Аннотация

Marcos Roszenvaig construye una ficción alucinada sobre el período en el que Adolf Eichmann, el jerarca nazi, trabajó y vivió en Tucumán. En 1950, recién llegado a la Argentina luego de haber huido de un centro de detención en Europa, Adolf Eichmann –uno de los máximos responsables de la «solución final»– se traslada a Tucumán. Viaja contratado por una empresa alemana para desempeñarse como hidrólogo en la construcción de una futura represa que nunca llegó a concluirse. Su nuevo nombre es Ricardo Klement. Su rostro, el mismo: había hecho desaparecer todas las fotografías que pudieran identificarlo. Combinando las herramientas de la novela histórica con las de la trama policial, el escritor tucumano Marcos Rosenzvaig se mete en la mente del criminal nazi y narra, en primera persona, ese período desconocido de su vida. Eichmann intenta armar un IV Reich en Tucumán de la mano de tres lugareños marginales, un comisario y un cura. Proyecta la limpieza étnica en el norte argentino, el contacto extraterrestre y el rescate de Adolf Hitler, supuestamente escondido en la Patagonia. Desde el comienzo de la novela, Klement establece un inquietante vínculo con la preadolescente Cecilia, hija del ingeniero (judío) que dirige la construcción de la represa, y alter ego de su hermana Irmgard, que desde la infancia lejana sigue escribiéndole con tinta invisible las dos palabras que sellaron su destino: «Querido Eichmann». "¿Quién soy? Soy el salvador de todas las personas de sano juicio. Ha llegado la hora de que salga de mi anonimato y me presente: soy Adolf Eichmann. Yo firmé el extermino de un millón de judíos. Un millón de personas que no eran dignas de continuar con vida".