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periodísticos, me llevó a comprender el potencial estadístico de la metodología. Por un lado para descubrir que la interacción se centraba en pocos usuarios a lo largo del tiempo, y por otro que los resultados del análisis tendrían que presentarse solo con cálculos, sin visualizaciones. La estrategia partió nuevamente de los límites técnicos tanto en la extracción, que permitía un máximo de 999 publicaciones con todo y el registro de sus interacciones, como en la computadora y el software de visualización, que no pudieron con el reto de trabajar con bases ubicadas en un rango entre 96 000 y 379 000 nodos. En este sentido, una posibilidad que en ese entonces desconocía es la utilidad del filtrado en Gephi que permite seleccionar los nodos de acuerdo con algún criterio para conformar una red más pequeña y de ahí crear un nuevo documento más manejable. Con fines de visualización elegí una muestra muy pequeña que tenía solo cincuenta publicaciones por cada medio (en un rango de los 11 000 a los 32 000 nodos), aunque fue la extracción más amplia, gracias al reporte de la centralidad de grado, el grado medio, la densidad y la modularidad, la que confirmó la hipótesis de que los contenidos, usuarios e interacciones tendían a concentrarse en relación con el consumo de noticias en las páginas de medios en Facebook.

      En cuanto al segundo artículo publicado con datos de esta plataforma (Rodríguez Cano, 2018), la estrategia fue diferente: supuso trabajar con redes de likes entre páginas públicas, un fenómeno que denominé redes de medios tecnopolíticos en el contexto de la apropiación de las plataformas digitales por parte de actores y agendas alternativas. Nuevamente, el punto de partida en la minería de datos fue la arquitectura de comandos de la plataforma de extracción Netvizz que permitía este tipo de redes en dos niveles: el primero, las redes de likes alrededor de una página; y el segundo, las redes de likes de las redes de likes alrededor de esa misma página.

      La estrategia se basó en tres momentos. Primero, comprobar la hipótesis teórica acerca de la existencia de redes de medios tecnopolíticos en su indicador observable, la visualización de las mismas redes en contextos particulares. Para ello recurrí a una vieja pretensión de crear visualizaciones concretas sobre las movilizaciones sociodigitales más significativas de la época alrededor del mundo, lo que logré en el caso de Occupy Wall Street en Estados Unidos con la página Occupy Wall St., #YoSoy132 en México con la página #YoSoy132, los Indignados en España con la página Spanish Revolution, el escenario tecnopolítico en Brasil con la página Mìdia Ninja e incluso del movimiento 6 de abril, clave en las movilizaciones en Egipto, que ya no incluí por no comprender a cabalidad el nombre de las páginas asociadas —la mayoría estaba en árabe—, así como del movimiento de los Dreamers en Estados Unidos (véase Imagen 5).

       Imagen 5

      Visualización a partir de la página United We Dream en Facebook, 2017

Imagen 5 Visualización a partir de la página United We Dream en Facebook, 2017 Fuente: Elaboración propia.

      Fuente: Elaboración propia.

      El segundo momento consistió también en una forma novedosa, para mí, de visualizar redes: sumando las bases de datos de pequeñas redes individuales. De esta manera, extraje las siete redes de likes de igual número de las páginas más populares relacionadas con #YoSoy132 y mediante Gephi las pude sumar en una megared para obtener el panorama reticular más desarrollado que pude lograr sobre la movilización estudiantil, aunque en Facebook, cuando esta manifestación tradicionalmente estuvo asociaba a Twitter (véase Imagen 6).

       Imagen 6

      Visualización a partir de la suma de siete bases de datos de las páginas más relevantes sobre #YoSoy132 en Facebook

Imagen 6 Visualización a partir de la suma de siete bases de datos de las páginas más relevantes sobre #YoSoy132 en Facebook Fuente: Rodríguez Cano, 2018: 161.

      Fuente: Rodríguez Cano, 2018: 161.

      Utilicé esta misma estrategia nuevamente para sumar veinte páginas entrelazadas, solo que ahora con un tipo de muestreo a partir del procedimiento bola de nieve. Con la intención de ilustrar el escenario tecnopolítico en México, elegí comenzar con la página #YoSoy132 y de ahí extraer la red de la página con mayor centralidad de intermediación, y así sucesivamente hasta llegar a una red de redes de veinte páginas con 954 nodos, que me ilustró la agenda social vista a través de la conversación y las relaciones en Facebook: libertad de expresión, desaparecidos, medios alternativos, cultura de paz, derechos humanos y migrantes, principalmente. El entrelazamiento derivado de los enlaces, sin embargo, mostraba clusters muy centrados en las propias páginas iniciales, como indicaba el índice de modularidad —aunque como hallazgo importante se identificó una serie de medios periodísticos opositores como nodos conectores entre las causas, como el caso de la red anterior sobre #YoSoy132—.

      En la misma ruta, utilicé una tercera estrategia: luego de explorar las redes de varios medios, fue a partir de la página del Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez”, A. C. (Centro Prodh) que pude extraer un grafo representativo del escenario tecnopolítico en México, con un nivel de profundidad 2 y 783 nodos, suficiente para identificar una complejidad interseccional en la vinculación entre organizaciones, observable en cuanto a la mayor cantidad de temáticas: medios alternativos, derechos de los consumidores, organizaciones contra la discriminación, ecologistas, feministas, de derechos humanos, causas indígenas, organizaciones internacionales, migrantes, cultura de paz, justicia penal, transgénicos, y transparencia y causas cívicas. La mayor sorpresa, de esta manera, fue descubrir la interrelación con páginas asociadas al movimiento de los Dreamers, en Estados Unidos, un hallazgo lógico en el sentido de la investigación, pero que no había considerado hasta desplegar la red, lo que le dio sentido nuevamente a las visualizaciones como extensión del ARS (véase Imagen 7).

      Más adelante en el tiempo, con ejemplos de datos densos y de procedimientos de investigación de abajo hacia arriba, puedo señalar dos experiencias muy en el tono de la innovación metodológica, que ha resultado una actividad constante en la investigación de entornos digitales (Toret, 2013; Sneez et al., 2016; Kubitschko y Kaun, 2016), producto de los intereses de investigación sobre tecnopolítica feminista que desarrollé junto con Claudia Pedraza, en 2019, cuando coincidimos en el tiempo libre que tuvimos debido a la huelga en la UAM Cuajimalpa. A partir de mis cursos metodológicos en la UNAM, tenía la intención de combinar tres enfoques: el análisis de redes sociales, la TA-R y la elaboración de redes semánticas, cada uno de ellos con su trayectoria epistemológica propia, pero con un vaso comunicante sólido: la dimensión reticular de sus supuestos esenciales.

       Imagen 7

      Mega red de la página Centro Prodh en Facebook

Imagen 7 Mega red de la página Centro Prodh en Facebook Fuente: Rodríguez Cano, 2018: 164.

      Fuente: Rodríguez Cano, 2018: 164.

      En un primer artículo, en el que se entrelazaron el ARS y la TA-R, se recopilaron ochenta y dos carteles de difusión de eventos que ocurrieron durante más de dos años, a partir de las páginas de Facebook de los colectivos más importantes del feminismo en México (Pedraza Bucio y Rodríguez Cano, 2019a). El primer reto fue crear una base de datos relacional desde cero —finalmente realizada con Calc, de Libre Office, en formato CSV—. Para ello ayudó la noción de redes heterogéneas propuesta por Latour (2005), quien apunta que la dimensión social debe ser explorada a través de las asociaciones entre actores humanos y no humanos. Esto permitió deconstruir los carteles de difusión en varias categorías (colectivos, expositores, temáticas, sedes, ubicaciones, modalidades y respaldos) que terminaron por conformar una visualización de diferente índole. Es decir, ya no se trató de nodos de un mismo tipo, léase

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