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presión de la censura gubernativa, afinaba su habilidad por informar de una situación oficial irreal, intentando hacer llegar el mensaje en códigos a veces ininteligibles para la mayoría de los lectores. Francisco Candel y Francesc Pi de la Serra fueron protagonistas en la prensa del «arte de decir lo que no se puede decir». También por aquellas fechas, Ernest Lluch escribía un artículo en Tele/eXpres titulado «Catalanismo y no burguesía» en la misma línea.

      En medio de una cada vez más acusada conflictividad laboral y estudiantil en todo el país, el 5 de marzo de 1975 se realizó un nuevo reajuste ministerial con nuevos responsables en las carteras de gobierno, poniendo de manifiesto la inestabilidad y diferencia de criterios dentro de él. Los nuevos responsables de las carteras afectadas fueron: José Luis Cerón (Comercio), Fernando Suárez González (Trabajo), José Mª Sánchez Ventura (Justicia), Fernando Herrero Tejedor (Secretaría General de Movimiento) y Alfonso Álvarez de Miranda (Industria).

      Pero en España, no todo fueron sobresaltos económicos, también los hubo de otro tipo, hallándose en plena transformación, «del destape al desplume», la tercera vía de la cinematografía. Por fin parecía que el mundo del espectáculo a nivel nacional tomaba la iniciativa reivindicativa, dando la bienvenida, no sin cierto sacrificio, y atrayendo hacia ellos los efectos represores de la maquinaria estatal. Se impusieron fuertes multas a conocidos actores detenidos en Madrid por haber participado en una huelga; actrices como Rocío Dúrcal y Tina Sainz fueron detenidas. Pronto, este rebrote de inconformismo cultural se recrudeció de nuevo transformado en un conflicto universitario en toda España. Esta vez fue protagonizado por los Profesores No Numerarios (PNN), que arrastraban graves problemas de sobrecarga en el trabajo, inestabilidad en el empleo y dependencia extrema ante los catedráticos, y que tuvo como consecuencia la dimisión del ministro de Trabajo, Licinio de la Fuente, por la deficiente regulación de la huelga.

      RELACION DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS POR PROFESOR

AÑOPROFESORES NUMERARIOSPROFESORES NO NUMERARIOS (PNN)ALUMNOS
1960-611.1883.00584.542
1965-661.4166.431132.012
1971-721.52316.300292.131

      Fuente: A. de Miguel, «El boom universitario», en Blanco y Negro, 9 de febrero de 1974.

      Abril de 1975 fue un mes muy intenso en acontecimientos internacionales. El día 17 cayó Phnom Penh en manos de los Jemeres Rojos, finalizando así la guerra en Camboya, y el 30 del mismo mes se dio por concluida la guerra en Vietnam con la rendición de la ciudad de Saigón, capital de Vietnam del Sur, ante las tropas comunistas.

      En España, con el asesinato de un policía en Bilbao el 8 de abril, y la continua inestabilidad social, el día 26 se volvió al estado de excepción en Guipúzcoa y Vizcaya, practicándose numerosas detenciones que llegaron a sumar cerca de doscientas personas.

      Desde Cataluña se alzaron voces de protesta en contra del estado de excepción y contra las penas de muerte pedidas contra militantes de ETA, concretándose en su máxima expresión mediante una declaración titulada «Catalunya amb Euzkadi». Sin duda el malestar en la oposición democrática iba in crescendo cuanto más apretaba el régimen la cuerda, véase la respuesta del profesor y político Enrique Tierno Galván en visita a Barcelona por aquellas fechas, cuando expresaba su confianza en que la ruptura democrática no produjera desgarrones; sin embargo, la cuestión era saber quién cedería antes en su empeño, problema que tendría una pronta solución con la muerte del Generalísimo.

      Siguiendo la tónica del mes anterior, mayo de 1975 también fue un mes de los denominados «caliente» para el gobierno. Los conatos de manifestaciones y huelgas se concentraron esta vez en Madrid y Alicante, además de incidentes en Vigo, donde falleció un trabajador en FENOSA.

      Por aquellos días se habían convocado elecciones de la Asociación de la Prensa de Madrid, siendo favorable el resultado a las candidaturas de los periodistas madrileños no afines al régimen, comentando estos después de la votación que se había resquebrajado una de las fortalezas más ultraconservadoras de los gremios profesionales.

      Como ya era costumbre, el Generalísimo Franco y el príncipe Juan Carlos presidieron la XVIII Demostración Sindical, especial esta entre otras porque sería la última para el dictador y para los sufridos televidentes. Esa jornada también fue la elegida por los obreros, a través del Consejo Provincial de Trabajadores de Barcelona, para reclamar la legalización de un sindicato independiente del gobierno. Este, como era de esperar, respondió de la forma habitual, secuestrando esta vez el número de la revista Posible correspondiente a la primera semana de mayo.

      En Cataluña, no pudieron culminarse en su totalidad el ciclo de conferencias sobre «Les terceres vies a Europa», organizado por el ICESB en los meses de abril y mayo, debido a las constantes prohibiciones efectuadas a causa de la creciente sospecha de atentar sus conferenciantes contra el régimen. Sin embargo, a pesar del control recibido, en algunas de ellas el éxito fue total, contabilizándose asistencias

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