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y no son exclusivos del siglo anterior; en la actualidad las investigadoras continúan sin tener el debido reconocimiento en el plano científico mundial. En Colombia la participación femenina en actividades de ciencia no solo es reciente sino escasa, así como los estudios adelantados al respecto. Por ello, y con el ánimo de aportar conocimiento a un país desigual y con enormes brechas de género, en este libro intentamos presentar cuáles son esos obstáculos y esas motivaciones que tienen las mujeres para formar parte del campo científico. Los resultados de esta investigación están divididos en seis capítulos. En el primero de ellos se encuentra una síntesis del marco legislativo colombiano que, desde mediados del siglo xx, ha tenido como propósito eliminar las desigualdades entre hombres y mujeres en todos los aspectos de la vida cotidiana, social y política. Pero en especial en este capítulo se encuentra un listado de avances en términos de acceso y promoción de las mujeres en el sistema educativo colombiano, el cual funciona como puerta de ingreso al Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTeI). Asimismo, está incluida una breve descripción de la ley de ciencia y tecnología vigente en el país que demanda una triple articulación entre la universidad, la comunidad científica y el sector privado.

      En el segundo capítulo, presentamos un panorama de la participación femenina en la investigación científica en el país. Mediante estadísticas descriptivas y el uso de indicadores de segregación horizontal y vertical, así como de estimaciones medias de productividad, exponemos cuántas son, en dónde se ubican y cuál es el nivel de productividad de las científicas en Colombia. Con estos indicadores confirmamos, además de la baja participación femenina en la investigación, aquellas áreas que aparentemente están feminizadas o masculinizadas en el país; es decir, aquellas con mayor concentración de mujeres o de hombres. Además, identificamos que las investigadoras que actualmente están vinculadas al SNCTeI se ubican en áreas tradicionalmente asignadas al sexo femenino, lo cual sin duda alguna refuerza los estereotipos de género.

      Una vez presentadas las estadísticas de la participación femenina en las actividades de ciencia, quisimos conocer las causas o razones principales de estas cifras. Por ello, en los siguientes tres capítulos presentamos un análisis de las motivaciones y los obstáculos que inciden en el éxito o abandono de la carrera profesional de las investigadoras. A partir de la literatura revisada, diseñamos y aplicamos un cuestionario a una muestra de la población total de investigadores e investigadoras en el país, en el que agrupamos la multiplicidad de posibles motivaciones, barreras y obstáculos que afrontan las científicas en el ejercicio de su profesión. En el tercer capítulo presentamos algunas generalidades del cuestionario y de los investigadores y las investigadoras encuestados. También exponemos las percepciones que tienen los encuestados sobre la discriminación en el campo investigativo.

      Posteriormente, en el capítulo cuatro hacemos hincapié en las motivaciones que influyeron en la elección y futura vinculación de las mujeres en el ámbito científico. Dentro de estas, encontramos en la literatura —y corroboramos con nuestra investigación— la existencia de factores intrínsecos o extrínsecos, como la remuneración salarial, la influencia de los espacios académicos extracurriculares durante el pregrado y el gusto por la ciencia, y el deseo de dar respuesta a determinadas situaciones. En cuanto a los obstáculos, descubrimos que las investigadoras experimentan en mayor medida limitaciones para acceder al campo y desempeñarse como científicas. En el capítulo cinco exponemos que situaciones como la maternidad y las labores del cuidado demandan un tiempo adicional en la vida de las mujeres que dificulta su disponibilidad para investigar. Además, la presencia de estereotipos tradicionales en el interior de los centros de investigación tiende a discriminarlas y a segregarlas.

      Después de identificar aquellos obstáculos y motivaciones que tienen las investigadoras en Colombia, así como de conocer cuál es su participación y producción intelectual; en el capítulo seis aportamos algunas propuestas y recomendaciones de política para mejorar la participación y la permanencia de las mujeres en la ciencia, teniendo en cuenta las estrategias adelantadas por universidades españolas y latinoamericanas para eliminar estos obstáculos. Para finalizar, en el apartado metodológico presentamos las técnicas empleadas para los diferentes tipos de análisis y las fuentes de información.

      Legislación en Colombia: ¿Hemos avanzado en el tema?

      Iniciativas en siglo XX. Igualdad entre hombres y mujeres en todas las dimensiones de la vida cotidiana

      En Colombia las mujeres han trabajado por la igualdad de derechos desde mediados del siglo xx, pero es con la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada por la Organización de las Naciones Unidas en el año 1975, que se intensificaron los esfuerzos en el país. Pese a ello, hasta 1981 se evidenciaron las primeras acciones afirmativas con la creación de la Ley 51 de 1981, «Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer». Partiendo de las dificultades que históricamente han enfrentado en los diferentes ámbitos de la sociedad, esta ley reafirmó el principio de no discriminación, exponiendo que la igualdad de condiciones entre hombres y mujeres es indispensable no solo para alcanzar el desarrollo pleno de un país, sino para lograr el bienestar mundial. Pero además de lo anterior, esta ley precisó la igualdad de derechos en el sector educativo y propuso la «eliminación de todo concepto estereotipado de los papeles masculino y femenino en todos los niveles y en todas las formas de enseñanza», mediante la modificación de libros y material de estudios.

      Posteriormente, entre 1996 y 2005 Colombia llevó a cabo el Plan Decenal de Educación que presentó la equidad de género en la educación como su cuarta estrategia, y la denominó «Promoción de la Equidad en el Sistema Educativo». Para promover exitosamente la equidad de género, en este plan se propuso la eliminación de imágenes estereotipadas de hombres y mujeres en los diferentes textos escolares, el diálogo, la cooperación y el respeto mutuo entre niños y niñas, el apoyo a las madres y mujeres adultas sin culminar sus estudios y, sobre todo, la capacitación y formación docente con un enfoque de género.

      Finalizando las acciones en el siglo XX, en el Plan Nacional de Desarrollo «Cambio para Construir la Paz 1998-2002» se formuló el primer Plan de Igualdad de Oportunidades en Colombia. Considerando la experiencia de otros países, el Gobierno Nacional de turno construyó la línea base de la política con la cual se propuso dar cumplimiento al principio de igualdad y a los acuerdos internacionales suscritos en torno a la eliminación de toda forma de violencia contra la mujer. Entre los objetivos y las líneas de acción propuestas se encontraba la educación, el trabajo y la generación de ingresos, la salud reproductiva, la vivienda y el hábitat, la mujer rural, la participación en las estructuras de poder, la eliminación de la violencia contra las mujeres y el conflicto armado.

      Género y siglo XXI en Colombia: compromisos adquiridos y acciones propuestas

      Con el inicio de un nuevo siglo, y de acuerdo con los compromisos adquiridos en la iv Conferencia Internacional sobre la Mujer, realizada en Pekín en 1995, en Colombia se decretó la Ley 581 del 2000, por la cual «se reglamenta la adecuada y efectiva participación de la mujer en los niveles decisorios de las diferentes ramas y órganos del poder público, de conformidad con los artículos 13, 40 y 43 de la Constitución Nacional y se dictan otras disposiciones». De acuerdo con esta ley, para ese entonces el país debía crear los mecanismos correspondientes para que la mujer gozara de su derecho a una participación efectiva y adecuada en todos los niveles y ramas de poder de orden público. Para dar cumplimiento a lo anterior, se estableció que la cuantía mínima de cargos de máximo nivel decisorio desempeñados por mujeres debía ser del 30 %. En la actualidad esta disposición sigue vigente en el país.

      La Ley 581 enfatiza en la promoción de la participación femenina en el sector privado y propone los Instrumentos Básicos del Plan Nacional de Promoción y Estímulo a la Mujer. Los instrumentos propuestos son los siguientes:

      • Educación en igualdad de condiciones para hombres y mujeres, y la respectiva promoción de valores de la mujer.

      • Acciones orientadas a la comprensión y superación de los obstáculos que enfrentan las mujeres y que dificultan su participación en los diferentes niveles decisorios.

      • Capacitación especializada en el desarrollo del liderazgo con responsabilidad

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