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es su obra más sofisticada. Que un producto del universo reflexione sobre el universo, es entonces el universo reflexionando acerca de sí mismo; mientras que el estudio del humano sobre la mente es el estudio del universo sobre su obra más avanzada.

      Sin embargo la mente, el producto más sofisticado del universo, no tiene forma. Para la cultura china, lo que tiene forma pertenece al yin, mientras que lo que no tiene forma es yang. De ahí que el cuerpo físico pertenezca al yin mientras que sus funciones, el espíritu, la mente y la psicología estén en la esfera del yang. La ciencia moderna se origina en Occidente, donde la teoría sobre el yin y el yang está ausente. La ciencia médica establecida, de una manera reduccionista, se enfoca principalmente en lo yin –lo que tiene forma. Los asuntos de la mente se dejan para la psicología y la religión. Con el avance en anatomía y las nuevas tecnologías aplicadas a la investigación médica, el conocimiento de la forma física del cuerpo se hace más profundo, incluyendo el del cerebro, el órgano que se supone responsable de la mente. Sin embargo queda mucho para comprender claramente sus funciones. Aquí es donde radica el problema. Cuanto más nos enfocamos en el conocimiento de los pequeños detalles, más podemos caer en la paradoja de que el árbol no nos deje ver el bosque. Se contemplan los detalles a costa del enfoque holístico.

      La clave de todos estos grandes descubrimientos fue la metodología adoptada por los antiguos chinos: la percepción interior. La percepción interior es una forma de conocer el mundo, donde la mente, en lugar de orientarse hacia afuera, se dirige hacia adentro. Originalmente se aplicó esta metodología para explorar los principios de la vida con el propósito de mantener una buena salud y lograr una vida longeva. Diferente de la metodología de la investigación moderna, en la que la mente se orienta hacia lo exterior y es fundamental la objetividad (o no-subjetividad), la percepción interior implica dirigir la mente hacia nuestro interior para nutrirla y reforzar su poder. Tras atravesar ciertas etapas, la energía mental se incrementa y la mente es capaz de observar visiones interiores del qi y ejercer su influencia dentro y fuera del cuerpo. Este conocimiento ha sido adquirido por generaciones de investigadores y sabios chinos que han contribuido significativamente a la creación de una de las más esplendorosas civilizaciones del mundo.

      Sin embargo, en el siglo pasado, se ha tendido a un conocimiento abstracto y meramente filosófico de la esencia de la percepción interior. Muchos conceptos como «la unidad del hombre y el cielo», por ejemplo, acabaron siendo símbolos culturales de filosofías antiguas. El hecho de que este concepto se refiera a un estado perceptible en el que el ser humano está conectado al cielo por medio del qi, apenas se conoce hoy día. Considerar la vida desde una perspectiva holística y panorámica puede ser hoy parte de una moda, pero no muchos experimentan el sentido real de estar conectados interna y externamente por medio del qi.

      El objetivo de este libro es presentar, en un lenguaje actual, las raíces históricas y las técnicas específicas para la percepción interior. Las percepciones interiores son especialmente importantes en los tiempos que corren porque pueden develar la parte de conocimiento que la ciencia moderna, con sus metodologías orientadas hacia lo exterior, ha obviado.

      1 N. del E.: Shen es el término usado en la cultura china para referirse a la mente en su estado más sutil y puro. En el desarrollo del libro se explicará en detalle.

      AGRADECIMIENTOS

      Queremos expresar nuestra más profunda y sincera gratitud hacia nuestro querido maestro, el Profesor Pang Ming, por la gran formación que nos brindó hace veinte años. Muchas de las ideas sobre las percepciones interiores que desarrollamos en este texto surgieron de lo que aprendimos en sus conferencias.

      Quisiéramos también dar las gracias a nuestros amigos y amigas que han estado apoyándonos, y a nuestro equipo de colaboradores y empleados que han estado trabajando con nosotros mano a mano. ¡Gracias a tod@s!

      Zhen Qingchuan y Liu Lily

      En mi experiencia y como coautora de este libro, no me di cuenta lo valiosas que fueron las enseñanzas del profesor Pang Ming hasta mucho tiempo después, habiendo avanzado en mi carrera y terminado mi post-doctorado en Medicina Tradicional China. Luego de una extensa formación pude ver que lo que aprendí de él fue lo mejor, y entonces empecé a valorar realmente su obra. Y aún queda mucho en ella esperando ser develado y desarrollado.

      Liu Lily

      GÉNESIS

      En la primavera del año 2002 fui a trabajar a Malasia. Es una nación multicultural conformada por malayos, descendientes de chinos e indios. Los malayos ocupan el mayor porcentaje de la población, seguidos por los chinos y luego los indios que ocupan entre el siete y el ocho por ciento de la población. El gobierno está dirigido por malayos. La mayoría de ellos creen en el islam, mientras que los chinos profesan en su mayoría el budismo o el taoísmo, aunque algunos están convertidos al catolicismo o a otros cultos cristianos. Algunos indios se han convertido al Islam o al Catolicismo. La cultura establecida en Malasia está fuertemente influenciada por Occidente, de tal forma que todas estas nacionalidades reciben una educación occidental. Ocasionalmente, algunos taiwaneses también participan en el sistema educativo dictando cursos y conferencias.

      Un día en el año 2004, en una charla con amigos, alguien mencionó la frase «abrir las puertas del corazón». Esas palabras me impactaron, y más tarde me dediqué a tratar de entenderlas y experimentar su significado. Dirigí mi atención hacia mi corazón y entonces pude sentir cómo mi mente llegaba realmente a mi corazón y entraba en un estado diferente. Percibí mi corazón físico y también mi corazón mental. En ese momento una idea vino a mí: «No necesito seguir los mandatos». Aunque no soy budista, tengo algún conocimiento sobre sus preceptos. Y encontré razonable esta idea, porque pude ver que «percibir el corazón es una forma de cultivarlo». A medida que avanzaba en mi práctica de percibir el corazón, algunas marcas negativas de mi mente se iban disolviendo. Desde entonces empecé a ser capaz de percibir el estado de la mente y el corazón de otras personas, y ayudarlos a disolver también sus marcas negativas. Gradualmente, me di cuenta de que este era un nuevo tipo de psicología que merecía ser expuesto en palabras algún día.

      Documenté los casos que fui tratando consulta tras consulta y que ahora me gustaría compartir con los lectores.

      Una amiga de Amy que pareció volverse otra persona

      Amy me comentó un par de veces que una de sus amigas había roto con su novio. No había sido capaz de superarlo y desde entonces estaba muy deprimida. Cada vez que se reunía con sus amigos, no hacía otra cosa que quejarse y llorar. Estos trataban de consolarla, pero nada funcionaba. Se quejaba hasta el cansancio, suyo y de sus amigos. Cada vez que se encontraba con ellos, hacía exactamente lo mismo. Amy me pidió si podía ayudarla y yo acepté.

      Un día Amy me trajo a su amiga y fui a almorzar con ella. Como siempre, lo que hizo fue llorar y quejarse. Atendiendo al estado de su mente, hablé con ella durante unas dos horas tratando de disolver el malestar. Luego se marchó y no me volvió a contactar. Pensé que quizás no le había servido mi ayuda.

      Dos meses más tarde le pregunté a Amy qué tal estaba su amiga. Respondió: «Ah, ella. Está estupenda, parece otra. Está feliz

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