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último grano hacia abajo, no podremos girarlo para reiniciar de nuevo. No existe cantidad de dinero que pueda remplazar o incrementar nuestro tiempo en esta vida.

      Entonces debemos estar conscientes de que el dinero es más que una herramienta que nos sirve para comprar palomitas e ir al cine. El dinero debe ser algo capaz de preservar lo más posible nuestro esfuerzo en el tiempo.

Esto hace que en esencia el dinero sea básicamente tiempo y energía humana almacenados y transferidos a cualquier cosa que lo represente: monedas, billetes o números en un ordenador.

      En todo caso, debe servir como un estuche que nos permita guardar y llevar nuestra riqueza.

      En efecto, también debe ser ideal para transferir nuestra energía económica hacia alguien más; quien a su vez nos transfiere su energía económica en forma de valor, bien o servicio.

      Por lo consiguiente, el dinero “contiene la información” de que alguien ha invertido y almacenado tiempo y energía al producir algo.

      Cuando tú recibes dinero asumes que equivale al valor que has aportado y por eso lo aceptas. De ahí su importancia en la vida, a causa de que ese dinero nos permite interactuar en la sociedad; con el valor creado por los otros individuos. En cierta manera, el ser humano siempre ha tenido que cambiar su tiempo y esfuerzo por los medios de subsistencia.

      En la prehistoria sucedía lo mismo: si no tenías ganas de salir a recolectar, cazar o cultivar, pues no tenías comida para tu sustento. Con esto en mente me atrevo a replantear el concepto de dinero:

El dinero es la herramienta que permite almacenar el tiempo y la energía que una persona ha invertido al producir algo; para después ser utilizado como medio de intercambio.

      Cabe mencionar que, si el dinero equivale a nuestro tiempo y energía, entonces también equivale a nuestra libertad. Esto debido a que los individuos productores son ellos mismos los motores de trabajo. Lo anterior quiere decir que para obtener dinero tienen que ocuparse y ser “privados” de hacer otras cosas.

El dinero es libertad acuñada.Fedor Dostoievski

      Por ello, tener el suficiente dinero te permite romper esas cadenas y ser el dueño completo de tu tiempo y de tus acciones. Los ricos no son ricos por tener millones, su riqueza es la libertad y todo el tiempo disponible que pueden tener, debido al flujo de dinero que poseen para cubrir su sustento. En definitiva, para ser libre se necesita tener dinero. Aún en la libertad se tiene que comer y vestir.

La riqueza no se mide con dinero, sino con tiempo, cuantos días puedas vivir sin trabajar, manteniendo tu nivel de vida, ese será el tamaño de tu riqueza.Robert Kiyosaki

      Algo que no se debate y que creo debería de ser; es que, si el dinero es una representación de nuestro tiempo y energía, entonces debería ser un derecho humano elegir el tipo de dinero que deseamos para resguardar nuestra riqueza.

      Puesto que somos nosotros los que aportamos esos recursos. Reconocer como un derecho humano, el tener la libertad de elegir como representar nuestro esfuerzo, haría que fuese un dinero más justo y digno para todos.

      Entiendo que inicialmente habría inconvenientes, mientras se converge en qué utilizar, pero sin duda seríamos más conscientes de la importancia del dinero al sentir que es un derecho propio y que debería ser respetado, puesto que implica el esfuerzo vital de cada persona.

      Casi todo en nuestra economía, incluido su valor total, se mide en términos de dinero. También, la forma más precisa de medir las deudas, de unos con otros, es el dinero.

      El dinero puede representar con cierta facilidad el tiempo y la energía que alguien tiene que invertir para cubrir una deuda. Si alguien pide prestado $1000 y tiene que pagar $100 mensuales durante un año con los intereses, el deudor claramente puede estimar el trabajo que le implicará cubrir su deuda.

      Esto hace que el dinero nos permita pagarnos entre nosotros. Por lo cual, se puede ver al dinero como una herramienta diseñada para llevar las cuentas de esas deudas. Lo podemos entender como los “vales” que las personas pueden utilizar para cambiar por algo. Pero para obtener esos vales debes hacer o dar algo a cambio también. De esta forma, entre más vales tenga una persona se puede asumir que ha dado o hecho más cosas para obtenerlos. Es como si fuera un registro, no escrito de los favores que nos debemos entre nosotros o deudas por pagar; sobre todo entre extraños y personas en las que no confiamos. Si aportas algo a los demás es razonable esperar que luego quieras algo para ti. Pues bien, el dinero es la herramienta que nos ayuda a llevar las cuentas de ese “algo”. El dinero que recibes a cambio de tu trabajo no es más que un papel que certifica que la sociedad te debe algo, por el tiempo y esfuerzo que has invertido. El dinero en tus bolsillos, te sirven como “promesas de pago”. Alguien te dará algo a cambio de él. Derivado de esto, podemos cambiar nuestro tiempo individual por el tiempo de otras personas que ni siquiera conocemos de una manera muy sencilla. Luego con dinero en mano, tú decidirás por qué cosa cambiarlo y la sociedad también decidirá si te alcanza para ello. Recuerda que los vales que recibes deben ser proporcionales al valor que has creado.

Dadme el control del dinero de una nación, y no me importa quien haga sus leyes.Meyer A. Rothschild

      La creación de deuda, por medio del dinero, permite un control de quien lo emite hacia quienes lo utilizan. Hoy en día si quieres esclavizar a un país, ya no tienes que invadirlo; simplemente hay que convencerlo de que acepte un préstamo. La deuda y el tiempo harán el resto para que ese país esté sometido.

      La razón de esto, es que como el dinero es utilizado para medir deudas, también puede ser utilizado para crearlas. Hasta ahora, ya sabemos al menos lo que representa el dinero real: libertad, tiempo y energía de trabajo. Pero, si el dinero representa todo esto, ¿Quién se encarga de medir cuánto tiempo y cuánta energía hay en total? En realidad, absolutamente nadie lo hace. Entonces ¿cómo funciona todo? Volviendo al tema anterior de los vales, si lo piensas, es muy vulnerable porque si alguien se pone a falsificar dinero básicamente se está “atribuyendo” que ya hizo muchos favores a otros.

      Entonces ante este problema, debemos delegar a alguien la tarea de “generar” el dinero equivalente, esperando y confiando ciegamente que lo haga de forma responsable y con ello, que lo “RESPALDE”.

      Sin duda, algo tan valioso sólo se le puede asignar a personas buenas y con los mejores deseos para todos, libres de toda tentación, incluso la de crear dinero para ellos mismos. ¿O no? Bueno pues, los encargados de esta “estresante” labor son los Estados-nación (los políticos) y los bancos (usureros).

      (Aquí quiero aclarar que, por Estado, me refiero al grupo de personas que se benefician directamente de él; ya que desafortunadamente, la estructura de poder sobre determinado territorio y población, que representa un Estado, se ha concentrado en pequeños grupos políticos que aprovechan dicha estructura para utilizarla como un mecanismo de extracción de riqueza).

      El Estado es, como espero puedas intuir, el monopolio territorial con el derecho a gravar a sus ciudadanos. El Estado es quien tiene la posibilidad legal de extraer y quitarnos nuestro tiempo y energía por medio del dinero; a causa de que, el Estado, se “auto atribuye” que merece cobrar muchos favores de sus ciudadanos. En estricto sentido, la moneda de curso legal es un sello de aprobación del Estado que mágicamente convierte pedazos de papel de la nada en dinero y que la gente debe aceptar.

      Podemos esperar entonces, que ese Estado, creará las leyes y las condiciones que sean necesarias —y sin dudarlo— para poder conservar el control del dinero. Por ejemplo, legalizar y respaldar (con su palabra) el dinero falso que emiten.

El monopolio de la emisión de dinero gubernamental, como el monopolio postal, no tiene su origen en el beneficio para el pueblo, sino únicamente en el deseo de aumentar los poderes coercitivos del Estado.Friedrich Hayek

      Después de todo, ¿cómo sabríamos con certeza que las personas encargadas de hacerlo no lo hacen a su favor?, ¿acaso existe la transparencia legal para auditar sus cuentas bancarias,

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