueden. Sin embargo, las competiciones principales elegidas, definidas como las competiciones clave, deberían realizarlas los deportistas completamente recuperados aprovechando la fase de supercompensación.

      Hagamos un resumen de lo anterior y veamos cómo se puede aplicar en la práctica.

       ■ El principio de supercompensación es básico para el entrenamiento deportivo, aunque no siempre se puede realizar en cada entrenamiento individual.

       ■ Un diseño de entrenamiento que suponga una frecuencia baja de entrenamientos, como con los novatos y los deportistas de nivel medio, puede conseguir la fase de supercompensación después de una única sesión de entrenamiento o de una serie corta de entrenamiento (dostres sesiones).

       ■ Para los deportistas de alto rendimiento, la suma de cargas normales supone una larga serie de sesiones de entrenamiento. En consecuencia, el tiempo total que están los deportistas de alto nivel en la fase de supercompensación es relativamente corto y los períodos en los que no han descansado del todo son relativamente largos.

       ■ La fase de supercompensación es un estado deseable para conseguir el rendimiento máximo; es necesario un diseño óptimo del entrenamiento para elegir y prepararse para los momentos cuando se alcanza este estado.

       ■ Algunos rendimientos de competición pueden ejecutarse por “debajo de la carga óptima” cuando los deportistas no alcanzan la fase de supercompensación. Por tanto, normalmente no se logra el rendimiento máximo en estas competiciones.

      Durante mucho tiempo algunos expertos, entrenadores y deportistas experimentados han buscado normas generales para ayudar a elaborar una preparación deportiva racional. Hasta aquí los principios especificos básicos del entrenamiento deportivo deberían destacar los aspectos y las características más relevantes del entrenamiento y la preparación. Durante el largo período de la evolución deportiva, dichos principios se propusieron y compartieron primero en Europa del Este (Matveyev, 1964; Harre, 1973) y después en el oeste (Dick, 1980; Bompa, 1984). Han sucedido grandes cambios en la realidad deportiva desde entonces. No obstante, los consistentes principios específicos del entrenamiento deportivo son una necesidad para la práctica racional. En la versión actualizada del autor aparecen los siguientes principios: especialización, individualización, variedad, interacción de la carga y diseño cíclico del entrenamiento.

      Los deportes modernos requieren que deportistas muy especializados y altamente motivados consigan el objetivo principal de la preparación a largo plazo, la perfección deportiva. Al menos se pueden resaltar tres aspectos de esta especialización:

       ■ especialización en sociedad;

       ■ especialización en diferentes deportes;

       ■ especialización en un deporte específico concreto.

      La sociedad moderna respeta y da la oportunidad de progresar en diferentes ámbitos. El deporte contemporáneo está reconocido ampliamente como un fenómeno social indispensable en el mundo. Este fenómeno existe en una esfera altamente especializada con intereses, normas, conocimientos e incluso terminología. Todas las personas involucradas en este fenómeno, y particularmente los deportistas de alto nivel y los entrenadores, realizan funciones distintas y muy específicas. Históricamente, el deporte de alto nivel se ha desarrollado como resultado de una especialización social y funcional. De hecho, existe como una rama altamente especializada de la creatividad y la perfección humanas.

      La amplia variedad de deportes disponibles permite a los individuos elegir el deporte en que las ambiciones e intereses individuales se correspondan más favorablemente con sus predilecciones personales, físicas y mentales. A diferencia de la educación y la diversión físicas habituales, en las que los aficionados se dedican a diferentes deportes para el entrenamiento multilateral y de competición, el deporte de alto rendimiento requiere concentración en actividades limitadas y altamente especializadas. Las situación de hoy en día es relativamente nueva. En la primera fase del desarrollo del deporte olímpico, los deportistas eran capaces de combinar varios deportes. Algunos participaban en los Juegos Olímpicos de Verano como ciclistas y en los Juegos Olímpicos de Invierno como patinadores de velocidad. Los héroes de 1900 a 1924 combinaron el levantamiento de pesas con la lucha, el remo con el esquí, el atletismo y los deportes colectivos. La evolución natural del deporte de competición ha eliminado esta universalidad. El nivel de perfección deseado para una competición satisfactoria se ha convertido en una barrera que sólo pueden superar los deportistas de alto nivel.

      El tercer aspecto de la especialización tiene relación con la diferenciación funcional de los eventos y las disciplinas deportivas de un deporte concreto. Ésta es una característica particular e importante para los principiantes y los deportistas jóvenes que tienen que elegir la disciplina más apropiada que se corresponda con su predisposición personal. El ejemplo de dicha especialización es una elección deliberada de una disciplina adecuada dentro de un programa de atletismo como la carrera, el salto, el lanzamiento, etc.

      Cada deportista es un individuo con su propia combinación de capacidades físicas y mentales que dictan su desarrollo y su progreso deportivos. La obligación del entrenador es tener en cuenta las características individuales de cada deportista. En este sentido se puede emplear la siguiente estrategia de entrenamiento:

       ■ Reconocer y resaltar las capacidades individuales, las características que les dan ventajas sobre otros deportistas.

       ■ Reconocer y posiblemente compensar los inconvenientes individuales, las características que trabajan en contra de ellos en comparación con otros deportistas.

       ■ Encontrar la competición, la disciplina o el estilo individual adecuados en que la combinación específica de mérito-demérito del deportista le permita conseguir los mejores resultados.

      Algunas de las características psicofisiológicas que afectan la individualidad de los deportistas se muestran en la tabla 1.8.

      Las características personales que se consideran en esta tabla son relevantes para cualquier deporte. Las dos primeras cuestiones tratan el potencial psicofisiológico del deportista. La diferenciación entre“alta adaptación”y“baja adaptación”afecta enormemente la personalidad del deportista. Normalmente los que corresponden al grupo de“baja adaptación”no obtienen buen resultado en la preparación y no pueden alcanzar el nivel deportivo de alto rendimiento. La tolerancia de cargas elevadas varía mucho incluso entre los deportistas de máximo

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