Аннотация

El autor juega con las sensaciones de una vida tan cotidiana y simple, que rescata de ella lo singular, donde lo rutinario transciende a la prosopopeya de la vida misma. Desde un tono campestre, realista o cotidiano te lleva a oler lugares lluviosos e íngrimos, o bien, a sucumbir en un día a día acelerado, ruidoso y fugaz con relatos que nos recuerdan, y parecieran insistir con impetuoso coraje, en mundos paralelos, tiempos y espacios alternos que inciden en lo llano de la existencia. A manera de cuento y poesía la obra expone una voz que reside en miles de corajes inalterables, donde las cuestiones carecen de consuelo y las conversaciones con los objetos son comunes. Llueve en junio desentierra las impotencias más eclipsadas de una sociedad insomne, contando así la suma de los desaparecidos, los feminicidios, la pobreza y la corrupción que yacen en el desamparo del individuo como un canto de olvido, ausencia y nostalgia.