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hacer así que el éxito estará garantizado. El amor
y la pasión por lo que haces es una clave significativa en el logro de tus objetivos y de tu éxito.

      Te aconsejo algo, preocúpate por tus conocimientos sobre gestión empresarial. Esto es un asunto realmente importante para mantener tu empresa en el tiempo. Si ya cuentas con conocimientos empresariales tienes un camino andado. Si por el contrario no los tienes pues no te preocupes, más bien ocúpate por aprender, siempre existirá alguien que te pueda ayudar y asesorar. Si no tienes idea de como manejar un negocio, búscate un buen mentor y no te tardes en aprender de él. Te recomiendo que seas curioso y te instruyas o te formes en materias como administración, gestión organizacional, finanzas, economía entre otros muchos temas que serán útiles para ti como dueño del negocio y para la buena salud de tu empresa. Es bueno conocer todo, lo que no quiere decir que tienes que ser especialista en todo. Establece buenos contactos y mantén relaciones de negocio, trabajo y amistad con personas que realmente aporten cosas positivas para tu negocio y para ti mismo como emprendedor.

      Si quieres emprender, lo mejor es aprender.

      — Nerio Molina

      El conocimiento es un buen soporte para todo lo que hagas en tu vida, si tienes un negocio, es bueno que aprendas lo básico de cada una de las áreas de este, y no me refiero a que tienes que especializarte en cada una de esas áreas, hablo de “conocer” lo que estás haciendo y como se desarrollan cada uno de los procesos en tu empresa, es parte incluso del liderazgo que tendrás que implementar y transmitir a tu equipo de trabajo. Primero dar el ejemplo, luego exigir a los demás. Ya te tocará contratar a especialistas que se encarguen de cada cosa, mientras tanto, aprende.

      En este punto es donde la filosofía de los tres pilares entra en acción, ¿por dónde comienzo? la pregunta del millón. “Los tres pilares del negocio moderno” o “Filosofía de las tres M” es un enunciado de emprendimiento y negocios, producto de la experiencia que he adquirido como “Entrepreneur”, consultor organizacional y especialista en marketing, publicidad y negocios digitales. Por años he sido emprendedor y por otros años más he ayudado a muchas personas, marcas y empresas con sus negocios. En un principio yo mismo me hice estas preguntas y afortunadamente también pude encontrar las respuestas.

      Mi primer negocio lo inicié en compañía de un buen socio y juntos levantamos de la nada una empresa exitosa donde con aciertos y desaciertos durante algunos años dimos nuestros primeros pasos como hombres de negocios y aprendimos que la organización, planificación y optimización de los procesos son tan importantes como necesarios en el desarrollo de una empresa. Trabajé muy de cerca las Normas ISO, metodologías Lean y 5S, entre otras muchas estrategias y herramientas de productividad que me dieron una visión organizacional y de procesos bastante amplia. Una de las metodologías que mas me atrajo en aquel entonces, la cual he convertido en uno de mis lineamientos fundamentales tanto de vida como de negocio es la metodología Kaizen la cual parte de en un simple pensamiento de “mejora continua” y se manifiesta como un proceso de continuo crecimiento que no deja nunca de ejecutarse.

      Los tres pilares del negocio moderno son para mí, las bases donde descansa el emprendimiento, si no tienes bien definidos estos tres elementos, es posible que sea traumático el comienzo y corres alto riesgo de que algo no funcione. Lo que puede suceder si no consideramos estos tres aspectos en el arranque, es que alguno de los pasos que tengas que dar no sea el más indicado en su momento y esto en consecuencia te cueste tiempo, dinero o el tan temido fracaso. Tiempo perdido para el desarrollo de la idea de negocio y dinero mal invertido con retorno cero, ¿quieres que eso te suceda? la verdad es que no lo creo.

      Otro aspecto en el que te va a ayudar la filosofía de los tres pilares del negocio moderno es a prepararte antes de entrar en un mundo súper competitivo en donde miles de marcas luchan cada día por posicionarse y tatuarse en las mentes de sus consumidores. La evaluación previa del campo de batalla y la construcción de una buena armadura te ayudarán a librar una batalla con muchas más posibilidades de triunfar.

      No se trata de un juego de palabras ni tampoco una frase pegadiza, es posiblemente uno de los mayores y más desconocidos retos para las organizaciones en la nueva sociedad de la información y la tecnología.

      En un mundo en el que la gestión del aprendizaje a nivel corporativo se ha considerado esencial, explicarles a tus colaboradores la importancia de desaprender aquello que en su día se contempló como válido, podría parecer contradictorio, pero… ¿innovar implica desaprender? (1)

      Estamos acostumbrados a los esquemas. Desde hace años nos hemos habituado a modelos exitosos de empresas que han logrado amasar fortunas con sus negocios. Existen reglas por todas partes, estudios y análisis técnicos, académicos y científicos que nos trazan un camino, que nos orientan y que las empresas implementan impetuosamente para asegurar su éxito.

      En cierta forma es bueno aprender del éxito de los demás, de hecho, el benchmarking es una de las practicas que aconsejo aplicar al momento de desarrollar el negocio, pero cada día se requiere mayor creatividad y cambios para satisfacer las necesidades del mercado y lograr vender en un universo hyper competido. La tecnología avanza muy rápidamente y los hábitos y necesidades de los consumidores también cambian con rapidez.

      Es común tener la idea que debemos hacer las cosas siempre de la misma manera y que no existen otras formas de hacer lo mismo. La verdad es que, si te detienes a explorar las posibilidades, existen muchas otras alternativas e instrumentos para transformar la manera de como logramos dar solución a los problemas.

      En un mundo tan dinámico y acelerado como el que vivimos hoy en día, los cambios se plantean a diario, los viejos esquemas dejan de tener validez y es necesario innovar para agregar valor a las propuestas de negocios que se puedan presentar. Una de las consecuencias de estos rápidos cambios en un entorno tan competitivo, es que las organizaciones están sometidas a cambios casi igual de rápidos (en el mejor de los casos) en el conocimiento técnico y de gestión que poseen, cambios que implícitamente ponen sobre la mesa la obsolescencia del conocimiento actual de las mismas.

      Nos enfrentamos a un paradigma marcado por la frase “siempre lo hemos hecho así”. En algunos negocios a los que he asesorado, en conversación con sus dueños suelo escuchar: “Es que siempre nos ha ido bien, por qué he de cambiar”. Yo les respondo con una sonrisa en el rostro: “pues, porque le puede ir mejor”.

      Los patrones nos acompañan por todas partes, las normas y las teorías dictaminan ciertas acciones que debemos tomar para desarrollar una marca o un negocio. Asuntos a los que estamos acostumbrados y de los cuales es difícil escapar. Pero puedo decirte algo, no está del todo mal experimentar, hacer algo nuevo, llevar la contraria, probar a ver como te va. Las nuevas generaciones demandan nuevas experiencias, cada día, porque han nacido en una franja de tiempo en la que la vida es así, acelerada, llena de cambios muy rápidos. No terminas de adaptarte a algo cuando ya hay un nuevo cambio que aplicar y aprender.

      En la metodología Lean Startup se define un proceso de conducción del emprendimiento basado en la experimentación y en un circuito de feedback de “Crear - Medir - Aprender”, que es el núcleo central de este método. También es importante destacar la filosofía de la mejora continua que nos orienta a mantener una constante medición y análisis de los procesos para optimizarlos y ser más eficientes mejorando también la calidad.

      La metodología Lean Startup es un concepto gerencial que tiene su base en “Lean Manufacturing”, una metodología concebida en Japón por Taiichi Ohno, director y consultor de la empresa Toyota en el año 1937(2). En Estados Unidos, Steve Blank, emprendedor y mentor de Silicon Valley, comenzó a desarrollar una metodología de validación de productos basado en el desarrollo del cliente (Customer Development) y en Lean Manufacturing, que consiste básicamente en saber si nuestro producto cubre sus necesidades o deseos.

      Posteriormente, Eric Ries, alumno y discípulo de Steve Blank, popularizó este término en su libro “EL MÉTODO LEAN STARTUP” (te recomiendo leerlo), donde dio forma a estas ideas construyendo una metodología aplicable

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