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para su disfrute personal. Este libro electrónico no puede ser revendido ni regalado a otras personas. Si desea compartir este libro con otra persona, tiene que adquirir un ejemplar adicional para cada uno. Si está leyendo este libro y no lo ha comprado, o no lo compró solamente para su uso, por favor devuélvalo y adquiera su propio ejemplar. Gracias por respetar el arduo trabajo de esta escritora. Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes, son producto de la imaginación de la autora o se utilizan de manera ficticia. Cualquier semejanza con personas reales, vivas o muertas, es totalmente una coincidencia. Imagen de la cubierta Derechos reservados Captblack76, utilizada bajo licencia de shutterstock.com.

      ÍNDICE

       CAPÍTULO UNO

       CAPÍTULO DOS

       CAPÍTULO TRES

       CAPÍTULO CUATRO

       CAPÍTULO CINCO

       CAPÍTULO SEIS

       CAPÍTULO SIETE

       CAPÍTULO OCHO

       CAPÍTULO NUEVE

       CAPÍTULO DIEZ

       CAPÍTULO ONCE

       CAPÍTULO DOCE

       CAPÍTULO TRECE

       CAPÍTULO CATORCE

       CAPÍTULO QUINCE

       CAPÍTULO DIECISÉIS

       CAPÍTULO DIECISIETE

       CAPÍTULO DIECIOCHO

       CAPÍTULO DIECINUEVE

       CAPÍTULO VEINTE

       CAPÍTULO VEINTIUNO

       CAPÍTULO VEINTIDÓS

       CAPÍTULO VEINTITRÉS

       CAPÍTULO VEINTICUATRO

       CAPÍTULO VEINTICINCO

       CAPÍTULO VEINTISÉIS

       CAPÍTULO VEINTISIETE

       CAPÍTULO VEINTIOCHO

       CAPÍTULO VEINTINUEVE

       CAPÍTULO TREINTA

       CAPÍTULO TREINTA Y UNO

       CAPÍTULO TREINTA Y DOS

       CAPÍTULO TREINTA Y TRES

       CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO

       CAPÍTULO TREINTA Y CINCO

       CAPÍTULO TREINTA Y SEIS

       EPÍLOGO

      CAPÍTULO UNO

      Thanos se agachó cuando una flecha pasó a toda velocidad por delante de él y escuchó su ruido metálico contra las paredes de piedra de una de las casas de Haylon. Regresó a toda prisa por las calles, llegó a un cruce y se giró, espada en mano.

      Media docena de los antiguos hombres de Lord West salieron de un lado, los antiguos soldados del Imperio salieron del otro, mientras los soldados nativos de la isla salían en grandes cantidades de las casas de alrededor. Atraparon entre ellos a los soldados de Felldust que perseguían y Thanos atacó.

      Thanos clavó su espada contra el escudo de un hombre, se dio la vuelta para bloquear un golpe que iba dirigido a un hombre que estaba a su lado y tiró hacia atrás de una patada a un tercer soldado mientras Sir Justin se metía en el hueco que quedaba y mataba a otro hombre.

      —Estás cogiendo por costumbre salvarme —dijo Thanos en un fugaz respiro de la lucha.

      —Continúa luchando y estaremos en paz —respondió Justin.

      Eso lo podía hacer Thanos, al menos. Atrapó un hacha sobre su espada y la mantuvo en alto para que uno de los soldados del Imperio pudiera clavar una puñalada en el espacio que quedaba y, a continuación, cogió el hacha con su mano mala.

      Ahora se acercaban más enemigos, apareciendo en grandes cantidades mientras los invasores se daban cuenta de que allí había un nudo de defensores. Aquello significaba que tocaba dispersarse de nuevo.

      —¡Retroceded! —exclamó, y los hombres que había a su alrededor corrieron hacia una de las casas, cortando camino por otra calle. Thanos corría y vio que a su lado iba corriendo el General Haven. El anciano tenía la cara roja por el esfuerzo.

      —¿No debería buscar un lugar menos… activo en el que luchar, General? —preguntó Thanos.

      Haven le lanzó una mirada amenazadora.

      —¡No me digas lo que debo hacer, jovencito! ¡Tú no eres mi príncipe!

      A pesar de sus quejas, el viejo general parecía estar contento de luchar junto a Thanos y Justin mientras luchaban por subir una serie de escalones de piedra hasta uno de los tejados de la ciudad. Era imposible saber qué soldados habían salido de qué sitios; Thanos solo veía que los hombres que defendían la isla lo hacían con valentía y tesón.

      Sin embargo, desde allí veía el tamaño de la flota que estaba atacando la isla. No era la enorme flota de invasión que había venido a Delos, pero aun así era cuantiosa. Cubría el espacio que rodeaba el puerto como una oscura mancha sobre el agua, llenando con barcos que todavía ahora estaban descargando más y más soldados sobre el suelo de Haylon.

      La única esperanza era atacar y marchar corriendo, soltando montones de atacantes para después convertirlos en una multitud antes

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