Скачать книгу

      0:0.5 (1.5) Vuestro mundo, Urantia, es uno de muchos planetas habitados similares que juntos comprenden el universo local de Nebadon. Este universo, juntamente con otras creaciones similares, forma el superuniverso de Orvonton, desde cuya capital, Uversa, proviene nuestra comisión. Orvonton es uno de los siete superuniversos evolucionarios del tiempo y del espacio que rodean la creación de la perfección divina que no posee ni principio ni fin —el universo central de Havona. En el corazón de este universo central y eterno está la Isla estacionaria del Paraíso, el centro geográfico de la infinidad y la morada del Dios eterno.

      0:0.6 (1.6) Nos referimos comúnmente a los siete superuniversos en evolución asociados con el universo central y divino con el nombre de gran universo; éstos constituyen ahora las creaciones organizadas y habitadas. Todos ellos son parte del universo maestro, que comprende también los universos del espacio exterior no habitados, pero en movilización.

      0:1.1 (2.1) El universo de los universos presenta fenómenos que pertenecen a las actividades de la deidad en diversos niveles de realidades cósmicas, significados de la mente y valores del espíritu, pero todas estas ministraciones —personales u otros— están divinamente coordinadas.

      0:1.2 (2.2) La DEIDAD es personalizable como Dios, es prepersonal y superpersonal de maneras no plenamente comprensibles para el hombre. La Deidad se caracteriza por la cualidad de la unidad —actual (real) o potencial— en todos los niveles supermateriales de la realidad; y las criaturas comprenden mejor como divinidad esta cualidad unificadora.

      0:1.3 (2.3) La Deidad funciona en niveles personales, prepersonales y superpersonales. La Deidad Total es funcional en los siete niveles siguientes:

      0:1.4 (2.4) 1. Estático — Deidad autocontenida y autoexistente.

      0:1.5 (2.5) 2. Potencial — Deidad autovolitiva y con autopropósito.

      0:1.6 (2.6) 3. Asociativo — Deidad autopersonalizada y divinamente fraternal.

      0:1.7 (2.7) 4. Creador — Deidad autodistributiva y divinamente revelada.

      0:1.8 (2.8) 5. Evolutivo — Deidad autoexpansiva e identificada con la criatura.

      0:1.9 (2.9) 6. Supremo — Deidad autoexperiencial y unificadora de criatura-Creador. Deidad que funciona en el primer nivel de identificación con la criatura como supercontroladores espacio-temporales del gran universo, a veces designada la Supremacía de la Deidad.

      0:1.10 (2.10) 7. Último — Deidad autoproyectada y que trasciende el tiempo y el espacio. Deidad omnipotente, omnisciente, y omnipresente. Deidad que funciona en el segundo nivel de expresión de la divinidad unificadora como supercontroladores eficaces y sostenedores absonitos del universo maestro. En comparación con el ministerio de las Deidades con el gran universo, esta función absonita en el universo maestro es equivalente al supercontrol y supersostén universal, a veces denominado la Ultimidad de la Deidad.

      0:1.11 (2.11) El nivel finito de la realidad se caracteriza por la vida de la criatura y las limitaciones espacio-temporales. Las realidades finitas pueden no tener fin, pero siempre tienen un comienzo —son creadas. El nivel de Deidad de la Supremacía puede ser concebido como una función relacionada con las existencias finitas.

      0:1.12 (2.12) El nivel absonito de la realidad se caracteriza por cosas y seres sin comienzos ni fines y por la trascendencia del tiempo y del espacio. Los absonitos no son creados; son eventuados: simplemente son. El nivel de Deidad de la Ultimidad connota una función en relación con las realidades absonitas. Sea donde fuere en el universo maestro, cuando se trasciende el tiempo y el espacio, dicho fenómeno absonito es un acto de la Ultimidad de la Deidad.

      0:1.13 (2.13) El nivel absoluto se manifiesta sin comienzo, sin fin, sin tiempo y sin espacio. Por ejemplo, no existen en el Paraíso el tiempo y el espacio; el estatus espacio-temporal del Paraíso es absoluto. Existencialmente las Deidades del Paraíso logran este nivel mediante la Trinidad, pero este tercer nivel de la expresión de la Deidad unificadora no está plenamente unificado experiencialmente. Dondequiera, cuandoquiera y comoquiera que funcione el nivel absoluto de la Deidad, se manifiestan valores y significados paraíso-absolutos.

      0:1.14 (3.1) La Deidad puede ser existencial, como en el Hijo Eterno; experiencial, como en el Ser Supremo; asociativa, como en Dios el Séptuple; no dividida como en la Trinidad Paradisiaca.

      0:1.15 (3.2) La Deidad es la fuente de todo lo que es divino. La Deidad es característica e invariablemente divina, pero todo lo que es divino no es necesariamente Deidad, aunque será coordinado con la Deidad y tenderá hacia alguna fase de unidad con la Deidad —espiritual, mental o personal.

      0:1.16 (3.3) La DIVINIDAD es la cualidad característica, unificadora y coordinadora de la Deidad.

      0:1.17 (3.4) La Divinidad es comprensible por la criatura como verdad, belleza y bondad; está correlacionada en personalidad como amor, misericordia y ministerio; revelada en niveles impersonales como justicia, poder y soberanía.

      0:1.18 (3.5) La Divinidad puede ser perfecta —completa— como en los niveles existenciales y creadores de la perfección paradisiaca; puede ser imperfecta, como en los niveles experienciales y los de las criaturas, ambos de evolución espacio-temporal; o puede ser relativa, ni perfecta ni imperfecta, tal como sucede en ciertos niveles de Havona de relaciones existenciales-experienciales.

      0:1.19 (3.6) Cuando intentamos concebir la perfección en todas las fases y formas de la relatividad, hallamos siete tipos concebibles:

      0:1.20 (3.7) 1. Perfección absoluta en todos los aspectos.

      0:1.21 (3.8) 2. Perfección absoluta en algunas fases y perfección relativa en todos los demás aspectos.

      0:1.22 (3.9) 3. Aspectos absolutos, relativos e imperfectos en asociaciones variadas.

      0:1.23 (3.10) 4. Perfección absoluta en algunos respectos, imperfección en todos los demás.

      0:1.24 (3.11) 5. Perfección absoluta en ninguna dirección, perfección relativa en todas las manifestaciones.

      0:1.25 (3.12) 6. Perfección absoluta en ninguna fase, relativa en algunas, imperfecta en otras.

      0:1.26 (3.13) 7. Perfección absoluta en ningún atributo, imperfección en todos.

      0:2.1 (3.14) Las criaturas mortales evolutivas experimentan un impulso irresistible de simbolizar sus conceptos finitos de Dios. La conciencia del hombre acerca del deber moral y su idealismo espiritual representan un nivel de valores —una realidad experiencial— que es difícil de simbolizar.

      0:2.2 (3.15) La conciencia cósmica implica el reconocimiento de una Primera Causa, la única realidad no causada. Dios, el Padre Universal, funciona en tres niveles de personalidad de la Deidad de la expresión subfinita de valor y de la expresión relativa de divinidad:

      0:2.3 (3.16) 1. Prepersonal: como en el ministerio de los fragmentos del Padre, tales como los Ajustadores del Pensamiento.

      0:2.4 (3.17) 2. Personal: como en la experiencia evolucionaria de los seres creados y procreados.

      0:2.5 (3.18) 3. Superpersonal: como en las existencias eventuadas de ciertos seres absonitos y otros seres asociados.

      0:2.6 (3.19) DIOS es el símbolo verbal que designa a todas las personalizaciones de la Deidad. El término requiere una definición diferente en cada nivel personal de la función de Deidad, y debe ser redefinido ulteriormente dentro de cada uno de estos niveles, porque este término se puede usar para designar las diversas personalizaciones coordinadas y subordinadas de la Deidad; por ejemplo: los Hijos Creadores Paradisiacos —los padres de los universos locales.

      0:2.7 (4.1) El término Dios, tal como lo utilizamos, puede entenderse como:

      0:2.8

Скачать книгу