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la depresión, las graves sequías y malas cosechas habían obligado a muchos Afrikáners a trabajar en las ciudades y en las minas como subclase de trabajadores – una situación que sirvió para aumentar las tensiones raciales que en esos días existían entre Afrikáners y británicos en lugar de blancos y negros. La anglicanización forzosa de la cultura Afrikáner y el debate sobre si luchar o no junto a los británicos en la Primera Guerra Mundial, fueron también causas para el debate y la división entre el Pueblo Afrikáner. Por lo tanto, durante ese período de duda y desilusión, el Afrikáner Broederbond se estableció en 1918 para trabajar en pro de la unificación del Pueblo Afrikáner y llevar a cabo la eventual victoria electoral en 1948 del Partido Nacional Afrikáner.

       Aunque Goldman estaba impresionado por la manera cómo los destinos de muchos podrían ser decididos en secreto por la pérfida voluntad de unos cuantos, porque eran invisibles, ignorados y desconocidos – sin embargo, se dio cuenta de que la minoría blanca a través de la represión de la mayoría negra, tarde o temprano tendría que llegar a su fin. Por lo tanto le había preocupado que el Afrikánerdom estuviera condenado al fracaso, dado que era evidente para él que con que los judíos saliendo de Palestina, los Afrikáners nunca podrían aspirar a salirse con la suya en Sudáfrica. Los Afrikáners, a diferencia de los judíos, no habían sido víctimas de un holocausto que había sido interminablemente publicado, promovido y cruelmente explotado; durante el sufrimiento pasado de los Afrikáner, apenas 26.000 (el 10% de toda la población Afrikáner) murieron en campos de concentración británicos durante la Guerra de los Boer – no estaba en una escala comparativa con el holocausto que había acumulado la cantidad o tipo de simpatía internacional que condenaría las continuas violaciones de derechos humanos cometidas contra la población indígena; los Afrikáners, a diferencia de los israelíes, no tenían la ventaja de tener el apoyo de los vetos de EE.UU. en la Asamblea de las Naciones Unidas; los Afrikáners no habían dedicado una red global de cabilderos bien financiados que podían comprar influencias políticas, controlar los medios de comunicación convencionales, y suprimir la reacción negativa de la opinión pública. Y los Afrikáners no tenían agentes políticos de influencia occidental que perjudicaran el proceso democrático en su nombre mientras apoyaban pérfidamente una pretensión judaico bíblica de “tierra prometida”.

       En febrero de 1987 Goldman había empezado a hacer arreglos para tomar ventaja de la Ley del Retorno israelí, un principio básico de la ideología sionista que otorgaba a cada judío en el mundo – incluso aquellos que al igual que sus antepasados nunca habían tenido ninguna relación con Israel – el derecho a asentarse en una tierra indígenas, por la cual los palestinos habían sido aterrorizados y expulsados a la fuerza por las fuerzas paramilitares sionistas. Como resultado había ahora unos siete millones de refugiados palestinos sin tal “derecho al retorno” y quienes como apátridas, también estaban siendo privados de todos los derechos humanos básicos que los gobiernos occidentales controlados por sionistas estaban constantemente y moralmente afirmando estar luchando. En julio de 1988, Goldman y su familia regresaron a Israel y se convirtieron en ciudadanos israelíes. Simplemente pasaron desde un estado del Apartheid a otro cuyas políticas de Apartheid, mucho más bárbaras, habían sido empaquetadas y vendidas muy devotamente al mundo como la única democracia de principios en el Oriente Medio y acérrima aliada de las naciones occidentales, algunas de las cuales habían sido, o para algunos aún lo eran, maestros coloniales.

      Poco después de establecerse en Jerusalén occidental y establecer su propia práctica en derecho – y como una progresión natural desde su breve experiencia de sociedad secreta en Sudáfrica – Goldman se unió a la única Logia Masónica de habla inglesa de la Ciudad Santa. La francmasonería y el judaísmo habían compartido durante mucho tiempo una fijación entre el Templo de Salomón y el saber masónico, alegando que los orígenes masónicos se remontan a la época del legendario Hiram Abiff (conocido como Huram en la Biblia), quien como arquitecto y Maestro artífice era un personaje alegórico, con un papel destacado en una obra representada encubiertamente durante las ceremonias de iniciación en el tercer grado de la francmasonería.

      “El rey Salomón mandó a Tiro y llevó a Huram, cuya madre era una viuda de la tribu de Nephtalí, y cuyo padre era un hombre de Tiro y un artesano del bronce. Huram estaba altamente calificado y experimentado en todo tipo de trabajo en bronce. Él vino al rey Salomón e hizo todo el trabajo asignado para él”.

      1 Reyes 7: 13 – 14

      En el drama masónico, Abiff es asesinado cuando visitaba el templo, por tres Compañeros Artesanos insatisfechos y envidiosos a quienes Abiff se había negado a elevar al nivel de Master por la divulgación de la contraseña secreta del Maestro Masón. La posterior restauración a la vida de Abiff estaba en consonancia con la secular historia basada en la leyenda del antiguo dios egipcio, Osiris, quien después de ser asesinado por su ambicioso y celoso hermano, fue resucitado por su esposa Isis, quien después de varias aventuras peligrosas en un “nacimiento virginal” tuvo un hijo, Horus, quien vengó después el asesinato de su padre. Por lo tanto, el concepto de “nacimiento virginal” se convirtió en un elemento fundamental para la creación de seres divinos e Isis, ella misma, se convirtió en la personificación de esa gran capacidad femenina para concebir y dar a luz a una nueva vida. Dibujos y esculturas que representaban a Isis amamantando a su hijo se convirtieron en el modelo de la Virgen y el Niño para los cristianos, y muchas de las cualidades que originalmente fueron atribuidas a Isis, fueron dadas a la madre de Cristo. Con el fin de suplantar a las deidades paganas populares, los padres de la iglesia cristiana tenían que asegurarse de que sus propios ídolos cristianos hechos por el hombre tuvieran características similares a las de los dioses paganos a quienes tenían la intención de reemplazar.

      Esta trinidad de Osiris, Isis, y Horus – a pesar de ser una quimera de la imaginación humana creadora – también se convirtió en el prototipo obligatorio para otros dioses hechos por el hombre. El retrato de un eminente hombre o deidad que como miembro de la trinidad, primero muere como víctima de un acto de maldad, y resucita en una mayor gloria, es por ahora un tema demasiado familiar que se presenta en la tradición de los cultos y rituales secretos, las organizaciones fraternas y diversas religiones, incluyendo el la trinidad del cristianismo del Padre, Hijo y Espíritu Santo.

      Así que no fue ninguna sorpresa que después de retirarse de su carrera de abogacía en 2004, Goldman, mantuviera sus contactos con funcionarios del gobierno para muchos de los cuales él era un confidente y asesor de política exterior. También por haber sido influenciado por su tiempo en Sudáfrica, su pertenencia masónica, y su dedicación al sueño del judaísmo de un tercer templo, Goldman cofundó la Hermandad Hirámica del Tercer Templo cuyos miembros estaban obligados a tomar votos solemnes de trabajar incansablemente para el cumplimiento de un sueño que se basaba en una muy escasa relación con el pasado.

      Silwan, Jerusalén Oriental Ocupada

      Varias alfombras raídas cubrían el suelo de la sala que contenía un viejo armario de madera con varios cajones; una gran bolsa de cestas de rafia para el bordado de Miriam Hadawi, una mesa de café con la parte superior desgastada y manchada, un par de sillas plegables acolchadas que habían visto mejores días; una pequeña biblioteca con una Biblia hecha jirones, varias pequeñas estatuas religiosas, algunas obras de referencia bien escritas, unos libros infantiles en inglés con los que Sami Hadawi animaba a sus hijos a aprender, media docena de fotografías enmarcadas de la familia; y un viejo sofá – cama en el que los niños dormían. Como era el caso, cada mañana sin falta, Sami Hadawi, su esposa y sus dos hijos estaban sentados en la mesa con las cabezas inclinadas mientras Sami le daba gracias a Dios por el desayuno – compuesto normalmente por pan pita ligeramente fermentado y humus casero – lo cual Sami y su esposa sabían que era insuficiente alimento para los niños en edad de crecimiento, pero no obstante, eran lo suficientemente afortunados de tenerlo. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), muchos niños palestinos estaban anémicos con altos niveles de retraso en el crecimiento debido a la dieta deficiente en proteínas. Esto fue consecuencia de las crecientes dificultades de poder obtener o pagar proteínas básicas de alimentos tales como pollo, pescado, carne y verduras densos en nutrientes, de los cuales aproximadamente la mitad de los niños palestinos regularmente eran privados.

      Porque

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