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por dentro pero negándose a mostrarlo, Thor galopó más y más lejos de los demás, cabalgando por la colina hacia el ejército que venía avanzando. Junto a él, Krohn corrió, sin perder el ritmo.

      Thor escuchó un grito, mientras que detrás de él, sus compañeros de La Legión corrían para alcanzarlo. Estaban apenas a dieciocho metros de distancia, y galopaban detrás de él, levantando un grito de guerra. Thor se mantuvo al frente, sin embargo, se sentía bien poder contar con su apoyo detrás de él.

      Ante Thor estalló un contingente de guerreros del ejército de McCloud, dirigiéndose hacia adelante para encontrarse con Thor, tal vez eran cincuenta hombres. Iban noventa metros adelante y acercándose rápidamente, y Thor sacó su honda, le puso una piedra, apuntó y la lanzó. Su objetivo a principal era el guerrero líder, un hombre robusto, con un peto de plata, y su tino fue perfecto. Le pegó al hombre en la base de la garganta, entre las placas de la armadura, y el hombre cayó de su caballo, aterrizando en la tierra, antes que los demás.

      Al caer, su caballo aterrizó junto con él, y la docena de caballos que iban detrás de ellos se amontonaron, lanzando a sus soldados al suelo, boca abajo.

      Antes de que pudieran reaccionar, Thor colocó otra piedra, jaló la cuerda hacia atrás y la lanzó. Otra vez, su tino fue preciso, y golpeó a uno de los guerreros líderes en la sien, en el lugar expuesto de su carátula frontal levantada y lo tiró a un costado de su caballo, hacia otros guerreros, llevándolos hacia abajo como fichas de dominó.

      Mientras Thor galopaba, una jabalina voló cerca de su cabeza, y luego una lanza, luego un martillo y un pico y él sabía que lo estaban apoyando sus hermanos de La Legión. Su puntería también era acertada, y sus armas derribaron a los soldados de McCloud con mortal precisión; varios de ellos cayeron de los caballos y chocaron contra otros que cayeron con ellos.

      Thor estaba eufórico al ver que ellos ya habían logrado derribar a docenas de soldados McCloud, algunos de ellos con impactos directos, pero la mayoría había sido por la caída de los caballos. El contingente de avanzada de cincuenta hombres ahora estaba en el suelo, tirados en grandes montones de polvo.

      Pero el ejército McCloud era fuerte, y ahora era su turno para contraatacar. Cuando Thor estuvo a veintisiete metros de ellos, varios le lanzaron armas. Un martillo fue hacia su rostro, y Thor se agachó en el último momento; el hierro zumbaba por su oreja, fallando por dos centímetros. Una lanza salió volando hacia él, tan rápidamente como se agachó al otro lado, mientras la punta rozaba la parte exterior de su armadura, afortunadamente, fallando. Un pico voló hacia su cara, y Thor levantó su escudo y lo bloqueó. Se quedó pegado a su escudo, y Thor estiró la mano, lo quitó y lo lanzó de regreso a su atacante. La puntería de Thor era buena, y se alojó en el pecho del hombre, perforando su cota de malla; con un grito, el hombre se desplomó sobre su caballo, muerto.

      Thor se mantuvo a la carga. Fue a atacar al grueso del ejército, en un mar de soldados, preparado para encontrar su muerte. Él gritó y levantó su espada, lanzando un gran grito de batalla; detrás de él, sus hermanos de armas también lo hicieron.

      Con un gran choque de armas, hubo un impacto. Un enorme guerrero adulto fue a atacarlo, levantó un hacha con las dos manos y la dirigió hacia la cabeza de Thor. Thor se agachó, la cuchilla se balanceaba cerca de su cabeza y le cortó el estómago al soldado mientras él pasaba; el hombre gritó y se desplomó sobre su caballo. Al caer tiró su hacha de batalla, y salió volando hacia el caballo de McCloud, que relinchó e hizo cabriolas, lanzando a su jinete hacia varios otros.

      Thor se mantuvo a la carga, entre el grueso de los guerreros de McCloud, cientos de ellos, abriéndose paso a través de ellos, mientras uno tras otro se balanceaba con sus espadas, hachas, mazas, y él los bloqueaba con su escudo o los esquivaba, cortando también, agachándose y zigzagueando, galopando. Él era muy rápido, muy ágil para ellos, y no se lo esperaban. Siendo un gran ejército, ellos no podrían maniobrar lo suficientemente rápido como para detenerlo.

      Hubo un gran choque de metal alrededor de él, mientras los golpes le llegaban de todas direcciones. Bloqueó a uno tras otro con su escudo y espada. Pero no podía evitarlos todos. Un corte de espada rozó su hombro, y él gritó de dolor mientras salía sangre. Afortunadamente la herida fue superficial y no evitó que combatiera. Continuó contraatacando.

      Thor, luchando con las dos manos, fue rodeado por guerreros McCloud, y pronto los golpes comenzaron, mientras los otros miembros de La Legión se unían a la manada. El sonido metálico fue mayor, mientras los hombres de McCloud luchaban contra los chicos de La Legión, las espadas golpeaban los escudos, las lanzas caían en los caballos, las jabalinas entraban en las armaduras, los hombres luchaban en todas direcciones. Se escucharon gritos de ambos lados.

      La Legión tenía una ventaja al ser una fuerza armada pequeña y ágil, eran diez en medio de un ejército enorme y de lento movimiento. Había un cuello de botella, y no todos los guerreros McCloud podrían llegar a ellos a la vez; Thor se encontró peleando con dos o tres hombres a la vez, pero no más. Y sus hermanos que iban atrás, impedían que fuera atacado por la espalda.

      Un guerrero tomó a Thor desprevenido y lanzó su mayal hacia la cabeza de Thor; Krohn gruñó y se abalanzó. Krohn saltó alto en el aire y atenazó su muñeca; la arrancó, la sangre brotó por todos lados, obligando al soldado a cambiar de dirección antes de que el mayal se impactara en el cráneo de Thor.

      Era algo nebuloso mientras Thor luchaba y atacaba y esquivaba en todas direcciones, utilizando hasta la última gota de su habilidad para defender, atacar y cuidar a sus hermanos y protegerse a sí mismo. Instintivamente convocó sus interminables días de entrenamiento, de ser atacado desde todos los lados, en todo tipo de situaciones. En algunas formas, parecía natural para él. Lo habían entrenado bien, y se sentía capaz de manejar esto. Su temor siempre estaba allí, pero se sentía capaz de controlarlo.

      Mientras Thor luchaba y luchaba, sus brazos se hacían más pesados, sus hombros se cansaban, las palabras de Kolk sonaron en sus oídos:

      Sus enemigos nunca lucharán según los términos de ustedes. Lucharán según los de ellos. La guerra para ustedes significa la guerra para otra persona.

      Thor vio a un guerrero bajito, fornido, subir una cadena con pinchos con ambas manos y balancearla hacia la parte posterior de la cabeza de Reece. Reece no la vio venir; en un momento él estaría muerto.

      Thor bajó de su caballo, saltando en el aire y derribó al guerrero antes de que lanzara la cadena. Los dos salieron volando de los caballos y aterrizaron con fuerza sobre el suelo en una nube de polvo; Thor rodó y rodó, sin aliento, mientras los caballos pateaban a su alrededor. Luchó con el guerrero en el suelo, y cuando el hombre levantó sus pulgares para arrancar los ojos de Thor, Thor de pronto oyó un chillido – y vio a Estopheles bajar en picada y agarró los ojos del hombre justo antes de que él pudiera lastimar a Thor. El hombre gritó, agarrando sus ojos, y Thor le dio un fuerte codazo y lo derribó.

      Antes de que Thor tuviera la oportunidad de deleitarse con su victoria, sintió que lo pateaban con fuerza en el estómago, derribándole de espaldas. Miró hacia arriba para ver a un guerrero levantar un martillo de guerra con las dos manos y bajarlo hacia su pecho.

      Thor rodó, y el martillo pasó zumbando cerca de él, hundiéndose en la tierra hasta la empuñadura. Se dio cuenta de que pudo haberlo aplastado hasta morir.

      Krohn se abalanzó sobre el hombre, saltando hacia adelante y hundiendo sus colmillos en el codo del hombre; el soldado estiró la mano y golpeó a Krohn, una y otra vez. Pero Krohn no lo soltaba, gruñía, hasta que finalmente le arrancó el brazo al hombre. El soldado gritó y cayó al suelo.

      Un soldado se adelantó y bajó su espada hacia Krohn; pero Thor rodó con su escudo y bloqueó el golpe; todo su cuerpo temblaba con el sonido metálico, salvando la vida de Krohn. Pero cuando Thor se arrodilló allí, quedó expuesto, y otro guerrero se dirigió hacia él con su caballo, pisoteándolo, derribándole boca abajo; sintiendo que los cascos del caballo aplastaban todos los huesos de su cuerpo.

      Varios soldados McCloud bajaron de un salto y rodearon a Thor, acercándose a él.

      Thor se dio cuenta de que estaba en un mal

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