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guerras. El héroe tuvo amores con su bella hija Auge, que le dio un vástago, Télefo, el cual llegó a ser rey de Misia y luchó contra los griegos en Troya. Herido por la lanza de Aquiles, sanó con el óxido de la misma lanza.

      En astronomía, esta constelación boreal que se halla situada cerca de la Osa Menor da nombre a un tipo de estrellas, las llamadas cefeidas.

      CÉFIRO

      Hijo de Eos y de Astreo, era la divinidad del viento de Poniente. Se le veneraba como divinidad benéfica, ya que a su soplo mutaban los meses. Los latinos le llamaban Favonius, porque anunciaba la primavera.

      CEFISO

      Divinidad fluvial. Es conocido en el mundo mitológico, principalmente, por haber engendrado a Narciso.

      CEIX

      Hijo de Héspero y de la ninfa Filónide, tuvo por esposa a la bella Alcíone. En un acto de soberbia osó parangonarse a sí mismo con Zeus y a Alcíone con Hera. La venganza de los dioses ofendidos no tardó en llegar; él y su esposa fueron transformados en ruidosas gaviotas.

      CELENO

      Una de las Arpías.

      CÉLEO

      Rey de Eleusis en Ática; acogió con benevolencia a Deméter cuando la diosa iba desesperada en busca de su hija Perséfone. Agradecida a Céleo por su hospitalidad, la diosa eligió a Eleusis como sede principal de su culto, escogiendo al propio rey y a sus hijos como sus sacerdotes.

      CENEO

      Héroe de la tribu salvaje de los Lapitas. Participó en la expedición de los Argonautas, en la caza del jabalí de Calidón, y en la lucha entre Lapitas y Centauros. Había nacido hembra y fue transformado en varón por Poseidón, que le hizo invulnerable a los golpes de espada, por lo que los Centauros no consiguieron matarlo. Cuenta la leyenda que, para acabar con él, estos tuvieron que enterrarlo bajo un montón de árboles. Quedó transformado en pájaro.

      CENTAUROMAQUIA

      Véase Centauros.

      CENTAUROS

      Descendientes de Ixión y de Néfele, la nube a la cual Zeus hizo tomar la figura de Hera. De esta unión nació Centauro, el cual, uniéndose con algunas yeguas, las tan célebres de Magnesia, engendró a los Centauros, medio hombres y medio caballos. Estos son una transfiguración mítica de los salvajes habitantes de Tesalia, muy expertos en el arte de cabalgar, hasta el punto de que la fantasía popular los imaginó como seres con busto de hombre y cuerpo equino, que hablaban en vez de relinchar y galopaban en vez de caminar. Aunque Homero no los conociese en este aspecto, habló de ellos como de hombres bárbaros y rudos, de tupidas y largas cabelleras. Aproximadamente en la época de Píndaro entraron con su forma peculiar en la tradición legendaria de Tesalia. Eran feroces, aficionados al vino y expertísimos en el uso del arco y de la clava. Habiendo sido invitados a las nupcias de Pirítoo, rey de los Lapitas, con Hipodamía, uno de ellos, Euribión, embriagado, intentó raptar a la novia empleando la violencia. Se desencadenó una lucha furiosa, recordada con el nombre de centauromaquia, en la que los Centauros llevaron las de perder.

      Intervinieron en favor de los Lapitas, Teseo y Néstor, amigos de Pirítoo. Los Centauros tuvieron que huir del lugar donde habitaban, las selvas del Pelión, refugiándose en el monte Pindo. Fueron expulsados definitivamente de Tesalia por Heracles. La centauromaquia viene a simbolizar la lucha entre la civilización griega y la barbarie que todavía subsistía en algunas poblaciones. En efecto, más tarde los Centauros fueron representados, como Quirón, más amables y pacíficos por haber entrado en contacto con dicha civilización. Se les consideró como Genios y, junto con los Sátiros y los Silenos, formaban el séquito de Dioniso, cuyo carro acompañaban tocando el cuerno o la lira.

      La centauromaquia llegó a ser un motivo escultórico ornamental frecuente en los monumentos griegos. Entre las obras más famosas, figura la del frontón occidental del templo de Zeus en Olimpia, obra al parecer de Alcamene.

      CENTÍMANOS

      Otro nombre con que se designaba a los Hecatonquiros.

      CEO

      Divinidad primitiva, nacida de la unión de Urano y de Gea, que representaba el polo celeste.

      CERBERO

      Hijo de Tifón y de Equidna. Mítico monstruo, perro inmundo rodeado de serpientes, con tres cabezas y tres bocas que emitían continuos y terribles ladridos, aterrorizando y ensordeciendo a las almas de los difuntos. Era, en realidad, el guardián de la entrada de los Infiernos y despedazaba al que intentaba salir. Fue encadenado por Heracles, que lo llevó a la tierra devolviéndolo enseguida a su primitiva procedencia. Orfeo lo amansó con su dulce música, y consiguió así penetrar en los Infiernos y llevarse a Eurídice. Eneas, que también descendió al Hades, después de atravesar la laguna se detuvo ante Cerbero, pero la Sibila aplacó y adormeció al monstruo de las triples fauces dándole a beber un brebaje encantado (Virgilio, Eneida, libro VI).

      Dante nos presenta a Cerbero como guardián del tercer círculo del Infierno y cruel atormentador de los golosos allí castigados.

      CERCIÓN

      Véase Sinis.

      CERES

      Véase Deméter.

      CETO

      Divinidad marina, que representa la extensión de las aguas. Esposa de Forcis e hija de Nereo.

      CHIPRE

      La mayor de las islas del Mediterráneo oriental, de costas altas y escarpadas. Se caracteriza por dos cadenas montañosas, separadas entre sí por la llanura de Mesaria.

      Fue colonizada por fenicios y griegos. Centro del culto tributado a Afrodita, llamada por lo mismo Ciprina, pasó a ser más tarde provincia romana.

      CIBELES

      Divinidad frigia, símbolo de la fecundidad de la tierra. Los griegos y los romanos la veneraron como la Gran Madre (véase Rea Cibeles).

      CÍCLADAS

      Islas del Egeo. Se llamaban así porque formaban un círculo en torno a la famosa isla de Delos.

      CÍCLOPES

      Monstruos fabulosos de la mitología griega, cuyo nombre se debe a que te nían un solo ojo, redondo, en medio de la frente. Eran seres gigantescos, hijos de Urano y de Gea, o, según otras versiones, de Poseidón y Anfítrite. Hesíodo en su Teogonía menciona a tres: Brontes, Estéropes y Arges, personificación de fenómenos atmosféricos como el trueno, el relámpago y el rayo. Otras versiones añaden también a Piracmón. Fabricaban las flechas utilizadas por Zeus para castigar a los mortales o a todo aquel que lo ofendiese. Zeus recurrió a los Cíclopes por primera vez durante la lucha contra los Titanes. Tras colocar sobre el yunque brillantes lingotes de cobre ardiente, los gigantes forjaron con terribles y poderosos golpes, para el rey de los dioses, las fulgurantes armas que debían sembrar la confusión entre sus enemigos, concediéndole la victoria. Como herreros, los Cíclopes eran ayudantes de Hefesto, y su taller se suponía situado generalmente en el Etna, en las islas Lípari o en los Escollos de los Cíclopes, al norte de Catania. Según algunas leyendas los Cíclopes construyeron las colosales murallas de algunas ciudades de la Argólida, llamadas precisamente murallas ciclópeas por su grandiosidad. Los mató Apolo, que quería vengar a su hijo Asclepio, porque ellos habían facilitado a Zeus el rayo que le ocasionó la muerte.

      Inspiraron a Eurípides un drama satírico titulado precisamente El cíclope.

      Homero

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