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GEOdiseño. Carl Steinitz
Читать онлайн.Название GEOdiseño
Год выпуска 0
isbn 9781589483804
Автор произведения Carl Steinitz
Издательство Ingram
La escala importa1
¿A qué escala trabaja el geodiseño? El término “escala” hace referencia principalmente a la lente a través de la cual miramos el área geográfica a estudiar y el nivel de detalle que consideramos más importante o que elegimos ignorar. La escala más grande es la más cercana, la más detallada. ¿A qué escala debemos planificar el territorio? ¿A escala de proyecto urbano? ¿A escala regional? ¿A nivel global y nacional? ¿A todos los niveles? ¿Simultáneamente? Y si así fuera, ¿cómo debemos hacerlo?
Empecemos describiendo algunas de estas relaciones entre escalas tal y como yo las veo, aunque de manera muy simplificada. Hay un planeta tierra; hay muchas naciones, regiones y cuencas hidrográficas; también hay incontables lugares, proyectos y personas individuales. La magnitud de estas cifras es diferente. Hay un planeta tierra, pero hay miles de millones de lugares y personas.
Los conceptos relevantes en geodiseño se extienden a lo largo de un continuo de escalas y los extremos de esta gama son muy diferentes entre sí (figura 2.1). A nivel global tenemos tendencia a pensar, y tal vez a actuar, para toda la humanidad. Trabajamos tanto con principios generales como singulares, con la esperanza de crear leyes globales y tratados en los que las naciones y los pueblos puedan estar de acuerdo, basándose en gran medida en las ciencias, especialmente en la física, la química, la ecología y la biología, ya que las materias de dichas disciplinas abarcan todo el planeta. Ignoran los límites administrativos entre el ámbito regional y local, o al menos deberían hacerlo. Creo que el objetivo general de los estudios globales es comprender el cambio con el fin de estabilizarlo, algo coherente con la palabra “sostenible”. Esto caracteriza los objetivos de la Conferencia de Kyoto, Río, Johannesburgo y otras. Mantener una perspectiva global es extremadamente importante ya que concede un grado de especial relevancia a cuestiones como el calentamiento global, la pérdida de la biodiversidad y la salud pública.
Figura 2.1: La escala es importante cuando se definen fenómenos interconectados. Las materias de geodiseño y sus conceptos característicos están vinculados horizontalmente según la escala a la que afectan. A la izquierda de este diagrama se encuentran las características locales individuales, la lista del centro muestra las características regionales y, a la derecha, aparecen las características globales. | Fuente: C. Steinitz.
Habitualmente trabajo con la escala intermedia, o escala regional —como la llamo en mi labor como profesor, investigador y consultor—. Formo parte de un equipo de colaboradores que a menudo nos centramos en cuencas hidrográficas o ciudad-región y, en lugar de trabajar con toda la población, trabajamos culturas específicas. Reconocemos que hay diferencias entre ricos y pobres, entre ciudadanos de Méjico y de Arizona, entre las personas mayores y los adolescentes actuales. En lugar de formular leyes aprendemos sobre las ya existentes, trabajamos con procesos e hipótesis, buscamos modelos y tipologías. Generamos, comparamos y presentamos alternativas. Damos recomendaciones a quien lo solicita. Además de la física y la ecología, hacemos especial hincapié en las ciencias sociales: la política, la economía y la sociología. En lugar de buscar estabilidad tratamos de entender la dinámica de los cambios, sin saber exactamente a dónde se dirigen. Trabajamos con la política, con puntos de vista legítimamente opuestos, buscando un posible consenso.
A nivel más local, las situaciones son múltiples y muy diferentes. En lugar de considerar a toda la población o a grandes regiones culturales, trabajamos con individuos o grupos. El cliente suele ser una administración local, una organización no gubernamental o empresas. Durante el proyecto de geodiseño se llega a conocer e interactuar con las partes interesadas y con la población local. En lugar de principios globales e información regional, nos centramos en datos específicos del lugar. En la práctica, cuando se trabaja con individuos y grupos locales en lugar de principios globales e información regional, es más probable producir ideas innovadoras que se pondrán de manifiesto en los planes y diseños resultantes. Es poco habitual que surjan nuevas ideas en las escalas globales y regionales.
Lo que destaca particularmente e importa en el ámbito local, son sus personas y sus formas de expresión individual, que son las que contribuyen a su singularidad: el arte y la cultura, la literatura del lugar, la comida y la música, y cómo se percibe y se siente todo ello. Estas funciones y características son evidentes en muchos paisajes locales. En lugar de anteponer la singularidad tipológica global o regional, a nivel local debemos reconocer la diversidad y sus ventajas; en lugar de estudiar la estabilidad o los amplios patrones de cambio, debemos analizar las interacciones; debemos estudiar exactamente dónde las especies, incluidas las personas, van a hacer las cosas y la forma en que se relacionan entre sí; interactuar directamente con los ciudadanos en vez de asistir a conferencias internacionales y presentaciones de informes en asambleas legislativas regionales. La mejor manera de hacer esto es vivir allí, formar parte de ello. El geodiseño a este nivel no es abstracto, puede ser la realidad cotidiana para los habitantes de ese lugar.
Por lo tanto, debe quedar claro que el diseño de los aspectos globales, regionales y locales relacionados con el medio ambiente es muy diferente entre si. Cada escala o nivel requiere un estilo de trabajo diferente, un tipo de conocimiento distinto y diferentes experiencias tanto profesionales como prácticas, aunque con límites difusos y frecuentemente con intereses comunes. El gran científico Galileo Galilei (1564-1642) tenía razón cuando dijo que “… muchas estrategias que tienen éxito a pequeña escala no funcionan a gran escala”2.
Hay otro tipo de relaciones entre escalas. En primer lugar, la diversidad de lo local enriquece la centralidad de lo global. Las personas crean nuevas ideas y nuevas formas de pensar. Esto influye en las naciones que, a su vez, influyen en la política global y con el tiempo, lo global volverá a influir tanto en las naciones como en las regiones. Y los países y regiones también influyen en los individuos. El ambientalista David Brower (1912-2000), fundador de Friends of the Earth, dijo una vez que deberíamos “pensar globalmente, actuar localmente”. También podemos decir: “Piensa localmente, actúa globalmente”. Desafortunadamente, la mayoría de las personas, incluyendo a los diseñadores, piensan y actúan localmente.
Pero también hay riesgos en estas relaciones. Cuanto más avanza el mundo hacia la globalización y más firmemente creemos saber algo, más riesgo de alcanzar la peor situación a largo plazo, ya que el mundo se vuelve más uniforme y autoritario. Desde una perspectiva ecológica, no creo que esto sea positivo porque no es necesariamente diverso, cambiante, ni autorenovable.
Sin embargo, cuando los conceptos globales y regionales se enfatizan en menor medida, se puede centrar la atención en lo local y en los intereses individuales. Será más caótico, pero será más beneficioso a largo plazo para algunos de nosotros. Y puede ser más injusto, ya que tenemos países ricos y pobres, países grandes y pequeños, modernos y tradicionales. Así que si ves el mundo como la suma de muchos lugares locales, es posible que también lo veas complejo, difícil de entender, difícil de coordinar y planificar, y no equitativo.
Así que llegamos a un dilema. Si piensas exclusivamente de modo global, tú y tus planes —y el geodiseño—podéis llegar a ser autoritarios, pero si piensas exclusivamente a nivel local, las cosas se vuelven caóticas e injustas. Esto genera un importante dilema y un problema para el geodiseño. El concepto de equilibrio —lo que permite a las personas actuar tanto a nivel local como nacional y global— es la idea de riesgo y