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acabó en la práctica con la primera guerra serbio-turca.

      Poco después, Rusia dio grandes ayudas financieras y militares a Serbia y esta última reanudó el conflicto en 1877, llevándolo a una segunda fase, conocida como la segunda guerra. Duró aproximadamente dos meses y esta segunda fase culminó con una victoria serbia decisiva, con ella liberaron buena parte de las tierras meridionales y expulsaron a muchos turcos y otros habitantes musulmanes de estas regiones. Después de la guerra, su resultado vino dictado por el Congreso de Berlín de 1878 liderado por el canciller alemán Otto von Bismarck, a través del cual Serbia consiguió una expansión territorial y un reconocimiento europeo como estado independiente. Sin embargo, el congreso no produjo ninguna solución duradera. Las tensiones entre Rusia y Austria-Hungría no hicieron más que aumentar aún más y llevaron a la inestabilidad europea general en vísperas de la Gran Guerra.

      Capítulo II

      La chispa que encendió la llama: El atentado de Sarajevo

      2.1 – La guerra en los Balcanes

      El auge del nacionalismo eslavo en los Balcanes fue una gran carga para Austria-Hungría, que generó muchos problemas a tratar. El disgusto era más evidente en las considerables poblaciones de serbios en regiones ocupadas fuera de la propia Serbia, que sufrieron siglos de ocupación. Los siervos llevaban siglos viviendo en estas zonas: Montenegro, Dalmacia, la Frontera Militar Croata, las montañas Žumberak y Bosnia. Suyas eran las voces más altas de descontento, impulsadas por otras etnias eslavas sureñas más pequeñas. La región de los Balcanes sufrió aún más desestabilización después de 1908, con el inicio de la Primera Guerra Balcánica de 1912-1913, que hizo que las naciones balcánicas aliadas en la Liga Balcánica lucharan contra el debilitado y fragmentado Imperio Otomano.

      Las guerras balcánicas fueron un desastre colosal para los otomanos, que ya se habían debilitado en las décadas anteriores y a los que se les llamaba popularmente «el enfermo de Europa» y no podían soñar con mantener su poder y la estabilidad en la región. La llamada Liga Balcánica incluía a Serbia, Bulgaria, Grecia y Montenegro, que estaban apoyados por Rusia y algunos voluntarios italianos. Por otro lado, el Imperio Otomano estaba apoyado por Austria-Hungría.

      La frágil Liga Balcánica estaba interconectada solo por la promesa de expansión territorial de todos los estados implicados en ella y poco más. Las grandes potencias europeas trataron sin éxito de evitar este conflicto y estabilizar la región y en septiembre los ejércitos de ambos bandos se habían movilizado. Durando de octubre de 1912 a mayo de 1913, esta primera guerra se caracterizó por unos éxitos rápidos y arrasadores de la Liga Balcánica. Aunque numéricamente inferior al principio, la liga tenía importantes ventajas sobre los otomanos. Aunque costosa en bajas para todas las partes implicadas, la Guerra fue de todos modos una victoria complete de la Liga Balcánica y un fracaso completo para los otomanos en Europa. Estos últimos perdieron un increíble 83% de sus territorios en Europa y más de la mitad de su población europea.

      Inmediatamente después se produjo al Segunda Guerra Balcánica, en 1913 y duró solo 33 días. Estalló después de que Bulgaria (insatisfecha con sus ganancias territoriales) se enfrentara a sus antiguos aliados, Serbia y Grecia, y declarara la guerra. La región de Macedonia fue la mayor fuente de insatisfacción, estando la mitad bajo influencia búlgara y la otra mitad siendo la región de la Antigua Serbia. Además, la creación de una Albania independiente tras la primera guerra era una gran amenaza y un problema para los serbios. Los búlgaros empezaron la segunda guerra el 29 de junio de 1913 lanzando una ofensiva a gran escala contra Grecia y Serbia. Luego Rumanía entró en el conflicto contra Bulgaria, después de varias disputas territoriales. Después de un breve conflicto y una serie de derrotas, Bulgaria perdió la guerra y varios de los territorios previamente ganados. La segunda guerra desestabilizó todavía más la región y creó el escenario para una guerra aun mayor que pudo consumir a toda Europa.

      2.2 – Un grito de libertad

      Al año siguiente, se produjo un acontecimiento crucial que fue la gota que colmó el vaso: el asesinato del archiduque Francisco Fernando. El heredero del Imperio Austrohúngaro, junto con su esposa Sofía, la duquesa de Hohenberg, visitaban la capital de Bosnia: Sarajevo. Esto se produjo el 28 de junio de 1914, una fecha de gran importancia nacional y religiosa para el pueblo serbio.

      Un grupo de seis revolucionarios conspiraba para asesinar al archiduque en esta fecha tan señalada. Eran: Gavrilo Princip (Гаврило Принцип), Cvjetko Popović (Цветко Поповић), Trifko Grabež (Трифко Грабеж ), Muhamed Mehmedbašić (Мухамед Мехмедбашић), Nedeljko Čabrinović (Недељко Чабриновић) y Vaso Čubrilović (Васо Чубриловић), todos miembros del grupo yugoeslavista conocido como Mlada Bosna (Joven Bosnia). La ideología dominante de este movimiento revolucionario era la unificación de todos los pueblos eslavos del sur (yugoslavos) y su liberación de siglos de opresión extranjera. La anexión de Bosnia, que se había producido unos años antes, era una de las causas principales de descontento entre los activistas. Creían que el asesinato ayudaría a los territorios oprimidos del sur eslavo a acabar con la ocupación y a unirse en la nación paneslava del sur, Yugoslavia. La sociedad secreta militar serbia conocida como Црна Рука (la Mano Negra), cuyos objetivos eran asimismo la unificación de los pueblos eslavos del sur bajo una sola bandera, formó en secreto a los seis revolucionarios y les proporcionó pistolas y granadas.

      El archiduque y su esposa, junto con su séquito, se movían por Sarajevo usando un automóvil descapotable abierto Gräf & Stift 28/32 PS Double Phaeton, que era el tercer vehículo de la columna. En el día del desfile, se había acordado que la protección militar en torno a ciudad disminuiría, ya que se consideraba que una fuerte presencia militar perjudicaría a los ciudadanos leales en la ciudad. Así que se dejó la protección a cargo de la policía de la ciudad y no al ejército. Fue solo unos de los varios fallos sutiles que se produjeron ese día y que actuaron a favor de los conspiradores.

      El primer atentado contra la vida del archiduque se produjo a las 10:10 de la mañana: mientras el cortejo de vehículos pasaba, los primeros dos asesinos, Čubrilović y Mehmedbašić, no fueron capaces de actuar. Luego el cortejo llegó a Čabrinović, que decidió actuar y lanzó una granada al coche del archiduque. La bomba rebotó y explotó bajo el siguiente vehículo, hiriendo a numerosos espectadores, pero sin dañar al objetivo. Čabrinović trató de suicidarse ingiriendo cianuro y saltando al río. Ambos intentos fracasaron: el veneno no estaba en buen estado y solo le indujo al vómito, mientras que el río llevaba menos agua que nunca. Mojado y con náuseas, fue rápidamente detenido por la policía después de recibir una seria paliza de la multitud.

      Entonces el coche del archiduque trató de dirigirse al ayuntamiento, siguiendo el plan de dar allí un discurso. Aunque visiblemente nervioso y afectado, Francisco Fernando acabó dando el discurso a la multitud allí reunida, aprovechando la oportunidad para mencionar el intento de asesinato mientras se dirigía al pueblo de Sarajevo: «Veo en vosotros una expresión de alegría por el fracaso del intento de asesinato…» A esto le siguió una discusión entre él y los miembros del cortejo sobre qué hacer a continuación. Mientras algunos miembros del séquito del archiduque temían más intentos de asesinato, el gobernador general de Bosnia, Oskar Potiorek, insistía en no era posible que hubiera más asesinos en la ciudad y que el intento había terminado. Así que el cortejo se dirigió hacia el hospital de la ciudad, para visitar a los heridos menos de una hora antes.

      Aunque la intención era evitar el centro de la ciudad y seguir por un espacio más abierto, hubo una incomunicación entre los conductores que hizo que el cortejo se desviara por error y se dirigiera hacia el centro. Después de dar ese indeseable giro, el cortejo se encontró de frente con la posición de Gavrilo Princip, uno de los conspiradores, que se había trasladado allí después del primer intento fallido. Por casualidad, se encontraba en una posición perfecta de espera y vio el tercer coche del archiduque y su esposa aproximándose directamente a él, así que disparó dos balas a quemarropa. La

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