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está confinado al reino espiritual de esa creación; pero el Espíritu Infinito es omnipresente.

      8:5.4 (95.7) Existen muchas influencias espirituales, y todas son como una. Incluso la labor de los Ajustadores del Pensamiento, aunque independiente de todas las otras influencias, coincide invariablemente con el ministerio espiritual de las influencias combinadas del Espíritu Infinito y la del Espíritu Materno del universo local. Según operan estas presencias espirituales en la vida de los urantianos, no pueden ser discriminadas. En vuestras mentes y sobre vuestras almas funcionan como un espíritu, no obstante sus diversos orígenes. Y según se experimenta esta ministración espiritual unida, se convierte para vosotros en la influencia del Supremo, «quien siempre puede libraros de flaquezas y presentaros intachables ante vuestro Padre en las alturas».

      8:5.5 (96.1) Recordad siempre que el Espíritu Infinito es el Actor Conjunto; tanto el Padre como el Hijo operan en él y a través de él; él está presente no sólo como él mismo sino también como el Padre y como el Hijo y como el Padre-Hijo. En reconocimiento de esto y por muchas razones adicionales, a la presencia del Espíritu Infinito se la llama a menudo «el espíritu de Dios».

      8:5.6 (96.2) Sería lógico también referirse al enlace de todo ministerio espiritual como el espíritu de Dios, porque tal enlace es verdaderamente la unión de los espíritus de Dios el Padre, Dios el Hijo, Dios el Espíritu, y Dios el Séptuplo —e incluso el espíritu de Dios el Supremo.

      8:6.1 (96.3) No dejéis que los amplios dones y la vasta distribución de la Tercera Fuente y Centro nublen u os distraigan del hecho de su personalidad. El Espíritu Infinito es una presencia universal, una acción eterna, un poder cósmico, una influencia santa, y una mente universal; es todas estas cosas e infinitamente más, pero es también una personalidad verdadera y divina.

      8:6.2 (96.4) El Espíritu Infinito es una personalidad completa y perfecta, el divino equivalente y coordinado del Padre Universal y del Hijo Eterno. El Creador Conjunto es tan real y visible para las inteligencias más elevadas de los universos como lo son el Padre y el Hijo; y aún más así, porque es el Espíritu a quien todos los ascendentes deben alcanzar antes de que puedan a través del Hijo, tener acceso al Padre.

      8:6.3 (96.5) El Espíritu Infinito, la Tercera Persona de la Deidad, es poseedor de todos los atributos que vosotros asociáis con la personalidad. El Espíritu está dotado de mente absoluta: «El Espíritu descubre todas las cosas, aun las cosas profundas de Dios». El Espíritu está dotado, no sólo de mente, sino también de voluntad. En el otorgamiento de sus dones se ha registrado: «Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere».

      8:6.4 (96.6) «El amor del Espíritu» es real, como también lo son sus pesares; por tanto «no aflijáis al Espíritu de Dios». Sea que contemplemos al Espíritu Infinito como Deidad del Paraíso o como Espíritu Creador del universo local, hallamos que el Creador Conjunto no es sólo la Tercera Fuente y Centro sino también una persona divina. Esta personalidad divina también reacciona como persona ante el universo. El Espíritu os habla: «El que tenga oídos, que escuche lo que dice el Espíritu». «El Espíritu mismo intercede por vosotros». El Espíritu ejerce una influencia directa y personal sobre los seres creados, «porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios».

      8:6.5 (96.7) Aunque contemplemos el fenómeno del ministerio del Espíritu Infinito en los mundos remotos del universo de los universos, aunque concibamos a esta misma Deidad coordinadora actuando en indecibles legiones de los múltiples seres y a través de los mismos que provienen de la Tercera Fuente y Centro, aunque reconozcamos la omnipresencia del Espíritu, sin embargo, seguimos afirmando que esta misma Tercera Fuente y Centro es una persona, el Creador Conjunto de todas las cosas y de todos los seres y de todos los universos.

      8:6.6 (96.8) En la administración de los universos, el Padre, el Hijo y el Espíritu están perfecta y eternamente interasociados. Aunque cada uno está consagrado al ministerio personal para toda la creación, los tres se entrelazan divina y absolutamente en un servicio de creación y control que por siempre los hace uno.

      8:6.7 (97.1) En la persona del Espíritu Infinito, el Padre y el Hijo están mutuamente presentes, siempre y en perfección no cualificada, porque el Espíritu es semejante al Padre y semejante al Hijo, y semejante también al Padre y al Hijo ya que ellos dos son eternamente uno.

      8:6.8 (97.2) [Presentado en Urantia por un Consejero Divino de Uversa comisionado por los Ancianos de los Días para describir la naturaleza y obra del Espíritu Infinito.]

      El libro de Urantia

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      Documento 9

      9:0.1 (98.1) UNA cosa extraña ocurrió cuando, ante la presencia del Paraíso, el Padre Universal y el Hijo Eterno se unieron para personalizarse. Nada en esta situación de eternidad presagiaba que el Actor Conjunto se personalizaría como una espiritualidad ilimitada coordinada con la mente absoluta y dotada de singulares prerrogativas para la manipulación de la energía. Su aparición, completa la liberación del Padre de los vínculos de la perfección centralizada y de las cadenas del absolutismo de la personalidad. Y esta liberación se revela en el sorprendente poder del Creador Conjunto para crear seres bien adaptados al servicio como espíritus ministradores, incluso para las criaturas materiales de los universos posteriormente en evolución.

      9:0.2 (98.2) El Padre es infinito en amor y volición, en pensamiento y propósito espiritual; es el sustentador universal. El Hijo es infinito en sabiduría y verdad, en expresión e interpretación espiritual; es el revelador universal. El Paraíso es infinito en potencial para la dotación de fuerza y en capacidad para dominar la energía; es el estabilizador universal. El Actor Conjunto posee prerrogativas únicas de síntesis, capacidad infinita para coordinar todas las energías existentes en el universo, todos los espíritus universales existentes, y todos los intelectos universales verdaderos; la Tercera Fuente y Centro es el unificador universal de las múltiples energías y diversas creaciones que han aparecido como consecuencia del plan divino y del eterno propósito del Padre Universal.

      9:0.3 (98.3) El Espíritu Infinito, el Creador Conjunto, es un ministro universal y divino. El Espíritu incesantemente ministra la misericordia del Hijo y el amor del Padre, en armonía con la justicia estable, invariable y recta de la Trinidad del Paraíso. Su influencia y personalidades siempre están cerca de vosotros; realmente os conocen y verdaderamente os comprenden.

      9:0.4 (98.4) A través de los universos, las agencias del Actor Conjunto manipulan incesantemente las fuerzas y energías de todo el espacio. Al igual que la Primera Fuente y Centro, la Tercera responde tanto a lo material como a lo espiritual. El Actor Con-junto es la revelación de la unidad de Dios, en quien todas las cosas consisten: objetos, significados y valores; energías, mentes y espíritus.

      9:0.5 (98.5) El Espíritu Infinito penetra todo el espacio; habita el círculo de la eternidad; y el Espíritu, al igual que el Padre y el Hijo, es perfecto e inmutable: absoluto.

      9:1.1 (98.6) La Tercera Fuente y Centro se le conoce por muchos nombres, todos indicativos de relación y en reconocimiento de función: como Dios el Espíritu, es la personalidad coordinada y el igual divino de Dios el Hijo y Dios el Padre. Como el Espíritu Infinito, es una influencia espiritual omnipresente. Como el Manipulador Universal, es el antepasado de las criaturas que controlan el poder

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