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(416.5) Siempre está adjunto al servicio del universo un cuerpo de mortales ascendentes, que incluyen los glorificados seres intermedios. Después de alcanzar Salvington, se utilizan estos seres en una variedad casi infinita de actividades en la conducción de los asuntos del universo. Desde cada nivel de logro, estos mortales adelantados se inclinan hacia atrás y hacia abajo para ofrecer una mano de ayuda a sus congéneres que los siguen en su ascenso. Tales mortales de estadía temporal en Salvington son asignados a pedido de prácticamente todos los cuerpos de personalidades celestiales como ayudantes, estudiantes, observadores y maestros.

      37:10.6 (416.6) Aun existen otros tipos de vida inteligente dedicados a la administración del universo local, pero el plan de esta narrativa no incluye la revelación ulterior de estas órdenes de creación. Se ilustra aquí lo suficiente de la vida y la administración de este universo como para que la mente mortal pueda vislumbrar la realidad y grandeza de la existencia de la sobrevivencia. La experiencia ulterior en vuestras carreras de avance revelará cada vez más a estos seres interesantes y encantadores. Esta narrativa no puede ser más que un breve bosquejo de la naturaleza y el trabajo de las múltiples personalidades que colman los universos del espacio administrando estas creaciones como enormes escuelas de capacitación, escuelas en las que los peregrinos del tiempo avanzan de vida en vida y de mundo en mundo hasta que son despachados con amor desde los límites del universo de sus orígenes hacia el régimen de instrucción más elevada del superuniverso y desde allí más allá, hacia los mundos de capacitación espiritual de Havona, y finalmente, al Paraíso y el destino elevado de los finalistas — la asignación eterna en misiones aún no reveladas a los universos del tiempo y el espacio.

      37:10.7 (417.1) [Dictado por una Brillante Estrella Vespertina de Nebadon, Número 1.146 del Cuerpo Creado.]

      El libro de Urantia

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      Documento 38

      38:0.1 (418.1) EXISTEN tres órdenes diversas de personalidades del Espíritu Infinito. El impetuoso apóstol comprendió esto cuando escribió de Jesús: «Quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles y autoridades y potestades». Los ángeles son los espíritus ministrantes del tiempo; las autoridades son las huestes de mensajeros del espacio y las potestades son las personalidades más elevadas del Espíritu Infinito.

      38:0.2 (418.2) Como los supernafines en el universo central y los seconafines en un superuniverso, de la misma manera los serafines, con sus querubines y sanobines asociados, constituyen el cuerpo angélico de un universo local.

      38:0.3 (418.3) Los serafines son bastante uniformes en cuanto a su configuración. De universo en universo, a través de los siete superuniversos, manifiestan un mínimo de variaciones; son los más normalizados de todos los tipos espirituales de seres personales. Sus varias órdenes constituyen los cuerpos de ministros peritos y regulares de las creaciones locales.

      38:1.1 (418.4) Los serafines han sido creados por el Espíritu Materno Universal y proyectados en formaciones de unidades —de 41.472 por vez— desde la creación de los «modelos originales de ángeles» y de ciertos arquetipos angélicos en los primeros tiempos de Nebadon. El Hijo Creador y la representación universal del Espíritu Infinito colaboran en la creación de un gran número de Hijos y otras personalidades del universo. Después de que se completa este esfuerzo unificado, el Hijo se ocupa de la creación de los Hijos Materiales, las primeras de las criaturas sexuales, mientras que el Espíritu Materno del Universo paralelamente se ocupa de su esfuerzo solitario inicial de reproducción espiritual. Así comienza la creación de las huestes seráficas de un universo local.

      38:1.2 (418.5) Estas órdenes angélicas se proyectan en el momento del planeamiento de la evolución de las criaturas volitivas mortales. La creación de los serafines data del logro de personalidad relativa por parte del Espíritu Materno del Universo, no como futura coordinada del Hijo Mayor, sino como la asistente creativa primitiva del Hijo Creador. Antes de este acontecimiento los serafines en función en Nebadon habían sido prestados temporalmente de un universo vecino.

      38:1.3 (418.6) Los serafines aún se crean periódicamente; el universo de Nebadon aún está en formación. El Espíritu Materno del Universo nunca cesa su actividad creativa en un universo que está creciendo y perfeccionándose.

      38:2.1 (419.1) Los ángeles no tienen cuerpos materiales, pero son seres definidos y discretos; son de naturaleza y origen espirituales. Aunque invisibles a los mortales, os perciben como sois en la carne sin ayuda de transformadores ni de traductores; comprenden intelectualmente la modalidad de la vida mortal, y comparten todas las emociones y sentimientos no sensuales del hombre. Aprecian y disfrutan grandemente de vuestros esfuerzos en el campo de la música, el arte y el humorismo auténtico. Conocen plenamente vuestras luchas morales y dificultades espirituales. Aman a los seres humanos, y tan sólo puede desprenderse el bien de vuestros esfuerzos por comprenderlos y amarlos.

      38:2.2 (419.2) Aunque los serafines son seres muy afectuosos y comprensivos, no son criaturas con emociones sexuales. Son en gran parte como seréis vosotros en los mundos de estancia, en los que «ni os casaréis ni seréis dados en casamiento sino que seréis como los ángeles en el cielo». Porque todos los que «sean tenidos por dignos de llegar a los mundos de estancia ni se casan ni se dan en casamiento; porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles». Sin embargo, al tratar con las criaturas sexuales, es nuestra costumbre hablar de los seres de descendencia más directa del Padre y del Hijo como los hijos de Dios, refiriéndonos a la vez a los hijos del Espíritu como hijas de Dios. Por lo tanto, en los planetas sexuales, frecuentemente nos referimos a los ángeles usando pronombres femeninos.

      38:2.3 (419.3) Los serafines son creados para actuar tanto en el nivel espiritual como en el nivel concreto. Existen pocas fases de actividad morontial o espiritual que no estén abiertas a sus ministraciones. Aunque en condición personal los ángeles no están muy alejados de los seres humanos, en ciertas actuaciones funcionales los serafines los trascienden considerablemente. Poseen muchos poderes, mucho más allá de la comprensión humana. Por ejemplo: se os ha dicho que «hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados», y es verdad que así es, pero un serafín no pasa el tiempo contándolos y manteniendo la contabilidad corregida y actualizada. Los ángeles poseen poderes inherentes y automáticos (es decir automáticos en cuanto a lo que vosotros podáis percibir) de saber estas cosas; vosotros en verdad consideraríais que los serafines son prodigios matemáticos. Por lo tanto, numerosos trabajos que serían tareas enormes para los mortales, son realizados por los serafines con gran facilidad.

      38:2.4 (419.4) Los ángeles son superiores a vosotros en estado espiritual, pero no son vuestros jueces ni acusadores. Sean cuales fueran vuestras faltas, «los ángeles, aunque más grandes en poder y fuerza, no traen acusación alguna contra vosotros». Si los ángeles no emiten un juicio sobre la humanidad, tampoco deberían los mortales prejuzgar a sus congéneres.

      38:2.5 (419.5) Hacéis bien en amarlos, pero no debéis adorarlos; los ángeles no son objetos de adoración. El gran serafín, Loyalatia, cuando vuestro vidente «cayó de rodillas para adorar a los pies del ángel», dijo: «Nunca hagas eso; yo soy un siervo junto a ti y junto a tu raza, todos unidos en la adoración a Dios».

      38:2.6 (419.6) En cuanto a naturaleza y dote de la personalidad los serafines están apenas un tanto adelante de las razas mortales en la escala de existencia de las criaturas. En efecto, cuando os liberéis de la carne, os volveréis

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