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Presidente?".

      Ryan se dio vuelta, vio a Jeremy allí y esbozó una sonrisa brillante. Su camiseta era azul oscura con letras rojas y blancas. Todo lo que decía era AMERICANO ORGULLOSO. Le tendió la mano para saludarlo. "Lo siento", dijo. "Todavía estoy un poco sudoroso".

      "No hay problema, señor".

      "Está bien", dijo Ryan. "Basta con lo de señor. En privado, me llamas Bill. Si es muy difícil para ti, llámame por mi título. Pero quiero que sepas algo. Yo pedí por ti y te voy a dar una exclusiva. A última hora de la tarde puede que termine dando una rueda de prensa con todos los medios de comunicación. No sé todavía. Pero hasta ese entonces, durante todo el día, mis pensamientos sobre esta crisis van a estar bajo tu línea de autor. ¿Cómo se siente?".

      "Se siente muy bien", dijo Jeremy. "Es un honor. ¿Pero por qué yo?".

      Ryan bajó la voz. "Eres un buen chico. Te he estado siguiendo desde hace mucho tiempo. Y quiero darte un consejo. Totalmente extraoficial. Después de hoy ya no eres un perro de ataque. Eres un periodista experimentado. Quiero que imprimas lo que estoy a punto de decir palabra por palabra, pero a partir de mañana, quiero que te conviertas en alguien un poco más… matizado, digamos. NewsMax es magnífico para lo que es pero en un año a partir de ahora te veo en el Washington Post. Ahí es en donde te necesitamos y sucederá. Pero primero, la gente necesita creer que has madurado y te has convertido en un, digamos, justo y equilibrado reportero convencional. Ya sea que haya sucedido o no, no es importante. Todo es cuestión de percepciones. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo?".

      "Creo que sí", dijo Jeremy. La sangre le rugía en sus oídos. Las palabras eran emocionantes y aterradoras al mismo tiempo.

      "Todos necesitamos amigos en lugares altos", dijo el Presidente de la Cámara. "Incluso yo. Ahora, dispara".

      Jeremy sacó su teléfono. "El grabador está prendido… ahora. Señor, ¿está usted al tanto del robo masivo de material radiactivo que sufrió la ciudad de Nueva York durante la noche?".

      "Estoy más que al tanto", dijo Ryan. "Al igual que todos los estadounidenses, estoy profundamente preocupado. Mis ayudantes me despertaron a las 4 a.m. con la noticia. Estamos en estrecho contacto con la comunidad de inteligencia y estamos monitoreando la situación de cerca. Como bien saben, he estado trabajando para aprobar una Declaración de Guerra del Congreso contra Irán, la cual el Presidente y su partido han estado bloqueando a cada paso. Estamos en una situación en la que Irán está ocupando a nuestro aliado, la nación soberana de Irak, y nuestro propio personal tiene que pasar por los puestos de control iraníes para entrar y salir de nuestra embajada allí. No creo que se haya producido una serie de acontecimientos tan humillante desde la crisis de los rehenes en Irán en 1979".

      "¿Usted cree que Irán llevó a cabo este robo, señor?".

      "En primer lugar, vamos a llamarlo lo que es. Ya sea que estalle una bomba en un tren subterráneo o no, se trata de un ataque terrorista en suelo americano. Al menos dos guardias de seguridad fueron asesinados y la gran ciudad de Nueva York se encuentra en un estado de miedo. En segundo lugar, no tenemos suficiente información para identificar aún quienes son los terroristas. Sin embargo, sabemos que la debilidad en el escenario mundial alienta este tipo de ataques. Tenemos que mostrar nuestra verdadera fuerza y tenemos que unirnos como país, tanto la derecha como la izquierda, para defendernos. Invito al Presidente a que se una a nosotros".

      "¿Qué le parece que debería hacer el Presidente?".

      "Como mínimo, tiene que declarar el estado de emergencia nacional. Debería emitir poderes especiales temporales para la aplicación de la ley hasta que ubiquemos a estas personas. Estos poderes deberían incluir vigilancia sin orden judicial así como allanamientos aleatorios en todas las estaciones de tren, estaciones de autobuses, aeropuertos, escuelas, plazas públicas, centros comerciales y otros centros de actividad. También tiene que actuar de inmediato para proteger todos los demás depósitos de material radiactivo en todos los Estados Unidos".

      Jeremy miró con detenimiento a los ojos feroces de Ryan. El fuego que se veía era casi suficiente para hacer que se aleje.

      "Y esto es lo principal. Si los atacantes sí resultan ser de Irán o si están patrocinados por Irán, entonces tiene que ya sea declarar la guerra o salir del camino y dejar que nosotros lo hagamos. Si esto es de hecho un ataque iraní y frente a esa información el Presidente sigue bloqueando nuestros esfuerzos para proteger a nuestro país y a nuestros aliados en el Medio Oriente… entonces ¿qué opción me deja? Yo mismo iniciaré el proceso de destitución".

      Capítulo 11

      6:43 a.m.

      Calle Setenta y Cinco cerca de Park Avenue – Manhattan

      Luke estaba sentado en la parte trasera de uno de los vehículos utilitarios de la agencia con Ed Newsam. Estaban al otro lado de una tranquila y arbolada calle de lujo de alta alcurnia, moderna, con puertas de cristal doble y porteros con guantes blancos en la entrada. Mientras observaban, el portero mantuvo la puerta abierta para una mujer rubia y delgada con un traje blanco que salía a pasear un perro. Odiaba los edificios como éste.

      "Bueno, al menos hay una persona en esta ciudad que no parece demasiado preocupada por un ataque terrorista", dijo Luke.

      Ed se desplomó hacia atrás en su asiento. Parecía medio dormido. Con los pantalones cargo de color beige y la camiseta blanca pintada en sus rasgos cincelados, la cabeza como bola blanca y su barba corta, Ed no se parecía a la idea que las personas tienen de un agente federal. Y desde luego no se parecía a nadie que dejarían entrar a este edificio.

      Mientras Luke pensaba en Ali Nassar, estaba molesto por su inmunidad diplomática. Esperaba que Nassar no tratara de hacer una gran cosa al respecto. Luke no tenía paciencia para negociar.

      Sonó el teléfono de Luke. Le echó un vistazo. Pulsó el botón.

      "Trudy", dijo. "¿En qué puedo ayudarte?".

      "Luke, acabamos de recibir información de inteligencia", dijo. "El cuerpo que tú y Don encontraron en el hospital".

      "Dime".

      "Treinta y un años de edad, Ibrahim Abdulrahman. Ciudadano libio, nacido en Trípoli en una familia muy pobre. Poca o ninguna educación formal. Se unió al ejército a los dieciocho años. En poco tiempo, fue trasladado a la prisión de Abu Salim en donde trabajó durante varios años. Ha estado implicado en violaciones de los derechos humanos en la prisión, incluidos tortura y asesinato de opositores políticos del gobierno. En marzo de 2011, cuando el régimen comenzó a derrumbarse, huyó del país. Debe haber visto lo que se venía. Un año más tarde, apareció en Londres, trabajando como guardaespaldas de un joven príncipe saudí".

      Los hombros de Luke se desplomaron. "Hmmm. ¿Un torturador de Libia trabajando para un príncipe saudí que luego termina muerto mientras robaba materiales radiactivos en Nueva York? ¿Quién era este tipo, en realidad?".

      "No tenía antecedentes de vínculos extremistas y no parece haber tenido fuertes creencias políticas. Nunca fue un soldado de élite de ninguna fuerza militar y parece no haber tenido ninguna formación avanzada. A mí me parece como si fuera un oportunista, un matón a sueldo. Desapareció de Londres hace diez meses".

      "Está bien, dame ese nombre otra vez".

      "Ibrahim Abdulrahman. Y Luke, necesitas saber algo más".

      "Dime".

      "No averigüé yo esta información. Está en el tablero grande en la habitación principal. Este tipo Myerson de la policía de Nueva York no me dio los identificadores cuando los tuvo e hicieron su propia búsqueda. Le dieron la información a todo el mundo sin siquiera decirnos. Nos están dejando afuera".

      Luke miró a Ed y revoleó los ojos. Lo último en lo que quería participar era en un concurso de meadas entre organismos. "Está bien, bueno…".

      "Escucha, Luke. Estoy un poco preocupada por ti. Te estás quedando sin amigos aquí y dudo que un incidente internacional vaya a ayudar. ¿Por qué no pasamos los detalles de la transferencia bancaria

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