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      Guido Pagliarino

      SINDONE

      LA MISTERIOSA

      SÁBANA SANTA

      DE TURÍN

       ENSAYO

      Guido Pagliarino

      SINDONE

      La misteriosa Sábana Santa de Turín

      Ensayo

      Traducción del italiano de Mariano Bas

      Distribución Tektime

      © 2020 Guido Pagliarino

      Ediciones anteriores:

      1a edición, solo en papel, bajo el título «La misteriosa Sindone di Torino», © 2007-2012 Boopen Editore

      2a edición en papel y 1a edición en e-book - solo PDF -, revisada y aumentada por el autor, bajo el título «Sindòn la misteriosa Sindone di Torino», © 2013-2014 Editrice GDS. Desde 2015 también esta edición está descatalogada y todos los derechos retornaron al autor

      3a edición, con el mismo título, solo en e-book mobi Amazon y epub Kobo, realizada por el autor, © 2015 Guido Pagliarino

      4a edición, con el mismo título, en libro y en e-book en todos los formatos, distribuida por Tektime © 2019 Guido Pagliarino

      En cubierta: Una de las dos pinturas de Giovanni Battista della Rovere «Fiammenghino» que representan la envoltura de Jesús en la Sábana Santa.

      Las fotografías generales y particulares de la Sábana Santa que se encuentran en el interior del libro pertenecen a la Iglesia Católica, es decir, a todos.

      Capítulos y apartados

       - PRÓLOGO DEL AUTOR

       - LA MISTERIOSA SÁBANA SANTA

      - A) En general:

       - Sin duda…

      - ¿Sábana o vendas?

       - Datos parahistóricos de la Sábana Santa hasta 1356 y el primer documento histórico verdadero de ese año

       - Algunos han tratado en los últimos años de conseguir una copia de la imagen sindónica, pero, por el momento, no se ha conseguido nunca con las mismas peculiaridades. Hay quien ha conseguido imágenes similares, pero ninguno ha reproducido todas sus caracter ísticas a la vez

       - Por qué en el Hombre de la Sábana Santa no se ven los pulgares y, en el positivo sindónico, tiene el pie derecho cubriendo el izquierdo

      - Monedas

      - Aloe y mirra

      - Crurifragium

       - Señales de heridas y abrasiones

       - Heridas, lesiones, sangre sobre la Sábana Santa concuerdan perfectamente con las descripciones de la pasión de Jesucristo en los Evangelios

      - Estadística

       - Sobre el análisis del anatomopatólogo profesor Pierluigi Baima Bollone

      - B) En particular:

       - I - LAS FOTOGRAFÍAS

      - II - SE INICIA LA INVESTIGACIÓN

       - III – LOS EXPERIMENTOS CON EL CARBONO 14

      - En qué principios se basa la radiación del Carbono 14 (C14)

       - El primer y poco conocido experimento (oficioso) de datación de una muestra sindónica con el método del C14

       - Los experimentos oficiales de radiodatación de 1988: Por qué tampoco estos han generado resultados completamente aceptables

      - IV - UN POSIBLE FALSIFICADOR MEDIEVAL HABRÍA SIDO EL MAYOR GENIO DE TODOS LOS TIEMPOS Y UN MONSTRUO CRIMINAL ASESINO

      - V - CRONOLOGÍA (Historia sintética de la Sábana Santa de Turín)

       - PRINCIPALES FUENTES DEL ENSAYO

      - Apéndice - Sobre los voluntarios «Amigos de la Real Iglesia de San Lorenzo» en el Año Santo 2000 para explicar la Sábana Santa

      Si bien es verdad que la Tela por antonomasia ha llevado a muchas personas a la conversión o la reconversión al cristianismo, por lo que tiene mucha razón quien ha hablado del «apostolado a través de la Sábana Santa»,1 este ensayo no tiene el objetivo de inducir a creer que este Sábana haya envuelto realmente el cuerpo de Cristo hace un par de milenios o, como se dice habitualmente, que sea auténtica. Por otro lado, autenticidad puede significar también otra cosa, pues una cosa es sostener que la conservada en Turín sea la Sábana Santa de Cristo y otra es sencillamente defender su ancianidad bimilenaria. Y si bien no me posiciono acerca del hecho de que haya envuelto a Jesús, sostengo que prevalecen las razones para pensar que la Sábana Santa es muy antigua, habiendo actualmente muchos datos a favor y solo dos en contra, de los cuales solamente uno parece considerable objetivamente, y cada vez menos, que es la prueba de radiodatación de muestras de la Sindone, que, como veremos, fijó la antigüedad de la Sábana en la época bajomedieval, prueba que sin embargo cada vez está más contestada científicamente, y no solo por estudiosos cristianos. El otro motivo de aversión a la Sábana Santa, por otro lado bastante fuerte, es un prejuicio, tanto de laicos anticlericales como de muchos, tal vez de la mayoría, de los cristianos reformados, una prevención que lleva a los primeros a ignorar los argumentos, cuando no a burlarse de ellos, e impulsa a los fieles protestantes a condenar la veneración de la Sabana Santa, la cual, para ellos, por sus prejuicios, es un mero «icono» creado por la mano de un hombre: asumen la condena veterotestamentaria de las «falsas imágenes», que nació históricamente contra la idolatría,2 aunque los católicos sostienen que la prohibición estuvo vigente solo antes de que Dios se encarnase en Jesús mostrándose al mundo como «imagen», es decir, como figura carnal humana, sin ninguna posibilidad de confundirse con los ídolos. También hay, por cierto, católicos negadores de su autenticidad, entendida en el sentido de que la Sábana Santa sea realmente la que envolvió el cuerpo de Jesús3 y se encuentran protestantes que sí suponen su autenticidad, al menos en el segundo sentido del término, cuando no además en el primero. En todo caso, hay que dejar bien claro que la fe cristiana no se basa en la Sábana Santa de Turín, sino, históricamente, en el testimonio oral apostólico de la resurrección de Cristo recogida en el siglo I en los libros del Nuevo Testamento4 y que llega a nosotros porque lo conserva la Iglesia a lo largo de los siglos, con el control sistemático de la correspondencia de las nuevas copias con las precedentes,5 a partir de las más antiguas. Por otro lado, confieso que en el pasado más lejano no había tenido mucho interés por la Sábana Santa. Solo a partir de 1998 empecé primero a sentir curiosidad y luego interés por ella, gracias a mi relación con el difunto doctor Giovanni Latino, a quien me presentó un amigo común: el entusiasmo de Latino me impulsó cordialmente a frecuentar las conferencias de expertos en la materia y los encuentros semanales de profundización y debate que, en el bienio previo a la Ostensión del Año Santo 2000, se fueron sucediendo en la sala de reuniones de la iglesia turinesa de San Lorenzo, a cuyos «Amigos», organizados por el propio

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