Аннотация

La batalla ideológica que se libró en los institutos de Segunda Enseñanza durante la Guerra Civil ya se venía gestando en Europa desde la Primera Guerra Mundial. Algunos profesores se identificaban en los años treinta del siglo XX con las nuevas tendencias del nacionalismo antiliberal reaccionario y del fascismo que se estaban abriendo paso en el continente. Frente a ellos, un sector importante del profesorado se reconocía en los valores ideológicos de las distintas opciones de izquierdas y, además, una amplia masa de docentes ambiguos permanecía en la denominada «zona gris». La pugna ideológica que se vivió en ese tiempo entre el personal docente de la Segunda Enseñanza se saldó con la separación del servicio de un buen número de profesionales. Primero fue la República la que cesó de forma forzosa a los considerados desafectos a la causa republicana y después fue el franquismo el que llevó a cabo una limpieza política de gran alcance en el seno de la administración educativa. Ambas cribas ideológicas presentan muchas diferencias, no solo en cuanto a agentes y objetivos, sino también en cuanto al contexto histórico y a la naturaleza de la represión política y cultural que desencadenaron.

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En un hotel de Vernet les Bains, en los Pirineos orientales franceses, la noche del 10 de octubre de 1939 fallece por causas poco claras José Gaos Berea, padre de los hermanos Gaos, notario y librepensador, que era, según Max Aub, «el auténtico genio de la familia». Había llegado hasta allí como refugiado político huyendo de la represión franquista. Así arranca una apasionante investigación sobre los Gaos, una familia de la burguesía ilustrada, plenamente identificada con los ideales republicanos, que padeció de forma implacable la fractura que causó la Guerra Civil en Valencia. No es corriente que en un mismo grupo familiar coincidan nueve hermanos (José, Carlos, María, Alejandro, Ángel, Ignacio, Vicente, Fernando y Lola) con tanta predisposición hacia la filosofía, la poesía, la música, el teatro, el cine y el arte, en general, y con tanto protagonismo político como tuvieron los Gaos en los años de la Segunda República y la guerra en Valencia. Con la derrota republicana, la mitad de los hermanos tuvieron que exiliarse a México. Su historia es el testimonio de una familia rota por la victoria franquista que nos obliga a reflexionar sobre los peligros de la desmemoria en el momento actual.